El día de la familia ocurre una vez al año. En él, los padres de todos los alumnos de Áuradon vienen a celebrar una fiesta y a pasar el día. Aquel día por fin vi a mis padres, Tarzán y Jane, que hicieron un largo viaje en carruaje y, al llegar, fueron directos a la mesa de las bebidas para refrescarse. A mi madre se la veía nostálgica por volver a pisar la ciudad, aunque a mi padre le costó más hacerse a la idea de que durante las próximas horas iba a estar rodeado de edificios y humanos por doquier y no de sus preciados árboles selváticos, gorilas, elefantes y pajaritos de colores. Les saludé muy emocionada y les conté todo lo que había pasado desde que empecé a estudiar allí. Les presenté a Ben, Jane, Audrey, Chad, Doug y Lonnie, ya que sólo les conocían de lo que les contaba sobre ellos y les hablé de cómo estaba haciéndome amiga de los hijos de los villanos. Al principio, vi el miedo en sus mirada pero luego se enorgullecieron de que aceptara a chicos extraños como ellos y les hiciera sentir como en casa. Además, comentaron lo guapa que estaba, ya que aunque seguía siendo fiel a mi estilo selvático, lo había hecho mío al mezclar con las tendencias de Áuradon. Llevaba puesta una blusita de cuadros amarilla y blanca atada con un nudo, una falda larga de color verde oscuro con un cinturón de flores amarillas y unos botines marrones. De accesorios, me puse una cadenita de oro en el cuello, un brazalete lila en la muñeca y unos pendientes de aro dorados. El pelo lo llevaba peinado con un semi recogido de una pequeña coleta y un lazo verde a juego con la falda y con dos mechoncitos sueltos que caían por los laterales de mi frente.
Para la presentación, hice un baile y una canción que había preparado con Ben, Audrey, Lonnie, Doug, Chad y otros estudiantes. Se trataba de una versión moderna con rap de "Be our guest", el himno de Lumiére. Habíamos estado ensayando la coreo durante varias semanas y finalmente, salió todo genial y, tras recibir los aplausos de nuestras familias y comentar todo con mis padres, fui hacia las mesas del banquete. ¡Ya era hora de probar esos exquisitos manjares!
Mientras estaba hablando con varios alumnos de mi clase, una pequeña pelota llegó a mis pies. La recogí del suelo y busqué al dueño. Pensé que vendría una persona a por ella, pero vino Colega.
-¡Anda, Colega! ¿Esta es tu pelota? ¿Qué tal está mi pequeñín?, dije cogiéndole en brazos.
-¡Hola, Tan!, me saludó Carlos viniendo hacia mí.
-¡Eh, Carlos! ¿Estás jugando al croquet?, pregunté señalando el palo que tenía en las manos.
- Sí, estamos todos. ¿Te apuntas?
- Oh, ¿puedo?, pregunté, emocionada.
-¡Claro! Somos amigos, ¿no?
- Tú lo has dicho, dije sintiendo que mi corazón daba saltos de alegría.
Me lo estaba pasando genial jugando a croquet con Carlos, Jay, Lonnie, Evie y Colega. Todo estaba saliendo de perlas, cuando de repente oímos gritar a la Su Majestad la Reina Leah, la abuelita de Audrey.
-¡Tú! - exclamó señalando a Mal con el terror reflejado en sus ojos - ¿Cómo es que estás aquí? ¿Y cómo te mantienes tan joven?
-¡Reina Leah! Tranquila. Maléfica sigue en la isla. Esta es Mal, su hija - dijo Ben tratando de calmar la situación a la vez que todos nos acercábamos sigilosamente. Me temía que esa situación no iba a acabar bien - ¿No recuerda que propuse brindar una oportunidad a los jóvenes?
-¿Oportunidad de qué, Ben? ¿De destruirnos? ¡Vamos! Lo recuerdas, ¿no? - soltó la mujer dirigiéndose al Hada Madrina - Las manzanas envenenadas, los hechizos...Los hechizos - añadió la Reina Leah sintiendo que se le cortaba la respiración y miró a Mal, muy seria - Mi hija...fue criada por unas hadas por culpa de la maldición de tu madre - Ella la miraba tristemente y todos nosotros contemplamos la escena sin decir ni una palabra y entendiendo su dolor - Sus primeras palabras, sus primeros pasos...¡me hizo perdérmelo todo!
La voz de la reina Leah sonó como un trueno lleno de impotencia. Nunca superaría aquel trauma e inmediatamente se puso a llorar. El Hada Madrina y Audrey la intentaban calmar. Sentí cómo Mal, por primera vez, sentía que se le rompía el corazón.
- Lo siento..., intentó decir, pero Chad la interrumpió.
-¡No la toques!
-¡Chad, no hagas eso!, le ordenó Ben poniéndose entre ellos.
Mal miró a Chad de arriba a abajo con desprecio. Lonnie, Doug, Audrey y los demás nos pusimos tras él para evitar que hiciera ningún movimiento del que se pudiera arrepentir.
-¿Qué? - soltó Chad, ofendido - Fueron criados por sus padres, Ben. ¿Qué crees que los villanos les enseñan a sus hijos? ¿Eh? ¿Compasión, juego limpio? ¡Ah, ah!
Chad nos miró a los demás esperando que nos pusiéramos de su parte, pero en ese momento, ni Mal ni los demás habían hecho nada malo. No era justo fastidiar el Día de la Familia por un malentendido.
-¡Chad, por favor, ya basta! - dije rogándole que no siguiera con la discusión con mi mirada - Dejemos la fiesta en paz, ¿vale?
-¡Venga ya! - soltó empoderándose - Sabes perfectamente que no te puedes fiar de esta gente. ¿No ves que sólo saben causar problemas? Tú - dijo señalando a Mal - le has robado el novio a otra chica - dijo mientras Audrey asentía con el corazón roto y después, se dirigió a Jay - Tú disfrutas haciendo daño.
¡Eso no era cierto! Jay era un chico musculoso y competitivo, pero había aprendido a ser generoso con su equipo. El problema es que Chad tenía envidia de él por haber sido nombrado mejor jugador del Torneo. El hijo de Cenicienta se estaba pasando de la raya. La gota que colmó el vaso llegó a continuación.
- Y tú - dijo echando a Evie con una mirada repulsiva - No eres más que una cazafortunas y una tramposa.
-¡Chad! ¡Cállate!, dije cogiéndole del brazo.
Pero ya era tarde. Evie se había enfadado de verdad. No iba a permitir que ese principito consentido la humillara frente a todas las familias del reino, así que cogió el espejo mágico de su bolso y pronunció unas palabras en alto:
- Espejo Mágico, dime pronto: ¿quién es en este reino el más tonto?
Evie mostró el espejo a todos, donde aparecía la cara de Chad, el cual se indignó y le dio un manotazo al espejo haciendo que Evie casi perdiera el equilibrio. Jay quiso defender a su amiga cogiéndole amenazadoramente por el cuello del traje. Yo, rápidamente, les intenté separar, pero antes de que pudiera hacer nada, Evie se vengó de él lanzándole unos polvos azules que provocaron que Chad cayera desmayado sobre nuestros brazos.
¡En cuestión de unos minutos se había formado un tremendo caos! Doug, Lonnie, Audrey y yo intentábamos reanimarle y, cuando me quise dar cuenta, Mal, Evie, Carlos y Jay se alejaron de la fiesta, disgustados. Yo me sentí fatal por ellos. No pude hacer nada por evitar aquel conflicto. Todo se había descontrolado debido a una ira acumulada durante tantos años.
De pronto, Chad se despertó y Audrey se lo llevó a la enfermería casi a rastras. Lonnie y yo nos quedamos mirando a Ben sin saber qué decir y Doug nos llevó con él hacia los merenderos. Eché la vista hacia atrás y vi que Ben se sentía hundido cuando sus padres le miraron con decepción. Como siempre, Audrey y Chad fastidiaron el gran momento. Ahora casi toda la academia se había enfadado con los hijos de los villanos, los cuales no hicieron más que defenderse. A su manera. Tuve que despedirme de mis padres con mal sabor de boca. ¡El Día de la Familia había sido un auténtico desastre!
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La historia de Tania Porter
Ficção AdolescenteHola, soy Tania Porter y soy la hija de los legendarios Tarzán y Jane. Soy una chica de selva, una loca curiosa, interesada por las aventuras y el riesgo. Os contaré mi historia, las aventuras que viví mientras estudiaba en la Academia Áuradon y cóm...