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—¿Entonces está en Manhattan con un tipo que muy apenas puede mantenerse?—inquiere Jones, después de escuchar a dónde habían llevado a Adelaide en la madrugada.

—¿Y a ti qué te importa con quién esté?—suelta Peter, mostrando su molestia por el interés que parece tener por Adelaide.

—Chicos, no empiecen—interrumpe Michelle antes de que sigan con sus peleas casi diarias en la Base—. John es como un hermano para Adelaide. Sé que estará bien, así que cierren el pico y concéntrense en sus propios asuntos.

—Ella es nuestro asunto—responde su medio hermano, cruzándose de brazos y viéndola con molestia.

—Ya no más—le contesta María, recién entrando en la oficina donde están los chicos—. Terminaron con su misión. Se les asignará otra en poco tiempo.

—¿Así como así?—dice Michelle esta vez—Adelaide se volvió parte de nuestra vidas. No pueden esperar que la olvidemos de la noche a la mañana.

—Hay protocolos, Michelle. No encariñarse con nadie es parte de ellos. Adelaide ya está bien, y lo seguirá estando tan pronto acabemos con la mujer—replica, viendo a los jóvenes con seriedad—¿No quieren que ella esté tranquila?

Claro que eso quieren. Desean con tantas ganas que Adelaide pueda ser feliz como cualquier otra persona, pero cada uno lo imaginó de diferente manera.

Agente Hill—escucha el comunicador en su oído—. Código rojo. Solicitamos su presencia en el subnivel 6.

—Voy para allá—responde de inmediato, captando la atención de los chicos—. Contacten a Stark y díganle que hay una emergencia. Quédense aquí por su propia seguridad.

María sale casi corriendo para dirigirse al elevador, mientras Michelle se acerca al escritorio y toma el teléfono para llamarle a Tony.

—Es la caja—dice Kevin, captando la atención de Peter—. Tiene que serlo.

—Adelaide no ha gritado—contesta Peter, descartando la idea—. Si lo hubiera hecho, ya lo habríamos sentido.

—No puedo comunicarme con Stark —suelta Michelle, sin apartarse el teléfono del oído.

De repente, las luces se apagan y las ventanas estallan, provocando que los tres traten de cubrirse de los fragmentos de vidrio cayendo por todos lados.

—¡Es Inna!—avisa Peter, acercándose a su mochila y sacando su traje—¿En qué nivel está su celda?

—Subnivel 6—contesta Michelle, tocando la herida en su mejilla izquierda—. No puedes ir solo, Peter.

Banshee [MARVEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora