—No es suficiente.
—¿No es suficiente el que me haya casado contigo? —mi voz es apenas un susurro. Él reacciona a lo que digo, registrando el horror en mi cara. ¿A dónde puedo ir desde aquí? ¿Qué más puedo hacer?
—No es eso a lo que me refiero —dice bruscamente y pasa una mano por su pelo demasiado largo y este cae sobre su frente.
—¿A qué te refieres?—él traga.
—Quiero que tu mundo empiece y termine conmigo —dice, su expresión vulnerable. Su comentario me desbarata totalmente. Es como si me hubiera golpeado duro en el estómago, dejándome sin aliento e hiriéndome. Y la visión que me viene a la mente es la de un niño pequeño, asustado, con cabello rizado y de ojos mieles con ropas sucias, desiguales y que no le entallan correctamente.
—Lo hace —digo sin engañarlo, porque es la verdad—. Sólo estoy tratando de establecer una carrera y no quiero explotar tu nombre. Tengo que hacer algo, Ruggero. No me puedo quedar encerrada en Escala o en la nueva casa sin hacer nada. Enloqueceré. Me asfixiaré. Siempre he trabajado, y disfruto de esto. Éste es el trabajo de mis sueños; es todo lo que alguna vez he querido. Pero hacer esto no significa que te ame menos. Tú eres mi mundo—mi garganta duele y las lágrimas pican en mis ojos. No debo llorar, no aquí. Lo repito una y otra vez en mi cabeza. No debo llorar. No debo llorar. Él me mira fijamente, no diciendo nada. Después frunce el ceño como si estuviera considerando lo que he dicho.
—¿Te asfixio? —su voz es sombría, y es el eco de una pregunta que me ha hecho antes.
—No… si… no—esta es una conversación tan exasperante, no es una que quiera tener ahora, aquí. Cierro mis ojos y masajeo mi frente, tratando de entender cómo llegamos a esto—. Mira, estábamos hablando de mi
nombre. Quiero mantener mi nombre aquí porque pone cierta distancia entre tú y yo… pero sólo aquí, eso es todo. Sabes que todo el mundo piensa que conseguí el trabajo por ti, cuando la realidad es… —me detengo, cuando sus ojos se agradan.Oh no... ¿es por él?
—¿Quieres saber porqué conseguiste el trabajo, Sevilla?
¿Sevilla? Mierda.
—¿Qué? ¿A qué te refieres?—él se remueve en la silla como si se estuviera armándose de valor.
¿Quiero saber?
—Los directivos te dieron el trabajo de Banderbield para cuidarse. Ellos no querían el gasto de contratar una directora ejecutiva cuando la compañía estaba en plena venta. No tenían idea de que haría el nuevo dueño con eso una vez que pasara a ser de su propiedad, y sabiamente, no querían un despido caro. Así que te dieron el trabajo de Benicio para que lo mantuvieras hasta que el nuevo dueño —se detiene, y sus labios se tuercen en una sonrisa irónica—, o sea yo, tomara el mando.
¡Mierda!
—¿Que estás diciendo? —entonces fue por él. ¡Mierda! Estoy horrorizada. Él sonríe y sacude su cabeza por mi preocupación.
—Relájate. Has superado el desafío. Lo has hecho muy bien—hay la más pequeña señal de orgullo en su voz, y es casi mi perdición.
—Oh —murmuro incoherentemente, tambaleándome por estas noticias. Me siento de vuelta en mi silla, boquiabierta, mirándolo. Él se remueve en su silla de nuevo.
—No quiero asfixiarte, Karol. No quiero ponerte en una jaula de oro. Bueno… —se detiene, su cara ensombreciéndose—. Bueno, mi parte racional no—él acaricia su barbilla pensativamente mientras su mente trama algún plan.
Oh, ¿a dónde quiere llegar con esto?
Ruggero levanta la mirada repentinamente, como si hubiera tenido un momento eureka.
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CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]
Fanfiction•~[Contiene temporada 1, 2 y 3]~• "Ella llegó a su vida para darle un giro inesperado y salvarlo de sus sombras, él atropelló sus pensamientos de la vida en la cuidad y ahora tendrán que luchar contra todos para cumplir su objetivo". «Ser felices...