•CAPÍTULO 52•

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Maratón 1/?. Comenten si quieren otro 😉💛🍃.

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Apenas puedo sentarme quieta. Ruggero despliega un brazo alrededor de mis hombros, su pulgar acariciando rítmicamente mi espalda, enviando deliciosos hormigueos por mi columna vertebral. Su mano libre agarra la mía, llevándola a sus labios, luego dejándola descansar en su regazo. Lenta y subrepticiamente, por lo que no entiendo su juego hasta que es demasiado tarde, sube mi mano por su pierna y contra su erección. Jadeo y mis ojos revolotean en pánico alrededor de la mesa, pero todas las miradas están fijas en el escenario. Gracias al cielo por mí máscara.

Aprovechando al máximo, lentamente lo acaricio, dejando a mis dedos explorar. Ruggero mantiene su mano sobre la mía, ocultando mis dedos descarados, mientras su pulgar patina suavemente sobre mi nuca. Su boca se abre mientras jadea suavemente, y es la única reacción que puedo ver por mi toque inexperto. Pero significa mucho. Él me desea. Todo bajo mi ombligo se contrae. Esto se está convirtiendo en insoportable.

Una semana en el lago Adriana en Montaña es el lote final de la subasta. Por supuesto, el Sr. y la Dra. Pasquarelli tienen una cosa en Montana y la oferta aumenta rápidamente, pero apenas estoy consciente de ello. Lo siento bajo mis dedos y eso me hace sentir tan poderosa.

—¡Vendido, por ciento mil dólares!—el presentador declara victoriosamente. La sala entera irrumpe en aplausos, y a regañadientes los sigo al igual que Ruggero, arruinando nuestra diversión. Se gira hacia mí y sus labios se mueven nerviosamente.

—¿Lista?—articula sobre los aplausos entusiastas.

—Sí.—digo en respuesta.

—¡Karol!—llama Lucía.—¡Es tiempo!

¿Qué? No. ¡No otra vez!

¿Tiempo para qué?

—La primera subasta de bailes. ¡Vamos!—ella se levanta y extiende sus manos.

Miro a Ruggero que está, creo, frunciéndole el ceño a Lucía, y no sé si reír o llorar, pero es la risa lo que gana. Sucumbo a una catártica burbuja de risitas de colegiala, mientras ojos frustrados una vez más por la alta, rosada fuerza que es Lucía Pasquarelli.

Ruggero me mira y después de un latido, hay un fantasma de una sonrisa en sus labios.

—El primer baile será conmigo, ¿está bien? Y no será en la pista de baile.—murmura lascivamente en mi oído.

Mis risitas se calman mientras la anticipación aviva las llamas de mi necesidad. ¡Oh sí! Mi subconsciente realiza un triple salto salchow en sus patines para hielo.

—Espero ansiosamente.—me inclino hacia él y planto un suave y casto beso en su boca. Mirando alrededor, me doy cuenta de que nuestros compañeros de mesa están sorprendidos. Por supuesto, nunca habían visto a Ruggero con una cita antes. Él me sonríe ampliamente. Y se ve... feliz. Wow.

—Vamos Karol.—gruñe Luci. Tomando su mano extendida, la sigo hacia el escenario donde han montado diez jovencitas más, y noto con una vaga inquietud que una de las amigas de Lucía está ahí. La que se comía a Ruggero con la mirada, la que me trato mal y no me acuerdo su nombre. Mily... July... Lily... no recuerdo bien.

—¡Señores, el punto culminante de la noche!—el anfitrión retumba sobre el parloteo de voces.—¡El momento que todos han estado esperando! ¡Estas doce encantadoras damas han acordado subastar su primer baile al mejor postor!

Oh no.

Me ruborizo de la cabeza a los pies. No me había dado cuenta de lo que esto significaba. ¡Cuán humillante!

—Es por una buena causa.—me siseó Luci, sintiendo mi malestar.—Además Ruggero ganará.—ella rueda los ojos.—No puedo imaginarlo dejando que alguien oferte sobre tí. No te ha quitado los ojos de encima en toda la noche.

Sí, concéntrate en la buena causa, y Ruggero está obligado a ganar. Seamos realistas, no es de un centavo o dos. ¡Pero eso significa gastar más dinero en ti! gruñe mi subconsciente. Pero no quiero bailar con nadie, no puedo bailar con nadie... y no es gastar dinero en mí, está donando a la caridad. ¿Cómo los cuarenta y cinco mil dólares que ya gastó? Mi subconsciente entrecierra los ojos.

Mierda. Parece que he llegado muy lejos con mi impulsiva oferta. ¿Por qué estoy discutiendo conmigo misma?

—Ahora caballeros, reúnanse alrededor y tomen un buen vistazo de lo que podría ser suyo para el primer baile, doce atractivas y obedientes jóvenes.

¡Carajo! Me siento como si estuviera en un mercado de carnes. Miro, horrorizada, mientras por lo menos veinte hombres hacen su camino hacia el área del escenario, Ruggero incluido, moviéndose fácilmente y con gracia entre las mesas y deteniéndose para decir unos pocos saludos en el camino. Una vez que los ofertantes están reunidos. El anfitrión comienza.

—Damas y caballeros, en tradición con la mascarada, vamos a mantener el misterio detrás de las máscaras y atenernos solo a los nombres de pila. En primer lugar tenemos a la encantadora Jimena.

Jimena está riéndose como una colegiala también. Quizás yo no estaba tan fuera de lugar. Ella está vestida de la cabeza a los pies con tafetán azul marino y una máscara que hace juego. Dos jóvenes dan un paso hacia adelante, esperando. Suertuda Jim.

—Jimena habla japonés con fluidez, es una piloto de combate calificada y gimnasta olímpica... humm.—guiña el anfitrión.—Caballeros ¿quién dice yo?

Jim queda boquiabierta, perpleja al mismo; obviamente él está hablando pura basura. Ella sonríe tímidamente a los dos contendientes.

—Mil dólares.—dice uno.

Muy rápidamente la oferta sube a cinco mil dólares.

—Uno... Dos... ¡Vendido!—declara.—¡Al caballero de la máscara!—Y por supuesto todos los hombres están usando máscaras por lo que hay carcajadas, aplausos y vítores. Jimena sonríe a su comprador y sale rápidamente del escenario.

—¿Ves? ¡Es divertido!—susurra Luci.—Espero que Ruggero te gane, aunque... no queremos una pelea.—agrega.

—¿Pelea?—me horrorizo en respuesta.

—Oh sí. Era muy impetuoso cuando era joven.—se estremece.

CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora