Banshee [MARVEL]

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Adelaide sentía mucha ansiedad. Las clases pasaban más lento de lo normal y le estresaba que en cada clase los profesores la detenían para ponerla al corriente con tareas y trabajos. Nunca había deseado tanto que llegara la hora de salida.

Al parecer los rumores sobre ella habían parado porque había otro más reciente, que Jude y Betty habían regresado. Pero claro, eso ya no le importa a Adelaide. Ella sí tiene prioridades.

Decidió pasar su receso en la biblioteca para avanzarle un poco a los trabajos y no tener tanta carga el fin de semana, ya que quiere empezar con su entrenamiento lo antes posible.

—Hola, Adelaide—escucha a un chico y voltea para ver quién es, encontrándose a Ned.

—Hola, Ned—le saluda, mientras él se sienta a su lado—. ¿Fuiste a visitar a Peter?

—Sí, ayer. De hecho, te vi saliendo con el señor Stark del hospital. No pude saludarte porque el chofer aceleró—responde, haciendo que Adelaide forme una pequeña sonrisa. Por él Happy aceleró y casi pierde el brazo derecho.

—Lo siento, ellos no querían más preguntas. Fue un accidente horrible—se angustia y borra su sonrisa de inmediato al recordar que muchas personas habían muerto.

—Lo fue, sí...—se nota que está un poco nervioso, como si tuviera que decir algo.

—¿Estás bien?

—¿Eh? Ah, sí... Sí, es sólo que... Me siento solo sin Peter, ¿sabes?—suelta—Cuando escuché que estaba en el hospital, me asusté demasiado. Aún más porque tener habilidades como las suyas no pudo salvarlo.

Adelaide lo voltea a ver con sorpresa. ¿Acaso todos sabían que Peter es Spider-Man, menos ella?

—¿Tú lo sabes?—él asiente, algo cabizbajo.

—Se muchas cosas, incluso de ti, pero no mucho. Se de tus gritos—eso le revuelve el estómago a Adelaide. Al parecer Peter no sabe guardar secretos—. Pero no diré nada, te lo prometo. Es algo que Peter me confió y yo no traiciono.

—¿Y yo sí?—interpreta lo dicho por el joven.

—No, pero... Peter es un chico muy frágil cuando respecta a sus sentimientos. No debería decir esto, pero le gustas y mucho. Y tengo el presentimiento de que a ti también te gusta.

—Ned, ¿a qué quieres llegar?

—Cuídalo, Adelaide. Te lo digo como su mejor amigo y casi hermano. Él haría lo que fuera por ti y creo que eso lo demostró cuando salió herido. No podemos perderlo.