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Adelaide y Michelle caminan por los pasillos hacia la salida, cuando Betty aparece frente a Adelaide. La rubia usa unos algodones en sus oídos para seguir el cuento de que sufrió una lesión por culpa de la morena.

—Espero que estés contenta—chilla lo suficientemente fuerte como para captar las miradas de casi todos los estudiantes que están por salir.

—¿Por qué? ¿Porque tu lesión es falsa o porque tus padres no intentarán demandarme?—desafía Adelaide. La chica nunca se deja intimidar cuando alguien se acerca con prepotencia. Lo ha dejado en claro varias veces.

—¡Por quitarme a mi novio, zorra!—vuelve a gritar, haciendo que todos se detengan a ver el espectáculo. Adelaide frunce el ceño, viéndola con desprecio—No te hagas la estupida, Adelaide. Cindy te vió mandándole papelitos en clase. Eres tan patética.

—No tengo por qué explicarte nada—responde Ade, tomando a Michelle de la muñeca y llevándosela a la salida para evitar a Betty, pero ésta la sigue.

—Claro que no, ya quedó en claro que eres una gran zorra—intenta ofenderla, pero Adelaide decide ignorarla mientras sigue caminando—. Claro, tú novio John te abandonó, así que intentas buscar su reemplazo. ¿O acaso aún no superas a tu noviecito suicida?

Adelaide para en seco. La rabia consume su cuerpo y empieza a temblar del coraje.

—¿Qué dijiste?—dice entre dientes, sintiendo presión en la mano con la que había agarrado la muñeca de Michelle.

—Ade, vámonos. No vale la pena...

—Repítelo. Dímelo en la cara—escupe Adelaide, roja del coraje.

Todas las personas veían la escena, muchos sorprendidos por las palabras de Betty y otros esperando que Adelaide responda con golpes. Y ahí se encuentran Peter y Jude, el primero se acerca a Adelaide para tranquilizarla y el segundo va con Betty para tratar de evitar que siga hablando.

—¡Vamos, dilo!—ordena Adelaide, sintiendo como sus ojos arden—¡Atrévete a decir su nombre y te haré sangrar!

—Adelaide, tranquila—le pide Peter, consternado por lo que está pasando.

—¡Atrévete! ¡Hazle saber a todos lo insensible que es Betty Brant!

—Vámonos, Ade—le suplica Michelle, jalando un poco a la chica y ésta por fin reacciona.

Respira profundamente y se da la vuelta para irse con Michelle y Peter, cuando Betty se atreve a abrir la boca otra vez.

—Qué lástima que tu novio era gay. La verdad, esperaba más que tú te suicidaras a que él lo hiciera. Pero tengo el presentimiento de que se reunirán pronto. Eres tan débil como ese mariquita.

Banshee [MARVEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora