CAP 29💘/ Parte 2️⃣

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Nos besábamos apasionadamente con desesperación. Lo empujé contra la puerta, tal vez demasiado fuerte, pues soltó un quejido. Buscó a tientas la perilla mientras seguía besándome. Cuando por fin logramos entrar, me lanzó a la cama. Chris se colocó encima de mí, mientras besaba mi cuello y bajaba cada vez más y más..
-Creí que entraríamos al Jacuzzi- dije tratando de controlar mi respiración.
Se dejó caer a mi lado, con la respiración entrecortada.
-Tienes razón, me pondré mi traje- se relamió los labios y se quitó la camisa. Joder.
Me levanté y tomé mi traje de baño de mi mochila. Rápidamente entré al baño y me desvestí, me puse el traje de baño con delicadeza, que consistía en una sola pieza color rosa pastel con dos lineas blancas a los costados, cuando terminé, me miré en el espejo: mi cabello café caoba caía sobre mis hombros, mis ojos estaban dilatados y el rubor que cubría mis mejillas me hacía ver como un pequeño conejo. Me veía... hermosa. Salí del baño, tratando de cubrir la mayor parte de mi posible. Siempre me había apenado que vieran mi cuerpo tan descubierto. Chris ya estaba dentro del jacuzzi, agregando bombas de baño de colores. De pronto levantó la vista y me miró...

NARRA CHRIS:
Levanté la vista de la bañera, y gracias a dios que lo hice. Ella estaba ahí, parada frente a mi, con su traje de baño rosa. Joder, cuanto amaba el rosa. Tuve que parpadear varias veces solo para cerciorarme que no estaba soñando, podría jurar que mis ojos brillaban y lanzaban chispas.
-Chris- mierda, probablemente había estado viéndola por mucho tiempo.
-Te ves hermosa, belleza- mordí mi labio por inercia. Pude ver que trataba de cubrirse.
Con la delicadeza de un gato, entró al Jacuzzi y se sentó frente a mi. El agua cubría de sus clavículas hacia abajo. Podía ver su cara y quedar hipnotizado.
-Gracias- podía ver el rubor en sus mejillas.- Veo que agregaste pétalos, y burbujas, y color- sonrió- me gusta.
-Es una pena que estas cosas se queden aquí, y solo puedan ser usadas una vez al año, ¿no crees?- no sabía que decir, de pronto me sentí nervioso.
-Eres el más lindo, Chris- se acercó para besarme y de pronto mis nervios desaparecieron.
Comencé a hacer el beso más intenso, ella me siguió la corriente, me recosté en el borde del Jacuzzi, mientras ella se colocaba encima de mi. Enredó sus brazos en mi cuello mientras yo pasaba un brazo por su cadera y el otro por sus hombros. Nuestras lenguas jugaban a encontrarse y luego a perderse. Comencé a sentir esa incómoda sensación en la parte baja de mi cuerpo, y ella pareció notarlo.
-¿Quieres ir a la cama?- pregunté con miedo a su respuesta.
-Si- sus ojos estaban dilatados.
Salimos del Jacuzzi y ni siquiera nos molestamos en secarnos, nos calentaríamos en poco, tampoco en cambiarnos de ropa, acabaría en el suelo en unos minutos. La recosté tiernamente en la cama. Me tomé unos segundos en mirarla. Era perfecta, amaba sus clavículas, sus enormes ojos de gato, sus pestañas largas, amaba cuando se mordía el labio, o cuando se enojaba conmigo por cualquier cosa. La amaba a ella, quería tenerla a ella. En todos los sentidos.
-¿Estas segura?- pregunté con un brazo a cada lado de su cabeza.
(...)
NARRA ANDY:
-¿Estas segura?- preguntó mientras me veía. ¿Que tanto me miraba?
Lo observé con detenimiento: su mandíbula estaba tensa, sus ojos dilatados como un gato, los lunares en su cuello, y la manera en que mordía su labio mientras esperaba por mi respuesta.
-Si, estoy lista- jamás había estado más segura en toda mi vida.

Chris sonrió de oreja a oreja. Besó mis labios de manera tierna, saboreando cada milímetro de ellos, yo hacía lo mismo, desde que probé sus labios no había nada más que prefiriera. Toqué su pecho, gimió un poco al sentir mi mano, pero me permití bajar a sus abdominales. Bajó sus labios hasta mi cuello, haciendo que me aferrara con fuerza a las sabanas.
Delicadamente deslizó mi tirante derecho, luego el izquierdo. Sentía pena, pero no de que pudiera verme, sino más bien de la desnudez en si. Besó el lugar donde habían estado mis tirantes antes y sentí las mismas cosquillas que la primera vez que me besó. Arqueé mi espalda un poco, lo suficiente para tocarlo.
-Eres hermosa- besó mi clavícula.
Se separó de mi y se quitó su traje de baño. Joder, no estaba preparada para eso.
Se recostó encima de mi sin poner su su peso realmente. Esto estaba pasando. De verdad estaba pasando. Delicadamente bajó el cierre de mi traje de baño, mi espalda quedó al descubierto. Pasó las Palmas de sus manos por mi espalda, causándome una sensación única, que nunca había sentido, me gustaba. Lentamente quitó mi traje de baño, mis pechos quedaron al descubierto, pero no sentí pena, ni pudor. Me sentí... bien. No tenía la necesidad de cubrirme, me sentía segura con el. Pasó el traje de baño por mis piernas, quitándomelo por completo. Estaba expuesta, expuesta para el.
-Eres hermosa, en todos los aspectos- se mordió el labio.
Sentí como me sonrojaba.
-¿Estas lista, belleza?- Mi corazón se aceleró considerablemente.
-Hazlo- dije tratando de sonar lo más sexy posible. Pero estaba tan nerviosa que creo que notó los nervios en mi voz.

Estábamos besándonos, tocándonos y sintiéndonos como nunca si fuéramos a morir mañana. De pronto el momento llegó.
Cerró los ojos y después de unos segundos, pude sentir como entraba en mi. La leve sensación de dolor fue reemplazada luego de unos segundos por una inmensa oleada de satisfacción. Los besos que me daba, los mordiscos en el cuello, eran nada a comparación de lo que estaba sintiendo. Esto era el puto cielo, Christoffer Schistad era el puto cielo. Se movía lento, despacio, como si tuviera miedo de que me desvaneciera. Después de que me acostumbré... a él, lo miré a los ojos y asentí, dando a entender que podía moverse un poco más rápido. Así lo hizo. Lo de hace unos minutos se sentía corto a comparación de cómo me sentía en ese momento.
Nuestras respiraciones, gemidos y jadeos inundaban la habitación, dando un ambiente muy excitante. Chris tomó mis manos y las entrelazó con las suyas, colocó nuestras manos unidas a cada lado de mi cabeza. Todo esto era demasiado. Pero se sentía tan bien. En un momento determinado sentí que mi cuerpo no podía aguantar más, y creo que Chris lo sintió también, pues en los últimos segundos comenzó a moverse más rápido. Y de pronto lo sentí. Ambos lo sentimos. Acabábamos de hacer el amor. Acababa de hacer el amor con Christoffer Schistad.
-Te amo- susurró en mi oreja después de que terminó. Mordió mi clavícula.
-Yo te amo más- tomé su cara en mi mano y la atraje a la mía.
Sin previo aviso, y tomándolo por sorpresa le di vuelta y me coloqué encima de él. Me acosté quedando a pocos centímetros de sus labios, de tal manera que mis pechos se encontraban tocando sus pectorales. Esta escena era de lo más excitante.
-Eres una diosa- soltó tratando de controlar su agitada respiración. Al mismo tiempo hacía figuras con sus dedos en mi piel, causándome cosquillas.
-Tu también- acaricié su rostro con las yemas de mis dedos.
Colocó una de sus manos bajo mis pechos, comenzó a acariciarlos con delicadeza. Esto era la gloria.
-Te mereces el mundo entero- solté, sin razón alguna.
-Tu eres mi mundo entero- me besó.
Lo miré con perversidad. Ambos sabíamos lo que iba a hacer.
Lentamente, fui descendiendo hasta llegar a sus caderas, vi su cara: tenía una ceja levantada, sus mejillas estaban completamente rojas por el esfuerzo y me miraba con sus ojos de "No te atreverías".
Si me atreví...

NARRA CHRIS:
Estar en ella era el jodido paraíso. Tal vez era el hecho de que realmente estaba enamorado de ella, pero esto era lo mejor que había sentido. Fue diferente, nunca lo había hecho lento, siempre era muy rápido, tal vez porque no me importaban un carajo las otras chicas. Con ella era diferente, fui lento porque sabía que nunca lo había hecho, quería que recordara este momento con amor. Aún si algún día termináramos (Dios, por favor no), nos cruzaríamos por la calle alguna vez y pensaría: "Wow, yo hice él amor con el, y fue mi primera vez". Y yo pensaría "Wow, yo hice el amor con esa diosa" porque eso es lo que era; una diosa. Después de un rato, asintió, ¿estaba pidiéndome más velocidad? Lo hice, ambos estábamos disfrutando mucho, demasiado. Los gemidos que salían de su boca era pon música para mis oídos. Lo más excitante que había escuchado. Lo más delicioso que había sentido. Entrelacé nuestras manos y las puse a cada lado de su cabeza. Su cabello despeinado la hacía ver más perfecta, si es que eso era posible. Era hermosa, por dentro y por fuera. Eso era indiscutible. Y me encantaba el hecho de que no sintiera pena frente a mi. Sentí que llegaba al clímax, así que comencé a moverme más rápido. Y creo que ambos lo sentimos.
Acababa de acostarme con la chica más hermosa del puto mundo.
-Te amo- susurré mientras mordía su clavícula.
-Yo te amo más- me besó.
Me tomó desprevenido y nos giró, quedando ella encima de mi. Sentía sus pechos en mi. Joder, justo cuando pensé que no había mejor sensación. Esto era muy caliente.
-Eres una diosa- hice figuras con mis dedos en su suave piel.
-Tu también- acarició mi rostro.
Comencé a acariciar sus pechos, suaves, como el resto de ella.
-Te mereces el mundo entero- Eso me hizo sentir como el hombre más afortunado del mundo.
-Tu eres mi mundo entero- la besé. Ya no había necesidad de drogarme. Sus labios eran suficientes.
Me miró con perversidad. Sabía lo que iba a hacer, solo que no podía creerlo.
Descendió hasta llegar a mis caderas, me arqueé inconscientemente. Nunca me había pasado, nunca. Supongo que ella despertaba cosas en mi que no creía posibles.
Me miró con cara perversa, levanté mi ceja. No se atrevería.
Si se atrevió.
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-Andy💘
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Love me,  Schistad💘      [S K A M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora