¿Qué?
Parpadeo hacia él. No está sonriendo, está mortalmente serio. Cada músculo debajo de mi cintura se tensa. Le doy mi copa de champán, giro bruscamente en mis talones, y me dirijo hacia el baño.
¡Mierda! ¿Qué va a hacer?
Ya me estoy emocionando. ¿Por qué él me afecta así? Lamento un poco la facilidad con la que caigo bajo su hechizo. Ahora sé que no pasaremos la tarde hablando de todos nuestros problemas y recientes acontecimientos… ¿pero cómo puedo
resistirme a él?Comprobando mi apariencia en el espejo, mi mirada se ilumina y me ruborizo con excitación. Cuestión de dejarse llevar. Respiro profundamente y me encamino de regreso al club. Quiero decir, no es como si no hubiera ido nunca sin bragas antes. Mi subconsciente se cubre con una suave boa de plumas rosa y diamantes, pavoneándose con ella entre su concha y mis zapatos.
Ruggero se encuentra sentado educadamente cuando regreso a la mesa, con expresión inescrutable. Se le ve perfecto, atractivo, tranquilo, y sereno. Claro, que ahora conozco la diferencia.
—Siéntate a mi lado —dice. Me deslizo en el asiento y él se sienta—. He ordenado
para ti. Espero que no te importe. —Me devuelve mi copa medio acabada de champán, mirándome intensamente y bajo su escrutinio, mi sangre calienta nuevamente. Él descansa sus manos sobre sus muslos. Me tenso y abro mis piernas ligeramente. El camarero llega con un plato de ostras en hielo picado. Ostras. El recuerdo de nosotros dos en el comedor privado de Pasquarelli Enterprises Holdings Inc, llena mi mente. Estábamos discutiendo su contrato. Oh chico. Desde entonces hemos recorrido un largo camino.—Creo que te gustaron las ostras la última vez que las probaste—su voz es seductoramente baja.
—Sólo las he probado una vez hace tiempo—murmuro, con voz entrecortada. Sus labios se contraen bruscamente con una sonrisa.
—Ah, Srta. Sevilla... ¿cuándo aprenderás?—reflexiona.
Él toma una ostra del plato y levanta su otra mano de su muslo. Yo retrocedo con
expectación, pero él alcanza una rodaja de limón.—¿Aprender qué? —pregunto. ¡Dios, mi pulso está acelerado! Sus dedos largos,
experimentados exprimen suavemente el limón sobre el marisco.—Come—dice, sosteniendo la ostra cerca de mi boca. Yo abro mis labios, y él pone suavemente en mi labio inferior—. Inclina la cabeza hacia atrás despacio—murmura.
Lo hago como me pide y la ostra se desliza por mi garganta. Él no me toca sólo a ella. Ruggero toma una para él, y luego me da otra a mí. Nosotros continuamos esta
tortuosa rutina hasta que toda la docena desaparece. Su piel nunca conecta con la mía. Está haciéndome enloquecer.—¿Todavía te gustan las ostras? —pregunta cuando trago la última. Asiento con la cabeza, enrojecida, anhelando su toque.
—Bueno—me muevo en mi asiento. ¿Por qué esto está tan excitante?
Él pone su mano casualmente en su propio muslo nuevamente, y yo me derrito. Ahora. Por favor. Tócame. Mi subconsciente está de rodillas, desnuda, excepto por sus bragas… mendigando. Él mueve su mano arriba y abajo de su muslo, la levanta, luego vuelve a colocarla donde estaba. El camarero vuelve a llenar nuestras copas de Champán y de inmediato retira nuestros platos. Momentos más tarde regresa con nuestro plato principal, lubina… —¡no puedo creerlo!— servida con una salsa holandesa, espárragos y patatas salteadas.
—¿Unos de tus platos favoritos, Sr. Pasquarelli?
—Definitivamente, Srta. Sevilla. Aunque creo que era bacalao, lo que encendía la llama—su mano se mueve en su muslo de arriba abajo. Mi respiración pincha, pero aun así no me toca. Es muy frustrante. Trato de concentrarme en nuestra conversación.
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CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]
Fanfiction•~[Contiene temporada 1, 2 y 3]~• "Ella llegó a su vida para darle un giro inesperado y salvarlo de sus sombras, él atropelló sus pensamientos de la vida en la cuidad y ahora tendrán que luchar contra todos para cumplir su objetivo". «Ser felices...