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Su corazón late tan fuerte que siente que podría salirse de su pecho en cualquier momento.

Por años, había anhelado saber algo sobre sus padres, más que nada si ellos estaban vivos. Y ahora, después de las palabras de Stark, siente como algo en su corazón revive. Algo que estuvo apagado por mucho tiempo.

—¿Mi... mi padre?—repite, con voz temblorosa.

María fulmina con la mirada a Stark, dando a entender que no era momento de decirle eso a la chica, pero ya no hay vuelta atrás.

—Él está vivo—contesta María, viendo a Adelaide con seriedad, hasta que agacha la cabeza al continuar hablando—. Pero... está en prisión.

—¿Qué?—suelta, sintiendo punzadas en la cabeza, y una sensación de mareo que recorre su cuerpo—¿P-por qué?

—Será mejor que tu padre te cuente todo—se adelanta el doctor Jones—. Está claro que no confías en ninguno de los presentes. Pero si tuvieras a tu padre frente a tus ojos, a él sí le creerías, ¿o no?

—¿Cómo podría hablar con él si está en prisión?—rechista, empezando a reflejar coraje en contra del hombre.

—De eso me encargo yo—responde Stark, acercándose a la puerta de su oficina—. Puedo llevarte ahora mismo. Eso si tú quieres.

La idea de conocer a su padre provoca que una ola de pánico se apodere de Adelaide. El mareo se hace más fuerte y se debilita lentamente. Siente que le falta el aire, por lo que se da la vuelta para recargarse en la pared y trata de recuperar el aliento.

—Adelaide...—escucha a Peter con claridad—¿Estás bien?—se acerca a la chica preocupado, con la intención de ayudarle.

Michelle y Kevin también querían acercarse a ella, pero como Peter se les había adelantado y su padre los había detenido, se obligaron a verla sufriendo.

—Es un ataque de pánico—alcanza a escuchar al doctor Jones, con un tono neutral en su voz.

Ella intenta calmarse, concentrándose en contar y pensar en cosas buenas, las cuales no puede encontrar en un momento como este. Siente la mano de Peter tocar su hombro y su voz resulta el mejor remedio que pudo encontrar, a pesar de que no entender con claridad lo que le dice.

—Estoy bien... estoy bien—le dice a Peter, apartando la mano que reposaba en su hombro.

—Será en otro momento, no te preocupes—comenta Stark, retirando su mano de la perilla de la puerta.

Banshee [MARVEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora