Maratón 4/?. Comenten si quieren otro 😉💛🍃.
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—Karol, nena.
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Ruggero se inclina y me besa en el hombro, luego se aleja. Ubicando sus brazos a mi alrededor, descansa su cabeza en el medio de mi espalda, y nos quedamos así, ambos arrodillados uno junto al otro, ¿por cuánto?, ¿segundos? Quizás incluso minutos, mientras nuestras respiraciones se calman.
Mi dolor de estómago ha desaparecido, y todo lo que sueno es una suave y satisfactoria serenidad. Ruggero se endereza y besa mi espalda.—Creo que me debe una pieza, señorita Sevilla.—murmura.
—Mmmm—respondo, saboreando la ausencia de dolor y descansando en el brillo. Se sienta en sus talones y me empuja de la cama hacia sus piernas.
—No tenemos mucho tiempo. Vamos.—besa mi cabello y me fuerza a pararme.
Grumo pero me siento en la cama y me pongo las bragas. Vagamente, camino a la silla para ponerle el vestido. Noto con un desapasionado interés que no me quité los zapatos durante nuestro arrebato ilícito. Ruggero se está atando la corbata, luego de arreglar la cama.
Mientras me pongo de nuevo el vestido, miro las fotos en la pizarra. Ruggero de adolescente era guapísimo: con Matteo y Lucía en las pistas de ski; por su cuenta en París, el Arco del Triunfo sirviendo de fondo; en Londres, Nueva York, el Gran Cañón, La Casa de Ópera de Sydney, en la Gran Muralla China, incluso en el gran Coliseo Romano. El maestro Pasquarelli viajó mucho en su adolescencia. Hay entradas para varios conciertos: U2, Metallica, The Verve, Sheryl Crow, La Orquesta Filarmónica de Nueva York interpretando Romeo y Julieta de Prokofev, ¡qué mezcla ecléctica! Y en un costado, una fotografía de tamaño pasaporte de una joven mujer. Está en blanco y negro. Se ve familiar, pero no puedo ubicarla. No es la Sra. Johnson, gracias a Dios.
—¿Quién es ella?—pregunto.
—Nada interesante.—murmura mientras se desliza su chaqueta y endereza su corbata.—¿Te ayudo con el cierre?
—Por favor. ¿Entonces por qué está en tu pizarra?
—Un descuido de mi parte. ¿Cómo está mi corbata?—levanta su barbilla como un niño pequeño, y sonrió y la enderezo a él.
—Ahora está perfecta.
—Como tu.—murmura y me toma, besándome apasionadamente.—¿Te sientes mejor?
—Mucho, gracias Sr. Pasquarelli.
—El placer fue todo mío, señorita Sevilla.
Los invitados se están deslizando en la pista de baile. Ruggero me sonríe, llegamos justo a tiempo, y me guía a la pista cuadriculada.
—Y ahora, damas y caballeros es tiempo del primer baile. Sr. y Dra. Pasquarelli, ¿están listos?—Bruno asiente en acuerdo, sus brazos alrededor de Antonella.
—Damas y caballeros de la subasta del Primer baile, ¿están listos?—todos asentimos de acuerdo. Lucía está con alguien no reconozco. Me pregunto qué habrá sucedido con Renato.
—Entonces deberíamos comenzar. ¡Empieza, Sam!
Un joven se sube al escenario seguido de un cálido aplauso, se gira hacia la banda detrás de él y chasquea los dedos. Los acordes familiares de I've Got You Under My Skin llenan el aire.
Ruggero me sonríe, me toma en sus brazos y comienza a moverse. Oh, baila tan bien, es fácil seguirlo. Nos sonreímos el uno al otro como idiotas mientras me gira por la pista de baile.
—Amo esta canción.—murmura Ruggero mirándome.
—Parece muy acorde.—ya no sonríe, está serio.
—¿Eres mía, Karol?—me sorprende la pregunta, lamo mis labios rápidamente.
—Si te digo, que estás bajo mi piel.—respondo.—O lo estabas, en tu dormitorio.
Aprieta sus labios pero es incapaz de ocultar su asombro.
—Señorita Sevilla.—admite bromeando.—No tenía idea de que pudiera ser tan cruda.
—Sr. Pasquarelli, tampoco lo sabía yo. Creo que son todas mis experiencias recientes. Han sido educativas.
—Para ambos.—Ruggero está serio de nuevo, y buen podríamos haber estado solos con la banda. En nuestra propia burbuja privada.
Al terminar la canción ambos aplaudimos. Sam el cantante se inclina graciosamente y presenta a su banda.
—¿Puedo interrumpir?
Reconocí al hombre que apostó por mí en la subasta. Ruggero me deja ir regañadientes, pero está sorprendido también.
—Adelante. Karol, este es Pedro Flynn. Pedro, Karol.
¡Mierda!
Ruggero me sonríe y se dirige hacia un lado de la pista de baile.
—¿Cómo te encuentras, Karol?—dice suavemente el Dr. Flynn, y me doy cuenta de que es británico.
—Hola.—mascullo.
La banda comienza con otra canción, y el Dr. Flynn me empuja en sus brazos. Es mucho más joven de lo que había imaginado, aunque no puedo ver su rostro. Está usando una máscara similar a la de Ruggero. Es alto, pero no tanto como Ruggero, y no se mueve con la gracia de él.
¿Qué le digo?
¿Por qué está Ruggero tan arruinado? ¿Por qué pujó en la subasta por mí? Es lo único que quiero preguntarle, pero me parece algo maleducado.
—Me alegra conocerte, Karol. ¿Estás pasándola bien?—pregunta.
—Lo estaba.—susurro.
—Oh. Espero no ser el responsable del cambio de humor.—me da una breve y cálida sonrisa que me relaja un poco más.
—Dr. Flynn, usted es el psiquiatra. Usted dígame.—él sonríe.
—Ustedes es psicóloga, Sra. Pasquarelli.—me sonrojo.
Con tanta presión me he olvidado que hoy debía entregarle unos reportes a Benicio, el día no ha culminado asi que cuando llegue al departamento lo haré.
—Ese es el problema, ¿no? ¿Lo de psiquiatría?—suelto una sonrisa.—Me preocupa lo que pueda revelar, así que estoy más auto-consciente e intimidada. Y realmente solo quiero preguntarle sobre Ruggero.
Él sonríe.
—Primero, esto es una fiesta, así que no estoy trabajando.—suspira conspiracionalmente.—Y segundo, realmente no puedo hablarte sobre Ruggero. Además.—continúa—, necesitaríamos hasta Navidad.—me atraganto en sorpresa.
—Es una broma de médicos, Karol. Deberías saberlo.
Me sonrojo, avergonzada, y luego me siento un poco resentida. Está bromeando a expensas de Ruggero.
—Acaba de confirmar lo que le he estado diciendo a Ruggero... que es un charlatán demasiado caro.—le digo.
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CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]
Fanfiction•~[Contiene temporada 1, 2 y 3]~• "Ella llegó a su vida para darle un giro inesperado y salvarlo de sus sombras, él atropelló sus pensamientos de la vida en la cuidad y ahora tendrán que luchar contra todos para cumplir su objetivo". «Ser felices...