•CAPÍTULO 46•

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Mi mano se agarra de su cabello, mientras mi boca se encuentra febril contra la de Ruggero, consumiénlo, saboreando el sabor de su lengua en la mía. Y él se encuentra igual, devorándome. Es celestial.

De repente me atrae y acerca, toma el borde de mi camiseta, sacándola sobre mí cabeza y lanzándola al suelo.

—Quiero sentirte.—dice ávidamente contra mi boca mientras sus manos se ponen destrabar de mí para desabrochar mi sostén. En un rápido movimiento, lo quita y lo pone a un lado.
Me recuesta de nuevo en la cama, presionándome contra el colchón, su boca y su mano se mueven hasta mis pechos. Mis dedos se curvan en su cabello y él toma uno de mis pezones entre sus labios y los aprieta con fuerza.

Grito mientras la situación se desliza a través de mí cuerpo, pinchazos, y apretones por todos los músculos alrededor de mí ingle.

—Sí nena, déjame escucharte.—murmura contra mi sobrecalentada piel.

Hombre, lo quiero dentro de mí, ahora.

Con su boca, juega con mi pezón, apretándolo, haciéndome retorcerme y suspirar por él. Siento su anhelo mezclado con... ¿qué? Veneración. Es como si me estuviese adorando. Me toma el cabello con los dedos, mi pezón poniéndose duro y alargándose bajo su hábil toque. Su mano se mueve hasta mis vaqueros, y hábilmente suelta el botón, baja el cierre, y desliza su mano entre mis bragas, deslizando sus dedos contra mí sexo.

Su aliento sisea mientras sus dedos se deslizan en mi interior. Empujo mi pelvis contra el talón de su mano y él responde frotándose contra mí.

—Oh nena.—dice en un respiro, mientras se cierne sobre mí, mirándome atentamente.—Estás tan mojada.—su voz está llena de maravilla.

—Te deseo.—murmuro.

Su boca se une de nuevo con la mía, y siento su hambrienta desesperación, su necesidad de mí. Esto es muevo—nunca ha sido así excepto cuando regresé de México— y sus palabras del principio volvieron a mí. “Necesito saber que estamos bien. Ésta es la única manera que conozco”.

El pensamiento me lo aclara todo. Saber que tengo tan efecto en él, que puedo ofrecerle tanto consuelo, haciendo esto, mi subconsciente ronronea con puro placer. Él se sienta, toma el dobladillo de mis pantalones, y los saca, seguidos de mis bragas. Manteniendo sus ojos en mí, se pone de pie, saca un paquete de aluminio de su bolsillo y me lo lanza, luego se quita los pantalones y sus bóxers en un rápido movimiento.

Rasgo el paquete con avidez y cuando él se acuesta de nuevo a mi lado, lentamente deslizo el condón en él. Toma mis dos manos y se pone sobre su espalda.

—Tú, arriba.—ordena, me pone muy contento sobre él.—Quiero verte.

Oh...

Me guía, y dudando me deslizo sobre él. Cierra sus ojos flexiona sus caderas para encontrarme, llenándome, extendiéndose, su boca formando una perfecta O cuando exhala.

Oh, esto se siente tan bien, poseyéndolo, poseyéndome.

Toma mis manos, y no sé si es para estabilizarme o para evitar que toque, a pesar de todo ya tengo asegurado el camino.

—Te sientes muy bien.—murmura.

Me levanto de nuevo con el poder que tengo sobre él, mirando a Ruggero Pasquarelli, poco a poco desmoronándose debajo de mí. Suelta mis manos y toma mis caderas, y pongo mis manos en sus brazos, se mete dentro de mí bruscamente, haciéndome gritar.

—Así es, nena, siénteme.—dice su voz tensa.

Tiro mi cabeza hacia atrás y hago exactamente eso. Esto es lo que hace tan bien. Me mueve—luchando contra su ritmo de perfecta simetría— entumeciendo toda idea y razón. Sólo soy sensación perdida en este hoyo de placer. Arriba abajo... una y otra vez... oh sí...

Abriendo mis ojos, bajo la mirada directamente hacia él, mi respiración irregular, me está regresando la mirada, ojos ardiendo.

—Mi Karol.—articula.

—Sí.—digo con tono áspero.—Siempre.

Él gime con fuerza, cerrando de nuevo sus ojos, tirando su cabeza hacia atrás. Oh mi... ver a Ruggero desecho es suficiente para sellar mi destino, y me vengo de manera audible, agotadoramente, girando hacia arriba y alrededor, y colapso sobre él.

—Oh nena.—gime cuando encuentra su liberación, sosteniéndome inmóvil y dejándose ir.

Mi cabeza está en su pecho en la zona de acceso prohibido, mi mejilla con el ligero vello en su esternón. Estoy jadeando, candente, y resisto la urgencia de fruncir mis labios y besarlo.

Simplemente me acosté sobre él, recuperando mi aliento. Él alisa mi cabello, y mano se desliza por mi espalda, acariciándome mientras tranquiliza su aliento.

—Eres tan hermosa.

Alzo mi cabeza para mirarlo, mi expresión es escéptica. Él frunce el ceño a modo de respuesta y se sienta rápidamente, tomándome por sospresa, su brazo deslizándose para mantenerme en el lugar. Me agarró a sus bíceps cuando estamos cara a cara.

—Tú. Eres. Hermosa.—dice de nuevo, su tono enfático.

—Y tu eres maravillosamente dulce a veces.—lo beso suavemente.

Me levanta y deja a un lado. Me estremezco cuando lo hace. Inclinándose, me besa suavemente.

—No tienes idea de cuán atractiva eres, ¿cierto?.—me sonrojo.

¿A dónde va con esto?

Todos esos chicos persiguiéndote, ¿no es suficiente para una pista?

—¿Chicos? ¿Qué chicos?

—¿Quieres la lista?.—Ruggero frunce el ceño.—El portero, está loco por tí, ese chico de México, el amigo de tu hermano, el cretino de Lionel, mi hermano, tu jefe.—añade amargamente.

—Oh, Ruggero, eso no es cierto.

—Créeme. Les gustas. Quieren lo que es mío.—me acerca a él, y reposo mis brazos en sus hombros, mis manos en su cabello, mirándolo entretenidamente.

—Mía.—repite, sus ojos brillando posesivamente.

—Sí, tuya.—le aseguro, sonriendo. Luce apaciguado, y me siento perfectamente cómoda desnuda sobre su regazo en una cama bajo la luz de un sábado por la tarde.

¿Quién lo habría pensado? Las marcas de lápiz labial  permanecen en su cuerpo exquisito. Noto algunas manchas en la funda nórdica, y me pregunto si la señora Cooper las notará.

—La línea aún está intacta.—murmuro, con valentía remonto la marca en su hombro con mi dedo índice. Él se pone rígido, parpadeando de repente.—Quiero seguir explorando. Me mira escépticamente.

—¿El apartamento?

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Holaaaa
Perdón por no haber podido subir capítulo hace varios días, la razón es simple. El viernes fue mi cumpleaños N°15 y no tuve tiempo libre.
Hasta ahora que tuve un rato para poder subir un capítulo, mil disculpas.

Gracias por leer 💛🍃.

CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora