•CAPÍTULO 42•

8.2K 454 69
                                    

-¿Por cuánto tiempo vas a seguir con esto?.

+++

Me encojo de hombros.

—Al menos hasta que hayamos comido.— sus labios tiemblan con diversión.

Girándose, toma el control remoto del mostrador y apaga la música.

—¿Lo pusiste en tu iPod?.— pregunto.

Sacude su cabeza, su expresión sombría, y sé que fue ella... la chica fantasma, mejor conocida como Ana Martínez.

—¿No piensas que estaba tratando de decirte algo en ese entonces?

—Bien, en retrospectiva, probablemente.- dice quedamente.

Sin empatía. Mi subconsciente cruza sus brazos y suena sus labios con disgusto. Me sonríe y se dirige a la conexión del iPod mientras regreso a batir. Momentos después la voz celestial, dulce, llena de alma de Nina Simone llena la habitación. Es una de las favoritas de Richard: I put a Spell on you.

Me sonrojo, girándome para mirar a Ruggero. ¿Qué está tratando de decirme? Él ha puesto un hechizo en mí hace tiempo. Oh Dios... su mirada a cambiado. La ligereza se ha ido, sus ojos se oscurecen, intensos. Lo miro, cautivada mientras lentamente, como el depredador que es, me acecha al ritmo lento, sensual latido de la música. Está descalzo, vistiendo solo una camisa blanca fuera del pantalón, jeans y una mirada ardiente.

Niña canta, tú eres mío mientras Ruggero me alcanza, su intención es clara.

—Ruggero por favor.— susurro, sigo revolviendo el tazón en mis manos.

—¿Por favor, qué?

—No hagas esto.

—¿Hacer qué?

—Esto.

Se para frente a mí, mirándome hacia abajo.

—¿Estás segura?.— exhala y se estira, toma el tazón ede mi mano y lo coloca en regreso a la mesada. Mi corazón está en mi boca. No quiero esto.

—Sí, quiero esto.— malamente.

Es tan frustrante. Es tan caliente y deseable. Arrancó mi mirada a su mirada hechizante.

—Te deseo, Karol.— murmura.—Amo y odio, y amo discutir contigo. Es tan nuevo. Necesito saber que estamos bien. Es la única manera que conozco.

—Mis sentimientos por ti no han cambiado.— susurro.

Su proximidad es sobrecogedora, estimulante. La familiar atracción está ahí, todas mis sinapsis incitándome hacia él, mi subconsciente está en su mano más libidinoso. Mirando al parche de vello en la V de su camisa, muerdo mi labio, en busca de ayuda, llevada por el deseo... Quiero probarlo ahí.

—No voy a tocarte hasta que me digas que sí.— dice suavemente.— Pero justa ahora, después de esta mañana realmente de mierda, quiero enterrarme en ti y simplemente olvidar todo excepto a nosotros.

Oh mi... Nosotros. Una mágica combinación, un pequeño pero potente pronombre que cierra el trato. Levanto la cabeza para mirar su hermoso y a la vez serio rostro.

—Voy a tocar tu rostro.— digo en voz baja, y veo su sorpresa reflejada brevemente en sus ojos antes de registrar su aceptación.

Levantando mi mano, acaricio su mejilla, y paso mis uñas alrededor de su barba. Cierra sus ojos y exhala, inclinando su rostro en mi toque.

Se inclina lentamente, y mis labios automáticamente se alzan para encontrar los suyos. Se cierne sobre mí.

—¿Sí o no, Karol?.— susurra.

—Sí.

Su boca suavemente se cierra sobre la mía, persuadiendo, coaccionando a mis labios a abrirse mientras sus brazos se pliegan a mi alrededor, atrayéndome hacia él. Su mano se mueve hacia arriba por mi espalda, sus dedos enredándose en el cabello de la parte de atrás de mi cabeza y tirando suavemente, mientras su otra mano aplasta mi trasero, forzándome contra él. Gimo suavemente.

—Sr. Pasquarelli.— Robert tose, y Ruggero me suelta inmediatamente.

—Robert.— dice, su voz frígida.

Me giro para ver a un incómodo Robert parado en el umbral de la sala principal.

Ruggero y Robert se miran el uno al otro, una comunicación sin palabras pasa entre ellos.

—Mi despacho.—chasquea Ruggero, y Robert camina rápidamente por la sala.

—Revisión de rutina.— me susurra Ruggero antes de seguir a Robert fuera de la cocina.

CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora