Banshee [MARVEL]

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—¿En dónde estuviste, Tony?—inquiere María, mientras ella, Stark y Adelaide esperan noticias en el hospital sobre los trabajadores heridos.

Él ve a Adelaide, recordando que estaba por saltar de un edificio cuando la encontró. Ella agacha la cabeza, esperando que no le cuente algo tan personal.

—Visión salió del país otra vez y traté de ayudarlo para que el Secretario Ross accediera—contesta, aunque eso de verdad había pasado y por eso quiso pasar a verificar que Adelaide estuviera bien.

—Michelle estuvo llamándote y no contestaste—añade, viendo al hombre, quien refleja cansancio.

—No podía hacerlo en plena reunión. Sé que debí hacerlo, pero ya es muy tarde para reclamar, María. Sólo hay que esperar que nadie más muera.

—Esto es mi culpa—suelta Adelaide, aun con la cabeza baja—. Nunca debí irme.

—Si te hubieras quedado, te habría llevado con ella y probablemente estarías muerta, Adelaide—responde María—. Ella es muy poderosa, y no pudimos hacer mucho. Ahora sólo nos queda protegerte.

—Señor Stark—escuchan a un hombre y se levantan de inmediato al ver al doctor que atiende al doctor Jones, junto a una enfermera—. Él está estable. Los otros pacientes también. No perdieron tanta sangre y los cortes no fueron tan profundos. Estarán bien en poco tiempo.

Los tres suspiran aliviados. Perdieron a muchos trabajadores del subnivel 6, el más importante de todos. Pero lo que más les importa en ese momento, es que ellos estarán bien.

—¿Qué hay de Peter Parker?—inquiere Adelaide, con un gran nudo en su estómago.

—Él está bien, su tía está con él—responde la enfermera, generando dudas en la cabeza de la joven—. ¿Usted es Adelaide, cierto?—ella asiente—Michelle me pidió que preguntara si podrías ir con ella. Necesita algo de apoyo.

Adelaide asiente de inmediato. Por más traicionada que se haya sentido con los chicos, se encuentran en situaciones muy difíciles y todo es culpa de la ella.

—Te llevo, entonces—dice la enfermera, guiándola a la habitación del doctor Jones.

Ella voltea para ver a Stark y María, quienes lucen un poco más tranquilos, pero saben que están metidos en un lío. Es muy probable que demanden a Stark por la falta de seguridad eficiente en el lugar, y el hecho de que no haya estado ahí le afectará más. Y de eso también Adelaide tiene la culpa.

Cuando llegan a la habitación, la enfermera toca la puerta y escuchan a la joven permitirles la entrada. La enfermera se acerca al hombre para revisar sus signos vitales y otras cosas, mientras Adelaide no puede apartar la vista de los grandes cortes en su pecho y algunos que alcanzaron a tocar el cuello.

Adelaide cambia su mirada para dirigirla a Michelle, quien ya la veía. Ella tenía un aspecto demacrado, sus ojos están rojos e hinchados de tanto llorar, y también tiene un corte en su mejilla derecha, pero ya está cicatrizando.

—Michelle, lo siento mucho...—empieza Adelaide, acercándose a quien solía ser su amiga.

—No fue tu culpa, Adelaide. Las cosas no salieron como las planeamos.

—¿En dónde está Kevin?

—No lo sé. No quiso entrar a verlo. Se siente culpable—responde, aguantando lágrimas—. Quiero hablar contigo de algo.

Adelaide aparta su mirada y la clava en el piso, pues cree saber qué quiere decirle.

—Quiero explicarte lo que pasó...

—No es necesario. De verdad—interrumpe, aún sin mirarla a los ojos.

—Claro que lo es. Sientes que te traicionamos, pero no fue así...

—Michelle, de verdad no quiero discutir sobre eso...

—¡Sólo te quiero aclarar!—suelta MJ, reflejando su desesperación.

Al ver que Adelaide no dijo nada más, lo tomó como invitación para seguir hablando.

—Tengo años queriendo ser una agente. Mi padre trabajaba en SHIELD desde hace décadas, y siempre despertó interés en mí por su trabajo. Recién entré y me dejaron escoger una misión oficial, a todos nos dejaron—dice, haciendo referencia a Peter y a su hermano—. Cuando vi tu archivo, te escogí como misión. Ya te había visto en la escuela, junto a Logan. Y empecé a hablarles porque mi misión era cuidarte de cerca.

—Ustedes me vigilaban.

—Yo no, Adelaide. Me hice tu amiga por elección, porque nunca me pidieron serlo. Sólo debía cuidarte, pero quería tenerte como amiga. Eres una persona asombrosa, de verdad. Y la mejor amiga que he tenido en toda mi vida.

Adelaide solo se queda en silencio, sentándose a un lado de Michelle.

—Cuando pasó lo de tu grito, de inmediato me metieron a esta misión. Tenía el mismo papel, pero querían sacar más información, como tus ataques de pánico, tu control sobre la ira, y más que nada tus gritos.

>>A Kevin le permitieron empezar antes su servicio debido a mi padre, y te asignaron como su paciente con el mismo fin, pero también para prepararte de alguna manera, cuando supiéramos bien qué es lo que podías hacer con tus poderes y por qué la máquina se cargaba cada vez que gritabas.

>>Y a Peter le pidieron que te protegiera de cualquier amenaza, pero no sabíamos nada de la mujer hasta que se apareció por primera vez. Ahí fue cuando María ató cabos y descubrimos que Inna era la hija del hombre que creó la máquina, quien tu padre mató.

—Porque el hombre provocó la muerte de mi madre—complementa, como si estuviera defendiendo a su padre.

—El punto es, Adelaide, que nosotros te protegemos. De verdad eres importante para nosotros, y eso que ellos no te conocen tanto como yo—finaliza, derramando algunas lágrimas—. Te pido perdón por no haber dicho nada. No debías saberlo y sé que de alguna manera te traicioné, pero espero que podamos seguir siendo amigas, porque eso es lo único que quiero.

—MJ—toca la mano de su amiga y por fin la voltea a ver—, sí me siento traicionada, y sí siento que no puedo confiar en ti otra vez. Pero siempre estuviste para mí. En los momentos más difíciles, tú estuviste a mi lado. Y eso es lo que yo haré.

Michelle se lanza a sus brazos y llora en su hombro, mientras Adelaide trata de consolarla. Por más rencor que Adelaide pueda tener en su corazón, ella nunca dejaría sola a su amiga. Mucho menos después de lo que ocasionó.

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