•CAPÍTULO 54•

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Maratón 3/?. Comenten si quieren otro 😉💛🍃.

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—Nunca he traído a una chica aquí.

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—¿Nunca?—susurro. El sacude la cabeza.

Trago convulsivamente y el ansia que ha estado molestándome por el último par de horas está rugiendo ahora, salvaje y deseando.

Verlo de pie en la alfombra azul rey en esa máscara... es más ella de erótico. Lo deseo. Ahora. De cualquier manera que pueda tenerlo. Tengo que resistir lanzarme hacia él y rasgar su ropa. Él camina hacia mí, como un vals, lentamente.

—No tenemos mucho tiempo Karol y por la manera en que me siento justo en este momento x no necesitaremos mucho. Date vuelta, quiero sacarte ese hermoso vestido.

Me giro y miro hacia la puerta, agradecida de que la cerrara. Agachándose, susurra suavemente en mi oído.

—Déjate la máscara puesta.

Gimo mientras mi cuerpo se curva en respuesta. Aún ni me ha tocado.
Alcanza la parte superior de mi vestido, sus dedos deslizándose contra mi piel, y su toque reverbera por mí cuerpo. Con un rápido movimiento, abre el cierre. Sosteniendo mi vestido, me ayuda a salir de él, luego gira y lo cuelga prolijamente en el respaldo de una silla. Quitándose la chaqueta, la coloca sobre mi vestido. Se detiene, y me mira por un momento, absorbiéndome. Estoy en sostén y bragas a juego, y me deleitó con su sensual mirada.

—Sabes, Karol.—dice suavemente mientras camina hacia mí, deshaciendo su corbata y dejándola colgar alrededor de su cuello, luego desabrochando los tres botones superiores de su camisa.—Estaba tan enojado cuando compraste mi lote en la subasta. Toda clase de ideas vinieron a mi mente, y debí recordarme que el castigo está fuera del menú. Pero luego lo pediste voluntariamente.—me mira a través de su máscara.—¿Por qué lo hiciste?—susurra.

—¿Pedirlo? No lo sé. Frustración... demasiado alcohol... una causa que lo requería.—mascullo vagamente, encogiéndome de hombros.
¿Tal vez para atraer su atención?

Lo necesitaba entonces, lo necesito más ahora. El dolor es peor, y sé que él puede calmarlo, aplacar está bestia rugiente y silbante en mi con la qué hay en él. Su boca se endurece en una línea, y lentamente lame su labio superior. Quiero esa lengua en mí.

—Me prometí a mí mismo que no te golpearía de nuevo, incluso si me lo rogaras.

—Por favor.—rogué.

—Pero entonces entendí, probablemente estás muy incómoda en el momento, y no es algo a lo que estés habituada.—me da una sonrisa, bastardo arrogante y sabelotodo, pero no me importa porque tiene absolutamente toda la razón.

—Sí.—suspiro.

—Así que puede haber cierta... flexibilidad. Si hago esto, debes prometerme una cosa.

—Lo que sea.

—Usarás la palabra de seguridad si lo necesitas, y sólo te haré el amor, ¿de acuerdo?

—Sí.—estoy jadeando, quiero sus manos en mí.

Él traga, luego toma mi mano y me dirige a la cama. Arrojando el cobertor a un lado, se sienta, toma una almohada y la coloca a su lado. Me mira parada junto a él y repentinamente tira fuertemente de mí mano haciéndome caer plana en sus piernas. Se mueve un poco para que mi cuerpo quede descansando en la cama, mi pecho en la almohada, mi cara a un lado. Inclinándose adelante, mueve mi cabello de mi hombro y corre sus dedos por las plumas en mí máscara.

—Pon tus manos tras tu espalda.—murmura.

¡Oh! Se quita su corbata y la usa para rápidamente atar mis muñecas dejando mis manos atadas tras de mí, descansando en la parte baja de mi espalda.

—¿Realmente quieres esto, Karol?

Cierro mis ojos. Es la primera vez desde que lo conocí que realmente quiero esto. Lo necesito.

—Sí.—susurro.

—¿Por qué?—pregunta suavemente mientras acaricia mi trasero con su palma.

Gimo tan pronto como su mano hace contacto con mi piel. No sé por qué... Me pide que no piense demasiado las cosas. Luego de un día como este, discutiendo sobre dinero, Ana, la Sra. Johnson, el expediente sobre mí, el mapa de ruta, esta lujosa fiesta, las máscaras, el alcohol, las bolas plateadas, la subasta... Quiero esto.

—¿Necesito una razón?

—No, nena, no la necesitas.—dice.—Sólo estoy tratando de entenderte.—su mano izquierda se curva alrededor de mí cintura, manteniéndome en mi lugar mientras su palma abandona mi trasero y cae dura justo en la separación de mis muslos. El dolor se conecta directo con el dolor de mí estómago.

Oh, hombre... gimo fuertemente. Me golpea de nuevo, en el mismo lugar. Gruño de nuevo.

—Dos.—murmura.—Haremos doce.

¡Oh mi...! Se siente diferente a la última vez, tan carnal, tan... necesario. Acaricia mi trasero con sus manos de largos dedos y estoy indefensa, atada y presionada contra el colchón, a su voluntad y sin libre albedrío. Me golpea de nuevo, ligeramente hacia un lado, y de nuevo, en el otro lado, luego se detiene mientras suavemente baja mis bragas y me las quita. Gentilmente traza con su palma mi trasero de nuevo antes de continuar con las palmadas, cada una quitándome el borde de mi necesidad, o alimentándola, no lo sé. Me rindo al ritmo de los golpes, absorbiendo cada uno, saboreando cada uno.

—Doce.—murmura, su voz baja y áspera. Acaricia mi trasero de nuevo y traza sus dedos hacia mí sexo y lentamente hunde dos dedos dentro de mí, moviéndolos en círculo, girando y girando y girando, torturándome.
Gimo fuertemente mientras mi cuerpo toma el control, y sigo y sigo, convulsionando en sus dedos. Es tan intenso, inesperado y rápido.

—Eso es, nena.—murmura apreciativamente.—¿Estás bien?—asiento con la cabeza. Estoy más que bien.

Desata mis muñecas, manteniendo sus dedos dentro de mí, mientras quedo acostada y aplastada sobre él.

—Aún no termino contigo, Karol.—dice y se mueve sin quitar sus dedos. Baja mis rodillas al piso así que ahora me inclino sobre la cama. Él se arrodilla detrás de mí y baja su cierre. Desliza sus dedos fuera de mí, y oigo el familiar sonido de un paquete de plástico.—Abre las piernas.—gruñe y obedezco. Acaricia mi trasero y entra en mí.

—Esto será rápido, nena.—murmura, y tomando mis caderas se aleja y luego me penetra de golpe.

—¡Ah!—lloro, pero la plenitud es celestial. Está quitándome el dolor de estómago con rapidez, erradicándolo con cada agudo, dulce impulso. El sentimiento es impresionante, justo lo que necesito. Me inclino hacia atrás para encontrarlo, empuje a empuje.

—Karol, no.—gruñe, tratando de detenerme. Pero aún lo deseo demasiado, y me arqueo contra él, acompasando los empujes.

—Karol, nena.—sisea mientras acaba, y el sonido torturado me dispara de nuevo, guiándome a un sanador orgasmo que sigue y sigue y me lleva alto y me deja sin respiración.

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Hot 7u7🔥

Continuaré ahora con el maratón porque anoche me dormí xd

Gracias por leer 💛💛
Les amooooo❤️

CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora