Hola, espero que os esté gustando la historia. En los siguientes capítulos se hablará sobre la aventura del segundo libro de los descendientes: "Regreso a la Isla de los Perdidos". No me gustaría haceros spoiler del libro si no lo habéis leído. Así que lo más correcto sería que os leyérais antes ese libro y luego continuéis con mi historia. Gracias. Para los que se lo hayan leído, quiero que sepáis que el libro estará muy resumido. No contaré la aventura entera de Mal, Evie, Carlos y Jay dentro de la isla porque, a parte de que se va a hacer muy largo contarlo todo, Tania no estuvo con ellos allí. Así que contaré los capítulos de Ben en Áuradon, resolviendo el misterio del dragón de Camelot, con Chad, las hadas de la hondonada y cuando se reúne con los hijos de los villanos en aquella cueva. Pero esta vez, incluyendo a Tania como he hecho con la primera película. ¡Disfrutad mucho y gracias por leer mi historia!
Llegó la mitad de curso y ya se aproximaba una fecha muy especial para la Academia Áuradon y para los Caballeros Guerreros, pero sobre todo, para mí. ¡Iba a tener lugar mi primer partido, mi primer torneo con los Caballeros Guerreros! ¡Y estaba de los nervios! Pero, además, no sólo había el torneo, si no que el mismo día, por la noche, se celebraba el Baile Anual de los Caballeros, en el que habría una fiesta, banquete y, por supuesto, un baile. Los chicos y yo habíamos estado entrenando muy duro para poder asegurarnos la victoria contra los Niños Perdidos del País de Nunca Jamás. ¡Estaba súper emocionada por que llegara aquel gran día! ¡Y cuando menos me lo esperaba, ya había llegado!
Me había recogido mi larga melena castaña en una trenza de espiga y ya llevaba puesto mi uniforme, tenía en las manos el palo, el escudo y el casco. En mi taquilla, guardé una mochila con un vestido que me había hecho Evie para el baile, zapatos y accesorios (tampoco demasiado cargado, porque yo no era cursi, como otras princesas).
-¡Venga, que ya salimos!, anunció Taylor.
-¡Lianas! ¡Me va a dar un ataque!, exclamé con las manos en el pecho.
- Poneos todos el casco y respirad hondo. ¡Vamos a ganar!, nos animó el entrenador Jenkins.
Y así fue. Me puse el casco y me reuní con mi equipo. Nos quedaban un par de minutos para salir.
-¿Estáis nerviosos, chicos?
- Un poco, sí. Como siempre - dijo Chad - Y eso que ya llevo muchos años jugando.
-¡Lo vamos a dar todo!, dijo Jay, entusiasmado.
- Sí, y con nuestra chica nueva seguro que ganamos, añadió Carlos rodeándome los hombros con su brazo.
- Prometo no fallaros.
- Recordad, más que ganar, lo importante es participar y pasarlo bien, dijo Herkie, hijo de Hércules, nuestro portero.
- Sí, pero si ganamos, mejor, dijo Jay con una sonrisa mientras se ponía el casco.
Carlos y yo nos colocamos en posición de salida y noté que estaba más nervioso de normal. Hasta se le resbaló el casco de las manos cuando se decidía a ponérselo.
-¿Todo bien, Perrito?, le pregunté posando mi mano en su hombro.
-¿Qué? Sí, sí. Tranquila...¡Estoy bien!, respondió él sin convencerme del todo.
- Oye, va a salir todo bien, ¿vale? No tenemos a Ben, pero estamos los demás y somos fuertes. Lo harás genial.
- Sí, podemos con esto - dijo Carlos mientras asentía y daba saltos en el sitio para prepararse - Gracias, Tan. ¿Lista?
-¡Siempre!, respondí, sonriente.
-¡Vamos, Caballeros!, gritó el Entrenador mientras se abrían las compuertas.
Salimos en fila a las pistas. Las gradas estaban a rebosar de alumnos y profesores de la Academia Áuradon y de los de la Instituto de Nunca Jamás. No distinguía a nadie, pero sentía que mis amigas Lonnie, Mal, Evie y Audrey estaban allí agitando sus pañuelos y gritando nuestros nombres. También podía escuchar a la banda tocando la marcha de Áuradon, entre los que se encontraba Doug dándolo todo con su trompeta. A la que sí distinguí fue a la chica bajo el disfraz de Caballero, que saltaba y agitaba los brazos al ritmo de la música. Esa era mi mejor amiga, Jane, a la cual devolví el saludo con una amplia sonrisa en el rostro. Me temblaban las piernas, pero no dejaba de sonreír. De la otra punta de la cancha, salía nuestro equipo rival, que nos echaron una mirada desafiante a todos. Decían que eran buenos, pero eso no nos impediría hacernos con el trofeo. ¡Y por fin el locutor empezó a nombrarnos!
-¡Jay, el jugador más valioso de los Caballeros!, anunció mientras este salía corriendo al centro del campo.
Y todo el público le aplaudió tan fuerte como nunca. Jay se estaba convirtiendo en un icono del mundo del Torneo.
-¡Carlos, el joven caballero estratega dispuesto a marcar un buen gol!, añadió mientras este iba saludando a la gente.
¡Todos estaban gritando su nombre y aplaudiéndole! Carlos se lo merecía. Desde su primer partido, había mejorado mucho y ya sabía cuál era su punto fuerte. Siempre tenía las ideas más originales y eficaces para nuestras jugadas.
El entrenador fue anunciando al resto de los jugadores y, finalmente, llegó mi turno. Fue el momento en el que mi corazón empezó a acelerar y mi cabeza se dio cuenta de lo que realmente estaba viviendo y lo que supondría para mí aquella experiencia.
-¡Y por último, la más reciente incorporación a los Caballeros Guerreros de Áuradon: Tania Porter, la primera y única mujer en la Historia de Torneo! ¡Un fuerte aplauso para ella!, anunció él mientras salía lanzando besos al público.
Todos me alababan y yo me sentía realmente emocionada. Mi sueño se había cumplido. Ese en el que veía a tanta gente gritando mi nombre, aplaudiéndome y animándome con mi equipo. ¡Fue una experiencia increíble! El locutor nombró a los demás, menos a Ben, que nos había fallado esa vez por asuntos reales privados. Por suerte, los Caballeros contaban conmigo. Y a Chad, pensando que iba a jugar todo el partido, le mandaron al banquillo casi al principio del partido. ¡Pobre!
El caso es que jugamos muy bien y gracias a la estrategia de mi equipo, mis movimientos, mis reflejos, la técnica de los demás jugadores y el ánimo de nuestros amigos en las gradas animándonos con sus pañuelos, conseguimos ganar. ¡Fue Carlos el que metió el gol definitivo, lo cual lo hizo aún más especial! ¡Estaba eufórica cuando terminamos! Hicimos piña y lo celebramos todos juntos, como hacíamos siempre. Fue un gran primer partido y yo sólo quería que llegase el siguiente para volver a darlo todo juntos a mis Caballeros.
Después de una celebración privada, los Caballeros nos fuimos a cambiar para el Gran Baile en nuestro honor. Entramos por la puerta y saludamos a todos nuestros amigos. Les di un abrazo enorme a Jane, Mal, Evie, Lonnie, Audrey, Jordan, Ally y Doug que nos habían estado apoyando durante todo el partido. Cuando salí de mi habitación, no me creía que acabara de jugar un torneo. Llevaba puesto un vestido de corsé negro y falda larga amarilla y en el único tirante que tenía, llevaba un broche de una flor lila, que iba a juego con mis tacones. Llevaba el pelo suelto rizado y un pasador de monitos que me lo sujetaba por detrás. ¡Estaba impresionante, he de admitirlo! Y todos los demás, también. Estuve disfrutando del buffet y bailando en la pista con Carlos, Jane y los demás. Sin duda, aquella tarde fue una de las más mágicas que he vivido nunca. Y eso que en Áuradon está prohibida la magia.
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La historia de Tania Porter
Novela JuvenilHola, soy Tania Porter y soy la hija de los legendarios Tarzán y Jane. Soy una chica de selva, una loca curiosa, interesada por las aventuras y el riesgo. Os contaré mi historia, las aventuras que viví mientras estudiaba en la Academia Áuradon y cóm...