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Todos en la escuela hablan sobre él.

Adelaide recibe miradas de lástima e incluso escucha comentarios sobre Logan cada vez que va a su casillero o a su siguiente clase, y la verdad ya no lo soporta.

Ellos no tienen idea de todo lo que Logan tuvo que vivir, así que lo llaman débil por su acción y eso hace que Adelaide quiera romperles la nariz. Pero, claro, no puede. Ya había tenido bastantes problemas el año anterior como para seguir agregando cosas a su expediente.

La chica camina sola, recordando los días en los que tenía que parar en el salón de Matemáticas porque Logan aún no terminaba el trabajo. Ahora no tiene que esperar a nadie.

Ni siquiera Michelle, su única amiga mujer, se le había acercado desde que llegó a la escuela. Pero eso se debe a que ahora se encarga del club de matemáticas desde que Liz se fue de la ciudad.

La han invitado miles de veces a unirse a ese club, pero siempre los rechaza. Nunca le ha gustado formar parte de grupos como estos, donde hay más presión de la que puede aguantar. Ella es muy inteligente, pero sólo trabaja por su cuenta.

La hora del almuerzo llega y Adelaide siente un nudo formarse en su estómago cuando está a unos pasos de abrir las puertas de la cafetería. Se sentará sola, sintiendo las miradas de la mayoría de los estudiantes. Tal vez le sigan preguntando cosas sobre Logan, y si lo hacen, no tendrá forma de evadirlos sin ser grosera.

La chica se sienta en la mesa ubicada en el rincón izquierdo de la cafetería, demasiado lejos de la puerta y retirada de las mesas del centro, donde se sientan las personas más egocéntricas de la escuela, y Jude.

Ignora todas las miradas y saca su libro de Matemáticas para terminar de hacer los ejercicios pendientes de la clase, y también para ignorar los murmullos de las personas que pasan cerca de ella.

—Hey—escucha una voz masculina y se ve obligada a levantar la cabeza para ver a la persona—. Adelaide, ¿cierto?

Hay un poco de nerviosismo en su voz, aunque intente disimularlo pasando sus dedos por su castaño cabello. Es Peter, con quien comparte casi todas sus clases pero nunca le había dirigido la palabra.

—Sí—contesta con un tono cansado, evitando sonar molesta—. ¿Qué se te ofrece?

—Yo, ah... Vengo a hacer... a preguntarte algo—vacila el chico, tocando la mesa con los dedos inconscientemente.

Adelaide no puede hacerlo. No ha habido ni una sola persona en todo el día que le haya preguntado algo que no esté relacionado a Logan, y si Peter lo hace, probablemente lo golpeará en la cara.

—Escucha, si es sobre Logan... Será mejor que sólo te vayas—no sabe cómo pudo contenerse, pero logra que su puño no toque la linda cara del chico—. Ya me cansé de sus estúpidas preguntas—cierra su libro y lo mete a la mochila lista para irse, pero él la detiene tomándola del brazo derecho suavemente.

Banshee [MARVEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora