•CAPÍTULO 45•

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—¿Las conoces?

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Le doy mi mano con el lápiz labial, y repentinamente se sienta, así que estamos nariz con nariz.

—¿Lista?.—pregunta en un bajo, suave murmullo que hace a todas las cosas tensarse dentro de mi. Oh wow.

—Sí.- susurro. Su proximidad es seductora, su tonificado cuerpo cerca, su olor a Ruggero mezclado con mi gel corporal. Guía mi mano hacia arriba a la curva de su hombro.

—Presiona.—susurra, y mi boca se seca mientras baja mi mano directamente desde lo alto de su hombro, alrededor de la órbita de su brazo, entonces hacia abajo por el lado de su pecho. El lápiz labial deja una raya ancha de libido rojo en su camino. Se detiene en la parte inferior de su caja torácica. Entonces, me dirige a través de su estómago. Se tensa y se queda mirando, aparentemente impasible, en mis ojos. Pero por debajo de su mirada cuidadosamente en blanco, veo su contención.

Su aversión se mantiene bajo estricto control, la línea de su mandíbula se tensa, y hay tensión alrededor de sus ojos. A medio camino de su estómago murmura:

—Y arriba al otro lado.—libera mi mano.

Imito la línea que he dibujado en su lado izquierdo. La confianza que me está dando es embriagadora pero moderada por el hecho de que puedo contener su dolor. Siete pequeñas cicatrices redondas marcan su pecho, y es el profundo oscuro purgatorio ver esta horrible y malvada profanación de su hermoso cuerpo. ¿Quién podría hacerle eso a un niño?

—Ahí, hecho.—susurro, conteniendo mi emoción.

—No, no lo has hecho.—replica, y traza una línea con su largo dedo índice alrededor ver la base de su cuello. Sigo la línea de su dedo con una marca escarlata. Terminando, miro en la profunda miel de sus ojos.

—Ahora mi espalda.— murmura. Cambia de posición, por lo que tengo que bajar de él, entonces gira sobre la cama y se sienta de piernas cruzadas de espalda a mí.—Sigue la línea de mi pecho, todo el camino alrededor del otro lado.—su voz es baja y ronca.

Hago como me ha dicho, hasta que una línea color carmesí atraviesa la mitad de su espalda. Y mientras lo hago, cuanto más cicatrices marcando su hermoso cuerpo. Nueve en total. Mierda. Tengo que pelear contra la imperiosa necesidad de besar cada una y detengo las lágrimas llenando mis ojos. ¿Qué clase de animal pudo hacer esto? Su cabeza está abajo, y su cuerpo tenso mientras completo el circuito alrededor de su espalda.

—¿Alrededor de tu cuello, también?.—susurro.

Asiente, y dibujo otra línea encontrando la primera alrededor de la base de su cuello por debajo del cabello.

—Terminado.—murmuro, y parece como si vistiera un bizarro chaleco color piel con un borde rojo prostituta.


Sus hombros se desploman mientras se relaja, y se gira lentamente para encararme una vez más.

—Esos son los límites.—dice tranquilamente, sus ojos oscuros y sus pupilas dilatadas... ¿por miedo? ¿Por lujuria? Me quiero lanzar sobre él, pero le contengo y lo miro con asombro. Los ojos llenos de lágrimas.

—Bien.—exhalo.—Me siento demasiado dichosa, de que hayas hecho esto por mí. Francamente, puedo vivir con eso.—sonríe.—Justo ahora quiero lanzarme sobre ti.—susurro.

Me da una sonrisa malvada y extiende sus manos en un gesto de suplica.

—Bien, señorita Sevilla. Soy todo suyo.

Chillo con alegría infantil y me catapulto a sus brazos, dejándolo plano. Se retuerce, dejando escapar una risa de niño lleno de alivio de que la prueba haya terminado. De alguna manera termino bajo él sobre la cama.

—Ahora, en lo que estábamos...—dice en voz baja y su boca reclama la mía una vez más.

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No sé ustedes, pero yo escribí este capítulo llorando.

Ruggero está permitiendo que Karol lo toque😍😍🔥.

CUMPLIENDO TUS REGLAS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora