– Jesus! Me muero por conocer al diablo en persona.
Suelto un suspiro al escuchar a la chica delante de mi, se muerde el labio inferior y lleva la palma de la mano sobre su pecho, solo le falta gemir de placer por la imagen que se pueda estar creando del hombre en cuestión, en primer lugar ni siquiera sé porqué estoy aquí, a las afueras de la cuidad, haciendo cola a un costado de la puerta que da al interior de un galpón claramente abandonado, en segundo lugar ni siquiera debería estar haciendo esta maldita fila para entrar a un lugar donde no quiero estar.
Entonces por qué viniste?
Con mi mano elevo esa cinta amarilla que nos obliga a mantener una línea recta y paso por debajo de la misma, perdiendo mi prodigioso lugar en el segundo que mi cuerpo estuvo al otro lado, no me importa, a estas alturas tengo tres opciones, la primera era irme a casa y olvidar que estuve en este mugriento lugar, la segunda era ir hacia ese gorila que custodia la gran puerta y rogar que me deje pasar, porque al parecer mi pulsera no es del mismo color que los demás, eso tiene que significar algo, ¿no?, y la última opción está en meterme en una pelea con la pelirroja para intentar recuperar mi sitio, porque está claro que no iré al final de la cola, ni siquiera puedo ver el final.
– preciosa, la cola no termina aquí – dice el gorila mirándome de arriba abajo.
O me dejaba pasar, o me iría a casa y olvidaría que esto pasó, por supuesto yo no me doy por vencida, solo me hizo falta levantar mi brazo para que esa pulsera de neón brillase y el pudiera verlo, al momento que sus oscuros ojos chocaron con ella, me abrió la puerta y me dejó pasar sin decir una sola palabra, ignorando las quejas de los que esperan pacientemente su torno en la cola detrás de mí, supongo que la gente rica aquí tiene cierta ventaja, dado que Katherine fue la que me lo dio y dudo que ella se lo haya comprado a cualquiera.
En el momento que crucé la puerta, no pude hacer más que admirar el interior, diferentes altavoces fueron estratégicamente colocados en puntos exactos al rededor del galpón, el olor a alcohol, tabaco y otras sustancias me golpearon con fuerza pero aun así pude apreciar esa jaula de metal negro en el centro del lugar, grande y majestuosa, una especie de tarima roja debajo de ella alzándola y haciéndola lucir más hermosa, en una esquina, a unos más que bien merecidos metros, se haya una especie de escritorio suspendido en el aire...no, más bien era todo el equipo de un DJ, lo extraño era que no habían sillas excepto por una pequeña zona, las pocas sillas que allí habían, eran del color de mi pulsera, por lo que supuse que era donde debía ir, así lo hice, me sorprendí al notar que estaba bastante cerca de la jaula, unos barrotes de metal colocados de forma horizontal dividían la zona de lo que creo eran los VIP del resto, los barrotes rodeaban la jaula manteniéndola segura, el lugar es bastante sofisticado (de alguna forma) como para ser una de esas peleas ilegales o clandestinas, aunque tenía la sensación de haber estado aquí anteriormente.
– eres nueva cierto?
Un chico se acerca y se sienta a mi lado, viste con pantalón de tela azul marino, camiseta con cuello del mismo color, encima de esto un saco de vestir beige a juego con sus zapatos de algún diseñador caro, todo un pijo hijo de papi, lo que más me hace gracia de su atuendo, es esa gorra de los Yankees sobre su cabeza con la vicera plana con un logo pegado sobre el, probablemente cubriendo su cabello perfectamente peinado hacia atrás.
– mi nombre es Dave, después de esto iré a mi mansión a continuar la fiesta, estás libre de venir conmigo – dice con un intento de sonrisa seductora.
No me pasa desapercibida la forma con la que realza "mansión", intentar ligar utilizando el dinero de papi, es casi tan patetico como que utilice esa gorra, por no decir que ni siquiera su nombre le hace un favor a su apariencia poco favorable.
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Verdades Ocultas
RomanceLa Vegas, el inicio de una serie de malas tomas de decisiones, Sam no era diferente a esas miles de personas que tras un larga noche de borrachera, despertó en cama de otro (lo cual no es una novedad), con un anillo en su dedo anular, no cualquier a...