•CAPÍTULO 97•

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Maratón 5/?. ¡Comenten!

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—Espero que tengas una gran boda… aquí. —sonríe con entusiasmo, ignorando su
tono mordaz.

—Probablemente vamos a volar a Vegas mañana —le gruñe, y él recibe una
completa mueca de puchero Lucía Pasquarelli rodando los ojos, se gira hacia Mateo, quien le da su segundo abrazo de oso en muchos días.

—Bien hecho, hermano—golpea la espalda de Ruggero. La respuesta de la habitación es sobrecogedora, y pasan unos pocos minutos antes de que me encuentre de vuelta junto a Ruggero  con el Dr. Flynn. Elena parece
haber desaparecido, y Leticia la chica del servicio que ahora ya se su nombre, está huraña rellenando copas de champaña.
Junto al Dr. Flynn hay una atractiva mujer joven con largo, oscuro, casi negro cabello, escote, y unos encantadores ojos avellana.

—Ruggero—dice Flynn, estirando su mano. Él la sacuda con gusto.

—John. Cinthia —besa a la mujer de cabello oscuro en la mejilla. Ella es pequeña y
bonita.

—Un placer que sigas con nosotros, Ruggero. Mi vida sería de lo más aburrida —y mísera— sin ti—Ruggero sonríe con suficiencia.

—¡John! —regaña Cinthia para la diversión de Ruggero.

—Cinthia, esta es Karol, mi prometida. Karol, esta es la esposa de John.

—Un placer conocer a la mujer que finalmente ha capturado el corazón de Ruggero —Cinthia me sonríe amablemente.

—Gracias —murmuro, avergonzada de nuevo.

—Esa fue una googly la que lanzaste allí, Ruggero—el Dr. Flynn sacude su cabeza en divertida incredulidad. Rugge le frunce el ceño.

—John… tú y tus metáforas de cricket—Cinthia rueda los ojos—. Felicitaciones a
los dos y feliz Navidad, qué maravilloso regalo—me sonríe abiertamente.

No tenía idea de que el Dr. Flynn iba a estar aquí, o Elena. Es una sorpresa, y me retuerzo los sesos para ver si tengo algo que preguntarle, pero una fiesta en víspera de Navidad difícilmente parece el lugar apropiado para una consulta psiquiátrica.
Por algunos minutos, tenemos una pequeña charla. Cinthia es un ama de casa con dos niños. Deduzco que ella es la razón para que el Dr. Flynn practique en Estados Unidos.

—Ella esta bien, Ruggero, respondiendo bien al tratamiento. Otro par de semanas y podremos considerar un programa de pacientes externos—las voces del Dr. Flynn y Ruggero son bajas, pero no puedo evitar escuchar de manera maleducada desconcentrando a Cinthia.

—Así que todo es juego y pañales en este momento…

—Eso debe ocupar tu tiempo—me ruborizo, volviendo de nuevo mi atención a Cin quien ríe dulcemente. Sé que Ruggero y Flynn discuten sobre Ana.

—Pregúntale algo por mí —murmura Ruggero.

—¿Entonces que haces, Karol?

—Trabajo en una clínica de psicología y psiquiatría, soy la directora general.

Ruggero y el Dr. Flynn bajan aún más sus voces; es tan frustrante. Pero se detienen cuando se nos unen dos mujeres que no había reconocido más temprano, Lydia y la rubia llena de vida que Ruggero  presenta como su pareja, Gwen. Lydia es encantadora, y pronto descubro que viven casi en frente del Escala. Ella está llena de elogios hacia las habilidades de pilotaje de Ruggero. Fue su primera vez en el Charlie Tango, y dice que no dudaría en hacerlo de nuevo. Es una de las pocas mujeres que he conocido que no está aturdida por él… bueno la razón es
obvia. Gwen es risueña y con un irónico sentido del humor, y Ruggero parece
extraordinariamente a gusto con las dos. Las conoce bien. No hablan sobre trabajo,
pero puedo ver que Lydia es una mujer inteligente que fácilmente puede mantenerse a su nivel. También tiene una risa grande, gutural y de fumadora.

Anto interrumpe nuestra relajada conversación para informarle a todo el mundo que la cena ha sido servida al estilo buffet en la cocina Pasquarelli. Lentamente los invitados se dirigen hacia la parte de atrás de la casa. Lucía me agarra en el pasillo en su vestido de color rosa pálido y sus tacones asesinos, se eleva sobre mi como un hada de cuento de navidad. Está sosteniendo
dos vasos de cocteles.

—Karol—sisea conspirativamente. Alzó la mirada a Ruggero, me suelta con una
mirada de buena suerte encuentro difícil lidiar con ella, y entro al comedor con ella.

—Aquí —dice con picardía—, éste es uno de los Martini de limón especiales de mi padre… mucho mejor que la champaña—me ofrece un vaso y observa ansiosamente mientras tomo un tentativo sorbo.

—Mmm… delicioso. Pero fuerte—¿qué quiere? ¿Está tratando de embriagarme?

—Karol necesito un concejo. Y no puedo preguntarle a Lily… ella es tan prejuicios
sobre todo—Luci pone sus ojos en blanco y luego me sonríe—. Está tan celosa de
ti. Creo que esperaba que un día ella y Ruggero pudieran estar juntos—ella se
echa a reír ante la absurdez y yo me acobardo en el interior.

Esto es algo contra lo que tendré que luchar en el futuro… otras mujeres deseando a mi hombre. Alejo la molesta idea lejos de mi cabeza y me distraigo con el problema en mi mano, tomo otro sorbo de mi Martini.

—Trataré y ayudaré. Dispara.

—Como sabrás, Jorge y yo nos conocimos recientemente, gracias a ti—me sonríe—. Karol… él no quiere salir conmigo—hace un mohín.

—Oh—parpadeo hacia ella, perpleja, y pienso: Quizás no está loco por ti.

—Mira, eso sonó muy mal. Él no quiere salir porque su hermana está saliendo con mi hermano. Sabes… piensa que es todo algo incestuoso. Pero sé que le gusto. ¿Qué puedo hacer?

—Oh ya veo —murmuro, tratando de hacerme algo de tiempo, ¿qué puedo
decir?—. ¿Estarías de acuerdo en ser amigos y darle algo de tiempo? Digo, acaban
de conocerse—inclina la ceja y me ruborizo—. Mira, sé que acabo de conocer a Ruggero pero… —frunzo el ceño hacia ella insegura de lo que voy a decir—. Lucía, esto es algo en lo que tú y Jorge tienen que trabajar juntos. Yo trataría una ruta de la amistad—Luci sonríe.

—Has aprendido esa mirada de Ruggero—me ruborizo.

—Si quieres consejo, pregúntale a Valen. Puede tener alguna percepción de cómo se
siente su hermano.

—¿Tú crees? —pregunta ella.

—Sí—sonrío alentadoramente.

—Genial, gracias Karol—me da otro abrazo y huye emocionada, — impresionantemente, dado sus altos tacones— hacia la puerta, si duda a molestar a Valen. Tomo otro sorbo de mi Martini, y estoy a punto de seguirla cuando me detengo en seco.

Elena se desliza al interior del cuarto, su rostro tenso, sombrío, enojada determinación. Cierra la puerta tranquilamente después de entrar y me frunce el ceño.

Oh, mierda.

—Karol—se burla.

CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora