•CAPÍTULO 75•

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Me despierto sobresaltada. Mi cabeza se siente confusa y caliente. Ruggero está adherido a mí como una enredadera. Se queja en sus sueños mientras me salgo de sus brazos, pero no despierta. Sentándome miro el reloj. Son las tres de la mañana. Necesito una pastilla y agua. Saco mis piernas de la cama y voy hasta la cocina en el gran salón.

En el refrigerador encuentro jugo de naranja y me sirvo un vaso. Mmm está delicioso, mi confusa cabeza se enclarece de inmediato. Busco en los armarios algún analgésico y eventualmente encuentro un caja de plástica llena de medicinas. Agarra dos y me los tomo con más jugo de naranja. Vagando hacia la pared de vidrio, miro a la durmiente Seattle. Las luces brillan y parpadean debajo del castillo de Ruggero en el cielo, ¿o deberiabdecir fortaleza?
Presiono mi frente contra la fría ventana, es un alivio. Tengo tanto que pensar después de estas revelaciones de ayer. Coloco mi espalda contra el vidrio y me deslizo hasta el piso. El gran salón se ve cavernoso en la oscuridad, con la única luz viniendo de las tres lámparas sobre la isla de la cocina.

¿Podría vivir aquí? ¿Casarme con Ruggero? ¿Después de todo lo que ha hecho aquí? ¿Todas las historias que este lugar guarda para él?

Matrimonio.

Es casi increíble y por completo inesperado. A pesar que en un comienzo me lo ha propuesto, hoy en día no estoy tan segura. Pero sobre todo Ruggero siempre es inesperado. Mis labios se curvan con ironía, entre a esa empresa con el fin de conseguir un buen empleo para darme mis pequeños caprichos, y fue completamente lo contrario. Uso ropa de diseñadores internacionales, maquillaje importado, tengo un celular Iphone.
Esto es mucho más de lo que esperaba al entrar en esa oficina. Ruggero Pasquarelli, fuera de todos los lujos has cambiado mi vida.

Cincuenta sombras de mierda.

Mi sonrisa cae. Me parezco a su madre. Eso me hiere profundamente, y el aire abandona mis pulmones. Todas nos vemos cómo su mamá.
Cómo demonios voy a superar la revelación de ese pequeño secreto. No hay duda de por qué no quería decírmelo. Pero de seguro él no puede recordar mucho de su madre. Me preguntó una vez más sibdebeia hablar con el Dr. Flynn. ¿Me dejaría Ruggero? Tal vez él pueda llenar los espacios en blanco.
Sacudo mi cabeza. Me siento muy cansada, pero estoy disfrutando de la tranquila serenidad del gran salón y de las hermosas piezas de arte, frías y austeras, pero a su propia manera. ¿Podría vivir aquí? ¿Para bien o para mal? ¿En la saluda y en la enfermedad? Cierro los ojos, y apoyo mi cabeza contra el cristal, tomo una profunda respiración.

La paz se rompe con un visceral y primitivo grito que hace que cada vello de mí cuerpo de ponga en punto. ¡Ruggero! Santa mierda, ¿qué sucede? Me paro y corro de regreso al cierto antes de que el eco de ese horrible sonido se haya desvanecido, mi corazón está acelerado con miedo. Presiono uno de los interruptores de luz, y la luz junto a la cama de Ruggero se enciende. Él está dando vueltas y retorciéndose de agonía.

—¡No!—grita de nuevo y el espeluznante y devastador sonido me atraviesa de nuevo.

Mierda, una pesadilla.

—Ruggero.—me cierno sobre él, tomo sus hombros y lo sacudo para que despierte. Abre sus ojos, y son salvajes y ausentes, escaneando rápidamente el cuarto vacío antes de volver a mí.

—Te fuiste, te fuiste, deberías haberte ido, Karol.—murmura, su muy abierta mirada se vuelve acusadora y se ve tan perdido que mi corazón se estruja. Pobre Cincuenta.

—Estoy aquí.—me siento en la cama junto a él.—Estoy aquí.—murmuro suavemente en un esfuerzo por tranquilizarlo. Extiendo mi brazo para colocar mi palma en un lado de su cara intentando calmarlo.

—Te habías ido.—susurra rápidamente, sus ojos salvajes y asustados, pero parece calmarse.

—Fui a tomar algo. Tenía sed.—cierra los ojos y se frota el rostro. Cuándo los abre de nuevo se ve desolado.

CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora