•CAPÍTULO 7•

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Murmuro algunas palabras de protesta. Él sube a la cama y se deshace de las esposas.

Cuando estoy libre, frota suavemente mis muñecas y tobillos, y luego se acuesta a mi lado otra vez, llevándome a sus brazos. Extiendo mis piernas. Oh, eso se siente bien. Me siento bien. Ese fue, sin duda, el clímax mas intenso que he tenido.

Hmm... una follada castigo de Ruggero Pasquarelli Cincuenta Sombras.

Realmente debería portarme mal con más frecuencia.

Una apremiante necesidad de mi vejiga me despierta

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Una apremiante necesidad de mi vejiga me despierta. Cuando abro los ojos, estoy desorientada. Afuera está oscuro. ¿Donde estoy? ¿Londres? ¿París? Oh, el barco. Siento su cabeceo y balanceo, y oigo el zumbido
silencioso de los motores. Estamos en movimiento. Que extraño. Ruggero está a mi lado, trabajando en su notebook vestido de manera informal con una camisa de lino blanco y pantalón chino, sus pies descalzos. Su cabello todavía está húmedo, y puedo oler, gracias a la ducha, su cuerpo limpio y el olor de Ruggero... Hmm.

—Hola —murmura, mirando hacia mí, con sus ojos cálidos.

—Hola —sonrío, sintiéndome de pronto tímida—. ¿Cuanto tiempo he estado durmiendo?

—Sólo una hora más o menos.

—¿Nos estamos moviendo?

—Supuse que como cenamos fuera anoche y fuimos al ballet y al casino, cenaríamos esta noche en el barco. Una noche tranquila per due—le sonrío

—¿A dónde vamos?

—Cannes.

—Está bien —me estiro, sintiendo la rigidez. Ninguna cantidad de entrenamiento con Paúl podría haberme preparado para esta tarde.

Me levanto con cuidado, necesito ir al baño. Agarrando mi bata de seda, me apresuro a ponérmela. ¿Por que soy tan tímida? Siento los ojos de Ruggero en mi. Cuando lo miro, vuelve a su notebook, con el ceño fruncido. Mientras distraídamente me lavo las manos, recordando la última noche en el casino, mi bata cae abierta. Me miro en el espejo, sorprendida.

¡Mierda! ¿Qué me ha hecho?

¡Mierda! ¿Qué me ha hecho?

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CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora