•55•

354 25 0
                                    

•••

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

•••

Adelaide había tardado un buen rato en acostumbrarse de nuevo al ambiente que se vive en Industrias STARK, aún más debido a que el personal no era tan grande como antes y los pocos agentes de SHIELD que había ya estaban siendo trasladados.

No pudo dormir tan bien como esperaba, pero comparado con la hora y media que pudo descansar antes de subirse al avión, las cuatro horas en su "nueva" habitación fueron suficientes.

Peter había estado mandándole mensajes para asegurarse de que estaba bien, ya que después de salir de la escuela estuvo patrullando por las calles de la ciudad, a pesar de que todo estaba en orden desde hace meses.

—Hey, Ade—escucha a MJ llamar a la puerta de la habitación, por lo que se para que esta entre, apartando un rato las varias carpetas en su brazo izquierdo—. El señor Stark tuvo que salir, pero dijo que te sacará de la habitación a tomar aire fresco.

—Podemos asomar la cabeza por la ventana—bromea la chica, provocando que su amiga sonría—. Espera un poco, quiero avanzarle a algunas materias.

Ella se acerca a un lado de su cama y toma la laptop que Tony le había mandado hasta Canadá para que no abandonara sus estudios.

—¿Regresarás a Midtown?—le pregunta Michelle, al ver que Adelaide traía la misma mochila que llevaba a la escuela.

—No lo creo. Me agrada estudiar en línea, es menos estresante—contesta—. Además, no extraño nada el drama que se vive en esa escuela.

—En eso tienes razón—concuerda su amiga—. Y de hecho, tengo muchas cosas que contarte.

—Soy toda oídos—dice, saliendo con su amiga de la habitación y dirigiéndose al elevador.

—Jude y Betty terminaron por fin...

—Y regresarán en unos días—se le adelanta la chica, con una sonrisa burlona en la cara.

—Espera, deja que te diga. Quiero ver cómo se te cae la quijada al suelo—la regaña MJ, preparándose para continuar—. Ella terminó con él. Y al parecer no fue nada bonito, porque Jude ha faltado varios días.

Su amiga tiene razón, la quijada de Adelaide casi cae al piso. No consideraba que Betty fuese capaz después de todo lo que Jude le dijo sobre ella, pero ya había descubierto que las palabras del chico no eran de fiar.

—Pues la verdad me alegra que Betty lo haya hecho. Alguien tiene que poner a Jude en su lugar.

—Bueno, Peter lo ha hecho varias veces—suelta MJ como si no fuese algo tan importante, pero capta la atención de Adelaide de inmediato—. Pelean mucho en clases. Una vez Ned y yo tuvimos que detenerlos en el pasillo porque Jude hizo un comentario sobre tu ausencia, no fue muy agradable.

—Pero Peter...

—No es así, lo sé. Pero tenerte tan lejos nos afectó de distintas maneras.

Adelaide se queda sin palabras, ya que no imaginaba que estar lejos de Peter pudiese cambiar algo tan importante y característico de él: ser tan reservado.

—Pero no lo tomes a mal, Ade. Jude es un idiota por hablar de ti a tus espaldas, y tú lo haz dicho. Él merece que alguien lo ponga en su lugar.

—Solo espero que Peter no lo vuelva a hacer—finaliza, saliendo del establecimiento y sentándose en una de las mesas de afuera, donde ambas jóvenes empiezan a trabajar en sus respectivos deberes.

Adelaide no pudo evitar ver el sello del Orfanato Little Flower en las carpetas que Michelle traía. La vió extrañada pero luego recordó que su padre había quedado como director del Orfanato después de despedir a la señora Sanders.

Antes de preguntarle al respecto, Adelaide recuerda lo que Tony le había contado sobre el doctor Jones y que no debía tocar el tema a menos que su amiga lo hiciese primero.

—Y dime...—empieza Adelaide, tratando de encontrar una manera de sacar el tema sin ser insensible—¿Cómo le está yendo a Kevin en el Orfanato?

—Muy bien, de hecho—responde MJ, con la mirada fija en los papeles de la institución—. Le he estado ayudando a encontrar padres aptos para diez niños que tienen mucho tiempo ahí.

—Me alegro—dice Adelaide, con una sonrisa en el rostro—. Ya era hora que alguien cambiara la situación en ese lugar.

—Kevin no hace más que seguir los pasos de mi padre—comenta Michelle, pero se nota que le duelen esas palabras—. Yo supongo que Stark ya te ha contado lo que pasó.

—Me dijo que está internado—admite, pero teme que le afecte a su amiga contarle con detalle lo que había pasado.

—Pues es eso. Le dio un infarto en el trabajo, y cuando lo llevamos al hospital nos dijeron que sus heridas volvieron a abrirse, no se sabe por qué. Kevin no se volvió a acercar al hospital porque piensa que es su culpa, por eso está tan dedicado con el Orfanato.

—Lo siento mucho, MJ—se compadece, antes de darse cuenta que sus ojos estaban llenos de lágrimas.

Ella se acerca a su amiga para tomarla por los hombros, tratando de reconfortarla.

—Perdón, no debo ponerme así—dice Michelle, secándose las lagrimas con la mano—. No contigo, no es justo darte más carga...

—Michelle, somos amigas. Tu haz estado para mí, y yo estaré para ti de igual manera—logra decirle sin que su voz se corte—. Él estará bien, se recuperará así como se recuperó la primera vez. No lo vas a perder, MJ.

Ella asiente, tratando de tranquilizarse, y abraza a Adelaide.

—Gracias, Ade—susurra, provocando que ella sienta un pinchazo en el estómago—. Te extrañé mucho.

Adelaide no sabía en ese momento, pero se arrepentiría de haberle dado esperanzas a su amiga en poco tiempo.

•••

Banshee [MARVEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora