*Un año después*
Recuerdo que desde que era pequeña mi sueño siempre fue viajar, estudiar lo que me gusta y vivir de ello. Nada más. Nunca soñé tener hijos, ni casarme. Y cuando veía series o películas en la cual un personaje deja ir la oportunidad de su vida, una beca o un trabajo por su pareja, yo siempre pensaba lo mismo: "Pero que estúpido". Lo pensé cuando en Hannah Montana, Miley renuncia a la película por estudiar con su mejor amiga, cuando Troy rechaza una universidad por estar cerca de Gabriela, y cuando el padre de los Russo renuncia a su magia por casarse con una mortal. Era simplemente inconcebible en mi mente de 9 años. Y por mucho tiempo pensé así... hasta que conocí a Chris.
No voy a dejar pasar la oportunidad de estudiar en esa universidad, así que en cierto modo sigo siendo fiel a mi misma, pero lo entendí. Entendí lo que pensaban esos personajes... entendí el dolor. Entendí que a veces el amor puede ser tan fuerte, tan real, que te ciega y no ves nada más, porque no te importa nada más que estar con esa persona. Así me siento con Christoffer cada día de mi vida.
Hemos estado juntos dos años y simplemente no podía aburrirme de él. Todos los días eran una aventura nueva, una aventura de la que nunca me arrepentiría, ¿y es que como podría? Lo amo tanto que duele. Durante el último año, Chris y yo no habíamos hablado sobre lo inminente, solo sé que se iría a Suiza el mismo día que yo partía hacia California: una semana después de la graduación. Ha estado estudiando su primer año en la Universidad de Oslo, pero tendría que transferirse en poco tiempo. Decidimos que no valía la pena amargarnos así, así que decidimos tocar el tema lo menos posible, solo sabíamos que, llegado el momento tendríamos que decirnos adiós. Ambos acordamos que una relación a larga distancia no era una opción.
Es el día de mi graduación, no puedo creer lo rápido que se pasa un año. Me desperté más temprano de lo usual, y a pesar de que traté de volver a dormir no pude hacerlo.
5:00 am. La ceremonia inicia a las 8:30, así que aún tengo bastante tiempo. Bajé a hacerme una taza de café y luego comencé a arreglarme. Me planché el cabello y me puse mi vestido: era escotado, de un color entre rosa y dorado de tirantes que se abría en la parte de abajo de forma airada. Era perfecto, me enamoré de ese vestido desde que lo vi en un aparador, y no perdí tiempo para comprarlo. Me puse unos tacones dorados y me maquillé un poco más de lo usual, después de todo es mi graduación.A eso de las 7:30 ya estaba lista, bajé a la sala y mis padres ya estaban listos también. Habían venido por mi graduación, para verme, Jason no había podido venir porque él también tenía una ceremonia hoy, pero me mandaba saludos y "felicitaciones".
-Andy, ¡estás preciosa!- mi madre corrió hacia mi y me besó.- Pareces una princesa!-
-Es una princesa- mi padre se acercó y me abrazó.- ¿Ya estás lista?-
Asentí. Hoy era el final de un ciclo, él término de una era, pues en menos de 2 semanas estaré en California, desempacando y preparándome para mi futuro.
-Antes de ir a la escuela, ¿podemos parar en Starbucks? Quiero comprar algo-
Mi padre estacionó el auto frente al establecimiento y bajé de el. Creí que la gente me vería raro, ya saben, una chica en un extravagante vestido a punto de comprar en una cafetería, pero no. Nadie parecía tomarle importancia.
-Bienvenida a Starbucks, ¿que desea llevar?- preguntó la cajera.
Sonreí, esa sería la última vez que compraría un chocolate caliente antes de ir a la escuela.
Este es el último.
-Hola! Quiero un chocolate caliente grande con crema batida, por favor-
Lo bebí con calma, bebí con calma el último chocolate caliente camino a la escuela.
-Buscaremos asientos, pero tú ve y diviértete con tus amigos, ¿de acuerdo?- mi madre me besó una última vez y se retiraron a sentarse.
-Sabes, tengo novia pero podría engañarla contigo- me giré al escuchar la voz de Chris- Diablos! Eres tú- sonrió.
Estaba usando un pantalón y zapatos de vestir negro con un saco del mismo color, bajo este, usaba una camisa de botones blanca, pulcra, limpia, como el. Su cabello estaba perfectamente peinado. Parecía un príncipe... y yo soy su princesa.
-Te ves extremadamente guapo... y caliente-
No pudo evitar soltar una carcajada.
-Siempre te he dicho que te verías hermosa hasta con un saco de papas, belleza, pero esto- retrocedió un paso para admirarme- Esto ha rebasado tus propios límites. Nunca te has visto más hermosa. Mi novia es la chica más hermosa de la graduación- se acercó a mi, me rodeó la cintura y me besó.- Ahora ve, tus amigas esperan por ti- me empujó suavemente hacia Noora.
Usaba un vestido rojo que hacía juego con sus labios, Eva llevaba un vestido rosa pastel, similar al que había usado yo en la graduación de Chris, Vilde llevaba uno azul cielo, Chris uno color plateado, y Sana estaba usando su mejor hiyab. Todas se veían hermosas, todas irradiábamos felicidad, todas estábamos perfectas.
-Por fin tantos años de tortura sirvieron para algo!- gritó Eva, quien por cierto, había retomado su relación con Jonas.
De pronto sus pequeños encuentros con Chris parecieron imaginarios. Como si nunca hubieran pasado.
-Todo valió la pena chicas, porque las conocí- dije al borde de las lágrimas.
No puedo imaginar mi vida sin estas chicas a mi lado apoyándome en cada momento.
Nos fundimos en un fuerte abrazo mientras escuchaba los click de la cámara del fotógrafo oficial de la escuela. De seguro pegaré todas las fotos en mi habitación en la universidad.
Eventualmente nos sentamos una junto a otra, apretaba la mano de Noora cada que me sentía nerviosa.
-¿Quieres calmarte? Lo más difícil ya pasó, estamos aquí!- me tranquilizó.
-No debí ponerme tacones, ¿y si me caigo?-
-Eso no pasará! Pero si te caes- puso ambas manos sobre las mías- Yo me caeré contigo-
-Agh, no sé qué haré sin ti!- la abracé con fuerza- Me harás mucha falta-
-Debo decirte algo...- la miré un tanto asustada- Me mudaré con William...-
-¿Retrocedimos un año? Has estado viviendo con William desde el año pasado-
-A Londres, quiero decir. Su padre tiene su negocio allá y William trabajará para el. Además, Oxford tiene el mejor programa para mi carrera, ¡no podría ser mejor!-
Me alegré enormemente por ella. ¿Qué mejor que estudiar lo que te gusta, en un lugar que te gusta, con la persona que amas?
El director comenzó con las palabras motivadoras, literalmente recicló el discurso del año pasado, y me pregunté si hacía eso en cada generación, tal vez el discurso era más viejo que yo.
-Eva Mohn, promedio de 8.9, Universidad de Oslo- comenzó.
Todas las chicas aplaudimos y gritamos con júbilo. Sabíamos que de todas, era Eva a quien le había costado más trabajo conseguir una buena nota.
-Noora Sætre, promedio de 9.6, Oxford-
William vitoreaba a Noora y la veía como un ciego miraría al mundo por primera vez. Quien diría que los dos fuckboys de la escuela se enamorarían de dos mejores amigas.
-Andy Stone, promedio de 9.8, que por cierto fue el mejor promedio de su generación, Universidad de artes de California-
Me puse de pie y una sensación rara me invadió el cuerpo. Como si hubieran inyectado anestesia y adrenalina en mi torrente sanguíneo. Los aplausos de las personas me aturdían y las luces me encandilaban, aún así mantuve mi sonrisa hasta el final. Subí los escalones y caminé hacia el director. Todos me miraban, pero no me observaban realmente, supongo que todos estaban demasiado nerviosos por ellos mismos como para preocuparse por mi. Fue hasta que vi la mirada penetrante de Christoffer justo en medio de todos que pude tranquilizarme.
-Lo haces de maravilla- pude leer en sus labios.
Mis padres aplaudían y tomaban fotos y videos de todo. No querían perderse nada.
-Felicidades- El director estrujó mi mano y me entregó mi diploma, perfectamente envuelvo en un listón rojo de terciopelo.
No fue hasta que toqué tierra firme que regresé a la normalidad, donde Chris me esperaba con los brazos abiertos, dispuesto a darme el más cálido de los abrazos.
-Te tengo una sorpresa- susurró en mi oído.- Acompáñame a un lugar cuando esto termine-
-Tenemos la comida con los chicos y luego la fiesta, ¿llegaremos a tiempo?-
-Claro que si- se mordió el labio- A menos que querías hacer algo más- me miró perversamente.
-Ya veremos- susurré sobre sus labios.
(...)
-Oh no se preocupen, nosotros iremos al centro comercial antes, y oí que Eva y Jonas irían con sus padres, así que tenemos tiempo, solo recuerden que la comida es a las 3 en casa de Eva- dijo Noora, todavía feliz.
Y no creo que esa felicidad se vaya en mucho tiempo.
-Genial, los vemos ahí entonces-
Subí al auto de Chris y nos dirigimos a un destino secreto (para mí). Como era su costumbre, nunca me decía a donde íbamos. Todo estaba bien hasta que vi el letrero de "Usted está saliendo de Oslo".
-Chris, ¿a donde vamos? Ya estamos fuera de Oslo!-
-Ya verás! Se que cuando veas la sorpresa no te importará nada más- respondió confiado. Siempre con tanta seguridad.
Voy a extrañarlo como el infierno.
-Ponte esto- me dio un short de mezclilla y una blusa que había dejado en su casa.
Oh, dentro de poco tendré que llevarme todo lo que dejé en su casa.
No pregunté y simplemente lo obedecí, aunque si me cambié en los asientos traseros, cuidando que nadie me viera. Dejé mi vestido doblado junto a mi. Y me di cuenta que unos tenis míos estaban ahí también, así que me los puse.
Después de un rato se detuvo en un mirador. Conozco este mirador. Del otro lado de la carretera, había un bosque tan espeso que no podías distinguir la luz del sol. Conozco este lugar.
-¿Ya recordaste?- preguntó divertido.
-La casita del árbol. Donde tú y tus padres pasaban una noche de camino a la cabaña. Donde una vez me trajiste para una cita-
-Fue donde me di cuenta que estaba enamorado de ti- soltó serio.
Me sonrojé y reprimí una sonrisa. Amaba aún más a Chris cuando decía ese tipo de cosas.
Caminamos un rato dentro del bosque, a veces me caían gotas, pero no estaba lloviendo, eran gotas que aún quedaban en los árboles y que no podían evaporarse debido al poco calor que recibían. Hasta que por fin llegamos a la casita. Estaba igual que la primera vez que había estado en ella, aunque le había crecido algo de moho en el techo y ahora rechinaba la madera con cada mínimo movimiento. Una vez arriba, Chris me dirigió al tercer piso, ese donde una vez habíamos tenido un picnic, donde habíamos dormido juntos arrullados por la lluvia.
Había hecho casi lo mismo: había mantas acomodadas y almohadas.
-Ponte cómoda- me indicó.
Me senté sobre una manta y puse una almohada detrás de mi espalda. Observaba con detenimiento cada pequeña parte de la casa, y Chris hacía lo mismo conmigo.
-Sigue estando igual de hermosa- dije.
-Igual que tú- respondió.
-Basta!- le lancé una almohada- ¿Qué hacemos aquí?-
Se sentó junto a mi y me tomó de las manos, obligándome así a verle a los ojos. Esos ojos que me habían enamorado 2 años atrás, y que lo seguían haciendo cada día.
-Escucha, te amo. Lo sabes, se que nuestro comienzo no fue nada fácil. Hicimos algunas cosas que... hice algunas cosas- se corrigió- Que no deben hacerse pero que aún así hice, y me perdonaste, porque me amas y confías en mi. No podría estar más agradecido con Dios, el universo, o lo que sea que te puso en mi camino, pero aquí estás- sonrió. Y yo aún no tenía idea de que quería decirme- Te amo más que a nada en el mundo y te quiero para siempre...- tomó aire- Me iré contigo...
Agité la cabeza. Había oído mal. Había sido una confusión auditiva muy desafortunada.
-¿Disculpa?- pregunté. Él sonrió divertido. Le resultaba divertida mi confusión.
-Me iré contigo a California. Voy a vivir allá-
Nunca, nada me había hecho sentir mejor. Sentía literalmente que estaba flotando en las nubes, que me habían inyectado un arcoíris en mi sistema. Sentía que sudaba felicidad.
-¿Qué?- me lancé a sus brazos y lo abracé con fuerza, como si temiera que se desvanecería- ¿Como? ¿Cuando? ¿Qué, qué?- Estaba temblando.
-Mi abuelo quería enviarme a Suiza, si, pero luego de explicarle nuestra situación, luego de que vio cuánto te amo y cuánto me amas a mi, aceptó mi idea de abrir la sucursal nueva en California, estudiaré la universidad ahí... y adivina: ¡voy a regresar a modelar! Con Michael Kors! Ya está hecho, estaremos juntos!-
Yo solo negaba con la cabeza. No puede ser que el universo sea tan bueno conmigo de repente. Pero así era... todo esto es real. No podía dejar de tocarlo, comprobando que no se trataba de un sueño.
-¿Es... es real?- pregunté a punto de derramar las lágrimas.
-Si, es real-
Puse mis labios sobre los suyos y comenzamos a besarnos. Primero con dulzura y lentitud, pero luego se fueron transformando a más salvajes e intensos. Me posicioné sobre el, mientras seguíamos besándonos, enredaba sus dedos en mi cabello, y yo lo atraía a mí lo más que podía. Los latidos de su corazón me arrullaban, podría quedarme dormida solo con escucharlos y despertarme con su brazo alrededor de mi cintura, con su cabeza escondida en mi cuello, sintiendo su respiración en mi oreja.
Supongo que así lo haría, por el resto de mi vida.
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-Andy💘
Bueno, este es el final de la novela, ¿que les pareció? Porfavaaaaar comenten🤞🏻
Y recuerden que el epílogo se sube en 3 días, será corto y ese sí será el último. Por favor díganme que les pareció, que les gustó, que no les gustó, las leo🥀🤞🏻.
Recuerden votar y gracias por leer💥💜
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Love me, Schistad💘 [S K A M]
AléatoireChris Schistad es el Fuckboy oficial del instituto, todas quieren algo con el, aunque sea por una noche, todas quieren portar la muy típica sudadera de los Penetrators, y siendo sincera ¿quien no querría? Bien, ahí es donde entro yo... pero quien cr...