Banshee [MARVEL]

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—¿Inhumano?—le pregunta Adelaide al joven, quien se pasa la mano por el negro cabello despeinándose un poco, buscando cómo contestar su pregunta adecuadamente.

—Podrá parecerte algo poco creíble, pero intenta no verme como si estuviera loco—empieza Jones, mientras Adelaide arquea la ceja—. Somos una Subespecie Humana. Hay una raza alienígena, se hacen llamar Imperio Kree. Ellos...

—Lo siento, pero ya pareces un loco cualquiera—interrumpe la chica cuando analiza sus palabras—. ¿Alienígenas? ¿Crees que soy estúpida?

—¿Qué hay de los aliens que invadieron la ciudad? ¿Crees que esos eran falsos? ¿Que Los Vengadores le hicieron daños a la ciudad sólo porque quisieron?

—Sigue hablando—ella no lo presenció, pues fue el mismo día en el que se rompió la clavícula y la operaron. Sólo supo qué pasó porque las enfermeras hablaban de eso cuando estaba despertando de la anestesia.

—Somos un experimento de los Kree, pero han intentado deshacerse de nosotros varias veces. Creen que somos una amenaza, pero sólo depende de cómo usemos nuestro... regalo.

—Éstas voces—señala su cabeza con el dedo índice derecho—, me están volviendo loca. Y no dudo que mi grito pueda hacerle daño a alguien. No es un regalo.

—Es sólo porque aún no sabes controlarlo. Eso le pasa a todos, pero yo puedo...

—¿Qué... "regalo" tienes?—vuelve a interrumpir, haciendo comillas en el aire.

—Puedo controlar los objetos, moverlos a donde sea.

—¿Telequinesia?—complementa Adelaide y Jones asiente— ¿Cómo sabes tanto de los... Inhumanos?—por alguna razón, le resulta difícil decir la palabra sin sentir un golpe en el estómago.

—Había un grupo de personas como nosotros, liderados por una mujer llamada Jiaying. Ella nos ayudó a desarrollar y utilizar mejor nuestro...—por la mirada de la chica, Jones supo que no debe decir "regalo" de nuevo—¿Poder? Sí, poder... Pero ella murió y muchos de los Inhumanos quedamos por nuestra cuenta.

Adelaide está procesando todo, por lo que el silencio se apodera de la habitación. Jones teme lo que ella vaya a decir. Si tiene más dudas, si decide sólo ignorarlo, si se asustará por todo este asunto. Él ya ha pasado por lo mismo.

—¿Cómo supiste de mí?—no comprende la pregunta, por lo que frunce el ceño confundido—Se supone que el doctor Smith seguiría siendo mi Psicólogo, me lo dijo en la consulta pasada.

Eso supera sus expectativas. Ahora Jones teme que Adelaide lo haya descubierto.

—Desde que empezaste a hablar, lo noté. No eres un doctor, o por lo menos no todavía. Ni siquiera te ves como un adulto, tienes unos... ¿Veinte años?