Fin

7.4K 523 33
                                    

– buenos días peque....

– no tiene nada de buenos – lo interrumpo antes que  pueda terminar su habitual saludo.

Kris me mira con el ceño fruncido para después saltar sobre mi cama, justo encima de mi, me abraza y empieza a restregar su mejilla contra la mía como si fuera un niño pequeño, su barba me raspa la piel pero no digo nada, me mantengo en la misma posición, boca abajo con los ojos cerrados, esforzándome por no perder la poca paciencia que me queda.

– venga...hazlo por tu tío favorito, siiiiiii?– me pide poniendo voz de pito.

Ha pasado cuatro días desde que sucedió todo eso con Axel, mama y papá intentaron venir a visitarme, por supuesto le dije al portero que no dejase pasar a nadie después de que Axel viniera aquel día, Danna y Kat lo intentaron también, Drew solo se dedicó a llamar todos los días, llamadas  y mensajes que decidía ignorar, los medios de comunicación me buscaban por todas partes ansiosos de saber la razón del porque mi matrimonio fracasó, por lo que decidí trabajar desde casa, a pesar de haber filtrado esa información personalmente, para mi era lo más cómodo, mi tío cree que necesito salir y despejarme, volver a ir de fiestas, montar algún que otro escándalo, lo cual realmente no me vendría mal, volver a ser la infeliz y patetica Samantha Evans, pero no quería hacerlo, mi cuerpo se sentía cansado y exhausto a pesar de dormir más de lo recomendado, ahora soy más patetica e infeliz que nunca antes, pero había dejado de ser problemática, supongo que me cansé de la vida que llevaba antes de conocerlo a él.

– Kris no insistas, deberías buscar una mujer con la que malgastar tu tiempo – le aconsejo abriendo los ojos perezosamente.

Suelto un suspiro cuando se levanta de la cama, pero no puedo evitar soltar una maldicion cuando de pronto, de un tirón, retira las tres capas de mantas que me cubrían totalmente, a veces puede ser muy pesado, nunca se separa de mi, duerme en la habitación de alado y viene cada rato a ver que estoy bien, por mi parte he vuelto a los insomnios, el temor de volver a vivir lo que me pasó en mis sueños, conseguía alterarme como nunca antes, pero a pesar de sus incansables intromisiones, me sentía de alguna forma feliz de tenerlo aquí, se preocupa como nunca antes, estoy segura que si le pido que me cante una nana, lo haría simplemente porque yo se lo pedí y me quiere, se siente bien tener a alguien real en tu vida.

– está bien, si no sales ahora mismo a divertirte a alguna discoteca barata, te castigaré por un mes señorita – dice poniendo lo brazos en jarras.

Con el delantal de flores que lleva y esa pose tan de...no lo sé, luce bastante ridiculo, solo le falta tener una maya en el pelo para que parezca una maldita ama de casa, me trata como si fuera una niña pequeña, a pesar de tener una sirvienta a nuestra entera disposición, que se encarga de hacer la comida y la limpieza de casa, el se empeña en cocinar para nosotros, se ha hecho con la cocina y he de admitir que tiene un don con la comida, en más de una ocasión no pude evitar pensar "ojalá fuera mi padre", pero al segundo borraba esas palabras de mi mente, Darío es un buen padre, el mejor quizás, se preocupa por sus hijos, les da amor, apoyo, cariño, conmigo fue diferente pues yo era la que trazaba una línea entre ambos, el respetaba esa línea, con Kris es diferente, el prácticamente ignora esa línea y actúa como si mi frialdad y mis hirientes palabras no le afectasen en absoluto, porque hay días en los que realmente me descargo con el, pero permanece a mi lado, sin importar qué.

– tío por favor, déjame dormir – murmuro con voz cansada – si quieres más tarde te acompaño a ligar con una cuarentona – accedo deseando que se vaya y me deje tranquila.

Con una sonrisa de completa satisfacción, me da un beso en la frente y satisfecho se va, solo le falta dar saltitos como Heidi y sin más en menos de dos minutos caigo en brazos de morfeo, dejo que el sueño pueda conmigo a sabiendas de lo que pasará después, recuerdos que me visitan en forma de sueños, más bien pesadillas, pero el cansancio puede conmigo.

Verdades Ocultas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora