banshee | AmEˈbænʃi, BrE ban'ʃiː, ˈbænʃiː |
(Mythology) en la mitología irlandesa, espíritu de mujer cuyo llanto presagia una muerte.
Las Banshee son mujeres con una fuerte conexión con la muerte.
Esta conexión las lleva a vincularse y perc...
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Adelaide pasó la noche acompañando a Michelle, pues ella no quería despegarse de su padre en caso de que algo pasara.
No pudo dormir, debido a que no dejaba de culparse por lo sucedido. Trataba de encontrar una solución, ya que ahora no podía tomar la misma decisión que iba a tomar hace algunas horas. No se puede ir hasta acabar con esa mujer, y para eso debe prepararse muy bien.
Pasaban las siete de la mañana y Adelaide salió de la habitación, pues quería saber cómo seguía Peter.
Cuando la enfermera le permitió entrar, siente un golpe en el estómago al ver a Peter en la camilla, con la nariz rota, el hombro vendado y una gasa en su cabeza.
Su tía yace recostada en el sofá más cercano a su camilla, tratando de descansar luego del susto que le dio Stark al llamarle por el accidente.
Adelaide estaba por salir, cuando escucha la dulce voz de May:
—No te vayas, Adelaide. Puedes acercarte, le gustará tenerte aquí cuando despierte.
Ella se acerca, sentándose a un lado de la agradable mujer.
—Lo siento, señora Parker...
—¿Por qué?
—Siento que pude haberlo impedido—murmura, viendo sus manos con pena.
—La misión de Peter es cuidarte, y es lo que hizo. Son gajes del oficio—responde, sorprendiendo a la chica—. Peter me contó todo, luego de descubrirlo usando su traje. Ese chico nunca cierra la puerta de su habitación—se ríe, viendo a su sobrino con ternura—. No estaba de acuerdo, es mi instinto protector. Pero sé que es responsable, y sé que lo que hace es un acto de abnegación.
Ve a la mujer a los ojos, deseando con tantas ganas haber tenido una figura materna como ella.
—Además amenacé a Stark. Si algo le pasa, lo mataré con mis propias manos.
Ambas ríen, ocasionando que Peter se mueva levemente antes de abrir sus ojos y ver a las dos mujeres a su lado.
—Adelaide...—susurra Peter—Perdón. Pude haber hecho más. Debí ser más fuerte, impedir que se la llevara...
—Hey, tranquilo—empieza Adelaide, acercándose al joven—. No es tu culpa. No tienes que disculparte.