•CAPÍTULO 58•

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—Porque odio los condones

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—Es mi cuerpo.—murmuro, molesta de que no me haya preguntado. Ya lo hizo una vez, y ni siquiera sabía que llevaba una inyección anticonceptiva.

—Es mío también.—susurra.

Miro hacia él cuando varios invitados pasan, ignorándonos. Luce tan serie. Está loco, mi cuerpo no es suyo... aunque lo conozca mejor que yo. Me estiro y él se estremece ligeramente pero se queda. Agarro la punta de su corbata, tiro de ella para desatarla, revelando el botón superior de su camisa. Con cuidado lo desabrocho.

—Éste también es mi cuerpo en éste caso. Luces caliente así.—susurro. Realmente luce caliente todo el tiempo, pero realmente caliente así. Él me sonríe.

—Me encanta tu valentía al desafiarme. Pero vamos, necesito llevarte a casa. 

En el coche, Taylor le da a Ruggero un sobre. Frunce el ceño ante él y me mira cuando Robert luce aliviado. Ruggero sube y me da el sobre, sin abrir, cuando Robert y Taylor toman sus asientos en la parte delantera.

—Está dirigido a ti. Uno de los empleados se lo dio a Taylor. Sin duda de otro corazón atrapado.


La boca de Ruggero se tuerce. Es obvio que esto es un concepto desagradable para él.

Miro la nota. ¿De quién es? La rasgo abriéndola, la leo rápido en la luz tenue.
Mierda, ¡es de ella! ¿Por qué no me deja sola?

Puedo haberte juzgado mal. Y definitivamente tú me has juzgado mal a mí. Llámame si necesitas llenar algunos de los espacios en blanco, podríamos almorzar. Ruggero no quiere que hable contigo, pero estaría más que feliz de ayudar. No me malinterpretes, lo apruebo, créeme... pero entonces ayúdame, si lo lastimas... Ya ha sido lastimado demasiado.
Llámame: (154) 567-7898
Sra. Johnson.

¡Mierda, lo ha firmado como Sra. Johnson! Él le dijo. Maldita sea, Ruggero.

¿Le dijiste?

—¿Decirle a quién, qué?

—Que la llamo Sra. Johnson.—escupí.

—¿Es de Elena?—Ruggero está impresionado.—Esto es ridículo.—se queja, pasando una mano por su cabello y puedo decir que está irritado.—Lidiaré con ella mañana. O el lunes.—refunfuña amargamente.

Y aunque me avergüenza admitirlo, una pequeña parte de mí está contenta. Mi subconsciente asiente con sabiduría. Elena lo está molestando y esto sólo puede ser bueno... seguro. Decido no decir nada por ahora pero escondo la nota en mi cartera y en un gesto que garantiza aligerar su humor, le regreso las bolas.

—Hasta la próxima vez.—le murmuro.

Él me mira y es difícil ver su cara en la oscuridad pero creo que está sonriendo. Alcanza mi mano y la aprieta. Miro por la ventana hacia la oscuridad, reflexionando sobre este largo día. He aprendido tanto de él, recogiendo tantos detalles perdidos... los salones, el mapa, su infancia... pero todavía hay tanto por descubrir. ¿Y qué hay de la Sra. Johnson? Sí, ella se preocupa por él, y profundamente, parecería.

Puedo ver eso, y él se preocupa por ella... pero no de la misma manera. Ya no sé qué pensar. Toda esta información está haciendo que mi cabeza duela.

CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora