Banshee [MARVEL]

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Cuatro semanas después.

—Happy, podemos dejarlos solos. No es para tanto—le dice Adelaide al hombre, quien estaba dando vueltas en un carrito de golf por el parque donde Tony y Pepper decidieron dar una vuelta.

—Parece que no conoces a Stark, Adelaide. A donde vaya, siempre hay un problema.

Happy para el carrito frente a Tony y Pepper, quienes discutían sobre algo que Adelaide no comprendía.

—Saben, ustedes sólo deberían quedarse en casa—les dice Happy, demostrando su frustración—. Este circo mediático me está volviendo loco.

Tony se vuelve a ambos, arqueando la ceja.

—Me estoy volviendo loco—continúa Happy, empezando a sudar por el esfuerzo—. Trato de mantener todas las fotografías fuera de los periódicos y del internet para que su boda no se arruine...

—Nadie trabaja más duro que tú—dice Tony, con un tono sarcástico que Happy no parece notar.

—¿Recuerdas a ese chico de TMZ a quien me hiciste silenciar? Y ahora tengo que ir a corte y... ¡Bert!—le grita a un hombre que se escondía entre los arbustos del parque, tratando de encontrar un buen ángulo con su cámara—¡Bert, puedo verte, hijo de perra!

—Yo me bajo aquí—alcanza a decir Adelaide antes de tener que dar un brinco del carrito para quedarse con Tony y Pepper, mientras Happy va detrás del paparazzi.

—Tenemos que conseguirle una novia. ¿Conocen a alguien que tal vez...?—empieza Tony, pero al ver la cara de Pepper, se detiene—¿Qué?

—No cambies de tema. Si quisieras tener un hijo, no habrías hecho eso—abre un poco el zíper de Tony y toca un par de veces el reactor en su pecho.

—Me alegra que hayas sacado el tema, porque no es nada, sólo una manera práctica de guardar las nano partículas...

—No lo necesitas—voltea a ver a la chica, quien está aún más confundida—. Adelaide, ayúdame con esto.

—Yo...—al ver la expresión severa de Pepper, sabe a quién debe darle la razón—No lo necesitas.

—Sólo intento protegerlas. Sólo en caso de que haya un monstruo en el armario, en lugar de...

—Camisas—termina Pepper, sonriendo un poco para luego rodar los ojos, divertida.

—¿Lo ves? Me conoces tan bien que terminas mis oraciones—toma la mano de su prometida—. Les diré algo, no deben haber más sorpresas entre nosotros. Ya no más...