•CAPÍTULO 93•

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Maratón 1/?. ¡Comenten!

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—Esto es demasiado.—todo esta sobre estimulación— en todas partes. Mi cuerpo
empieza a elevarse, y de rodillas, soy incapaz de controlar la acumulación. Oh mi… ¿Seré capaz de manejar esto?

—Buena chica —me tranquiliza.

—Ruggero —jadeo, sonando desesperada, incluso a mis propios oídos.

—Silencio, siéntelo, Karol. No tengas miedo. —sus manos están ahora en mi cintura,
sosteniéndome, pero no me puedo concentrarme en sus manos, lo que hay dentro de mí, y las pinzas, también. Mi cuerpo se está erigiendo, preparando una explosión… con las vibraciones incesantes y la tortura dulce, deliciosa de mis pezones.

Santo infierno.

Va a ser muy intenso. Sus manos se mueven de mis caderas, hacia abajo y alrededor, suaves y aceitadas, tocando, sintiendo, amasando mi piel… amasando mi trasero.

—Tan hermosa —murmura y de repente empuja suavemente un dedo ungido dentro de mí… ¡allí! En mi trasero. Mierda. Se siente extraño, lleno, prohibido. Pero, oh, tan, bueno. Y se mueve lentamente, deslizándose dentro y fuera, mientras que sus dientes pacen por mi barbilla elevada.

—Tan hermosa, Karol.

Estoy suspendida en lo alto, muy por encima de un barranco ancho, muy amplio, y estoy volando... luego cayendo vertiginosamente al mismo tiempo, sumiendo a la Tierra. No puedo sostenerlo más, y grito mientras mi cuerpo convulsiona y culmina en la plenitud abrumadora. A medida que mi cuerpo estalla, no soy nada más que sensación… en todas partes. Ruggero libera primero una y luego la otra pinza, causando que mis pezones canten con una oleada de dulce, deliciosa sensación dolorosa, pero es oh-tan-buena que hace que mi orgasmo, este orgasmo, siga y siga. Su dedo permanece donde está, con suavidad deslizándose dentro y fuera.

—¡Argh! —grito, y Ruggero se envuelve alrededor de mí, sosteniéndome, a medida que mi cuerpo sigue vibrando sin piedad en mi interior.

—¡No! ―grito una vez más, rogando, y esta vez retira el vibrador de mí, y su dedo,
también, mientras que mi cuerpo sigue convulsionando. Desata una de las esposas de modo que mis brazos caen libres. Mi cabeza cuelga en su hombro y estoy perdida, perdida en toda esta sensación abrumadora. Soy toda aliento agotado, deseo exhausto y un dulce y bienvenido olvido. Vagamente, me doy cuenta que Ruggero me levanta, me lleva a la cama y me acuesta en las frías sábanas de satén. Después de un momento, sus manos, todavía con aceite, frotan gentilmente la parte trasera de mis muslos, mis rodillas, mis pantorrillas y mis hombros. Siento la cama descender cuando él se extiende a mi lado. Me quita la máscara, pero no tengo la energía para abrir los ojos. Encontrando mi trenza, él deshace el nudo de cabello y se inclina, besándome suavemente en los labios. Sólo mi errática respiración perturba el silencio en la habitación y se equilibra mientras floto lentamente de vuelta a la Tierra. La música se ha detenido.

—Tan hermosa —murmura. Cuando logro abrir un ojo, él me está mirando, sonriendo suavemente.

—Hola —dice. Me las arreglo para gruñir una respuesta, y su sonrisa se amplía.

—¿Lo suficientemente brusco para ti?—asiento y le doy una sonrisa a regañadientes. Caray, más rudo y tendría que dar palmadas a los dos.

—Creo que estás intentando asesinarme —murmuro.

—Muerte por orgasmo—sonríe con suficiencia—. Hay formas mucho peores —
dice, pero luego frunce el ceño ligeramente mientras un pensamiento poco placentero cruza su mente. Me angustia. Me estiro y acaricio su cara.

CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora