Tras una noche durmiendo en una habitación de hotel sobre una cama de sedosas sábanas y rodeada de un ambiente de lo más lujoso e impoluto, me desperté, me peiné y me vestí para salir a esperar al carruaje que nos llevaría de vuelta a la selva a mis padres y a mí. De pronto, unos pasos detrás de mí. Al girarme y ver de quiénes se trataba, suspiré hondo y sonreí.
- Hola, amigos, dije a todos.
Ellos me miraban, todos menos Jane, que estaba seria y cabizbaja. Entonces, dejé mi maleta en el suelo y me acerqué a Ben.
- Bueno, Príncipe Ben, ha sido un honor hacerme tu amiga, dije, sonriente.
- Lo mismo digo. Tenemos que repetir otra aventura así.
- Supongo que vendré más veces a Áuradon. Ya sabes, para conocerlo mejor y celebrar vuestros cumpleaños. Incluso, podéis venir vosotros a celebrar el mío a la selva. Pero ni se os ocurra venir así vestidos.
-¡Eso sería muy divertido! Y descuida, me pondré mi atuendo más informal, dijo con una sonrisa.
-¡Guay! Por cierto - dije acercándome para susurrar - Mantén el tema de la Isla de los Perdidos en secreto, ¿vale?
- Sí. Eso es entre tú y yo. Gracias por todo, Tania.
- Gracias a ti, Ben. Vas a ser un gran rey, dije abrazándole.
Después, me separé de él y fui hacia donde estaba la Princesa Audrey.
- Bueno, esto ha sido todo, dije poniendo una mano en la cadera.
- Sí. Siento que nuestra amistad no empezase muy bien, pero, al final, me encantó estar vos, Princesa Tania, dijo Audrey.
- Audrey, ya sabes que a mí el lenguaje real...
- Te pone nerviosa, lo sé - me interrumpió ella entre risas - Lo he hecho a posta.
- Me gusta tu sentido del humor, dije arqueando una ceja.
- Vuelve pronto. Y cuídate mucho, dijo espachurrándome con un abrazo.
Yo la correspondí y después, ambas nos sonreímos mutuamente. Luego, fui hacia Lonnie, que me esperaba con los ojos llorosos.
- Te voy a echar de menos, dijo ella con la voz quebrada.
- Y yo a ti - dije abrazándola - Y más todavía si eres una princesa diferente, como yo.
Ambas nos reímos y nos miramos fijamente.
-Tan, ¿me prometes que volverás a Áuradon?
- Claro que sí. Volveré antes de lo que te puedas imaginar.
- Te estaré esperando. Pásalo bien en la selva.
Nos volvimos a abrazar apretándonos más fuerte y después, fui con Doug.
- Gracias por todo, Doug. Has demostrado ser muy amable y...valiente, aunque te cueste creerlo.
-¡Aún no supero que haya saltado en liana!
- No se te da nada mal, dije dedicándole una sonrisa.
- Ah, ¿sabes qué? Formo parte de la banda de la Academia Áuradon. Tengo pensado componer una canción sobre nuestra amistad.
-¡Oh, Doug! ¿En serio? ¡Qué detallazo! Gracias, dije dándole un abrazo.
- No hay de qué. Nos vemos pronto, amiga, dijo separándose de mí.
Yo asentí y, antes de que pudiera dar unos pasos, Chad me cogió de las manos rápidamente.
- Tania, gracias, dijo mirándome fijamente con una sonrisa.
-¡Chad!, exclamé, sorprendida.
- En serio, gracias por lo que hiciste ayer por mí con Audrey.
- No fue nada...Sólo un empujoncito.
-¡Para mí lo fue todo! Ahora Audrey me habla y se ríe de mis chistes, es genial. Y ni siquiera tendrías que haberlo hecho.
-¿Por qué no? Lo hice porque somos amigos y...porque sé que algún día puedes llegar a salir con ella, susurré.
- Pero está enamorada de Ben.
- Mira, si le demuestras que eres un buen amigo, fiel y tan encantador como dice tu apellido, algún día, saldréis. Porque, créeme, hacéis muy buena pareja, dije sonriéndole.
-¡Gracias, de verdad!, dijo espachurrándome como había hecho Audrey.
¡Eran tal para cual! Le dediqué una última sonrisa y, cuando nos separamos, se fue con los demás, mientras yo me giré hacia mi querida Jane.
-¿Qué te pasa, amiguita?
- No quiero que te vayas, respondió ella, triste.
- Tranquila, no me voy para siempre.
- Pero no va a ser lo mismo sin ti. En un solo día te has convertido en mi mejor amiga. Imagínate lo que podríamos hacer en un curso entero.
- Lo sé. Pero mi vida entera está en la selva y tengo que quedarme ahí...de momento.
-¿A qué te refieres?, preguntó mirándome fijamente con curiosidad.
- Algún día, te prometo, que me mudaré aquí contigo a Áuradon. Mientras tanto, toma mi teléfono y llámame cuando quieras, dije dándole un papel.
-¡Gracias! ¡Te llamaré a menudo! Pero mientras...¿prometes no olvidarte de mí?
- Jamás me olvidaría de mi mejor amiga, Jane.
La hija del Hada Madrina me miró con un brillo de felicidad en su ojos. Las dos nos fundimos en un fuerte abrazo cuando, desgraciadamente, mis padres me llamaron para que me subiera al carruaje.
- Os veré pronto. Lo prometo, dije subiéndome a él.
Desde la ventanilla, me despedí con la mano. Cuando el carruaje arrancó, nos dijimos adiós. Pero no por última vez, porque me asomé rápidamente por la ventanilla trasera y alcé el brazo de nuevo. Una vez los había perdido de vista en el horizonte, me puse cómoda junto a mis padres y me quedé dormida durante el trayecto.
Un par de horas después, ya estaba de nuevo en el campamento. Por allí andaba mi abuela gorila Kala, la cual nos avisó de que había llegado algo al correo. Cuando mis padres me entregaron un fino paquete rectangular, supe lo que era en seguida. Acto seguido, fui corriendo hacia mi cabaña del árbol, la cual se encontraba al lado del lago de los elefantes, y me puse cómoda en su interior. Abrí el paquete y saqué la foto de mis amigos, la cual estaba protegida con un marco dorado y un corazón azul real en la parte superior. Sonreí y la abracé con fuerza.
-Nos volveremos a ver. Estoy segura, dije tras colgarla en la pared.
De pronto, alcé la vista y vi a los seis a mi alrededor, mucho más mayores, pero con la misma esencia que teníamos aquel día.
- Y aquí estamos, juntos otra vez, dije, emocionada.
- Me alegro muchísimo de que sigamos siendo tan amigos como en esa foto, dijo Lonnie.
- Yo también. Y ahora tenemos más amigos de los que disfrutar, dijo Ben.
Todos nos dimos un fuerte abrazo y, después, nos levantamos de la mesa y salimos de la biblioteca.
-¡Eh, chicos! - nos llamó Mal desde el otro lado del pasillo - ¿Os venís a la cafetería con nosotros?
Tras ella, estaban Evie, Carlos y Jay, que nos saludaron con la mano. Todos nos miramos mutuamente muy contentos y asentimos encantados. Éramos una pandilla, un escuadrón, una familia. Y yo no podía estar más orgullosa de cada uno de nosotros.
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La historia de Tania Porter
Fiksi RemajaHola, soy Tania Porter y soy la hija de los legendarios Tarzán y Jane. Soy una chica de selva, una loca curiosa, interesada por las aventuras y el riesgo. Os contaré mi historia, las aventuras que viví mientras estudiaba en la Academia Áuradon y cóm...