—Izquierda aquí—ordena Ruggero, y nos dirigimos norte hacia la I-5—.Demonios, suavemente, Karol—se sujeta del tablero.
Oh, por todos los cielos. Pongo los ojos en blanco, pero no me giro para mirarlo. Van Morrison canta con voz suave de fondo a través del sistema de sonido del coche.
—¡Frena!
—¡Estoy frenando!—Ruggero suspira—¿Qué estás haciendo? —replico, alarmada.
—Dejándote conducir.
—¿Por qué?
—Para poder mirarte—ríe—. No, no, querías conducir. Así que, tú conduces, y yo te miro—lo miro con el ceño fruncido—¡Mantén tus ojos en la carretera! —grita.
Mi sangre hierve. ¡Bien! Paro en la cuneta justo antes de un semáforo y salgo furiosa del coche, dando un portazo, y me quedo de pie en la acera, los brazos cruzados, lo miro. Él sale del coche.
—¿Qué estás haciendo? —pregunta enfadado, mirándome fijamente.
—No. ¿Qué estás tú haciendo?
—No puedes estacionar aquí.
—Lo sé.
—¿Entonces por qué lo has hecho?
—Porque me he cansado de tus órdenes ladradas. ¡O conduces o te callas sobre mi
conducción!—Karol, entra en el coche antes de que consigamos una multa.
—No—parpadea hacia mí, perdido completamente, después pasa sus manos por su cabello, y su enfado se convierte en desconcierto. Es tan cómico de repente, y no
puedo evitar sonreírle. Frunce el ceño.—¿Qué? —dice bruscamente una vez más.
—Tú.
—¡Oh, Karol! Eres la mujer más frustrante del planeta. —lanza sus manos al
aire—. Bien, conduciré yo—agarro los bordes de su chaqueta y lo empujo hacia mí.—No, tú eres el hombre más frustrante del planeta, señor Pasquarelli—me mira, sus ojos oscuros e intensos, enreda sus brazos alrededor de mi cintura y me abraza, sujetándome cerca.
—Puede que estemos hechos el uno para el otro entonces —dice suavemente e inhala profundamente, su nariz en mi cabello. Envuelvo mis brazos a su alrededor y cierro los ojos. Por primera vez desde esta mañana, siento cómo me relajo.
—Oh… Karol, Karol, Karol—respira, sus labios presionados contra mi cabello. Aprieto mis brazos a su alrededor, y nos quedamos de pie, inmóviles, disfrutando un momento de inesperada tranquilidad, en la calle. Soltándome, abre la puerta del pasajero. Entro y me siento en silencio, mirándolo dando la vuelta al coche.
Volviendo a encender el coche, Ruggero sale al tráfico, tarareando distraídamente con Van Morrison. Nunca lo he escuchado cantar, ni siquiera en la ducha, nunca. Frunzo el ceño. Tiene una voz preciosa, por supuesto. Hmm… ¿me ha escuchado cantar?
¡No te estaría pidiendo que te casaras con él si lo hubiera hecho! Mi subconsciente tiene sus brazos cruzados y está llevando Burberry a cuadros… caray. La canción termina y Ruggero sonríe con suficiencia.—Sabes, si hubiésemos conseguido una multa, el coche está a tu nombre.
—Bueno, es algo bueno que me hayan ascendido, puedo permitírmelo —digo con
suficiencia, observando su adorable perfil. Sus labios se mueven… Otra canción de Van Morrison empieza a reproducirse mientras toma la vía de acceso a la I-5, dirigiéndose al norte.—¿A dónde vamos?—pregunto otra vez mientras gira en la carretera. Capto una
señal de tráfico, 9th Ave NW. Estoy perpleja.—Sorpresa —dice y sonríe misteriosamente.
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CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]
Fanfiction•~[Contiene temporada 1, 2 y 3]~• "Ella llegó a su vida para darle un giro inesperado y salvarlo de sus sombras, él atropelló sus pensamientos de la vida en la cuidad y ahora tendrán que luchar contra todos para cumplir su objetivo". «Ser felices...