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Yo tengo al elixir blanco

Narra Odelia



Jimin me tiene en la casa sin explicarme nada, casi no me habla, ni me mira, las puertas están cerradas con llave, y no me atrevo a escapar tendré serias consecuencias, tengo la prueba de mi pobre muñeca y el labio partido.

No había entretenimiento como televisión, o cosas por el estilo, en la habitación que alquilaba tampoco la tenía, así que no cambia mucho mi aburrimiento, sigue siendo el mismo. Me mantengo leyendo libros de amor, otros de historia, no es lo mío, pero lo hago para no morir de flojera.

"Mi amo", lo digo con sarcasmo. Entró al living en donde me hallo, avistó raro y se sentó.





Odelia– ¿Qué pasa?

Jimin– Nada.– Seco.

Odelia– Oye, no sé qué asuntos te traes, te prometí no hablar, y lo juro. Pero dime de una buena vez el punto crucial del por qué estoy aquí privada de mi libertad.

Jimin– Se removió incómodo– No puedes irte porque si los míos te encuentran, lo más probable es que mueras.

Odelia– ¿Esto es algo de tu mundo secreto o por el estilo?

Jimin– Calla, no me siento preparado para soltar información y ya, así que te sugiero que hagas lo que te mande, por lo menos hasta que la marea se calme.




¿De qué marea me hablaba? ¿Qué tengo que ver con sus asuntos? Nadie sabe de mí, es ilógico y estúpido, sobretodo porque al principio me quería muerta.





Odelia– Quiero dormir.– Mirando el reloj– Es tarde.

Jimin– ¿Lavaste los platos?

Odelia– Ya lo hice.– Le di la espalda para volver a mi ahora cuarto, apoyé mi rostro en la almohada intentando dormir sin inquietud, sin derramar una lágrima.




El ambiente se sentía pesado, me robaba el oxígeno, una mano se coló por debajo de las sábanas para acariciar mi muslo a lo largo, mi cuerpo tomó la similitud de una piedra, siempre me ha pasado, la transpiración y los escalofríos se repitieron, el miedo y odio combinados en mi maltratado corazón, estaba agotada de vivir esta situación, ¿Cuánto más?



Odelia ¡¡Vete!!– Grité al sentarme, con los ojos llorosos, agitada.

Jimin– Vine a avisarte que me voy, ya es de día.– El día nublado, ya no era de noche.

Odelia– Agitada, fue un sueño, nadie me estaba tocando, nadie nada– Lo siento, no fue mi intención.

Jimin ¿Qué tienes?

Odelia- Nada, bajaré en un momento.

Jimin– Asintió– No intentes escapar, volveré en poco tiempo.– Cerró la puerta.





Las pesadillas eras frecuentes, y si bien no gritaba en las noches, o despertaba a todo el barrio con mis traumas, si alguien me despertaba por su cuenta, mi extraña reacción es gritarle, eso hice con Jimin; durante mi estancia en la casa de mi madre, ponía mi alarma, para que ella no entrara y me viera ser la yo desquiciada, y aunque en parte era su culpa por no defenderme, no deseaba tratarla mal.

Me preguntaba qué tanto se trae este sujeto, qué quiere conmigo, ¿Me venderá a la mafia? Ya me da terror que sea una criatura que pensé, no existían, pero sí, cuán equivocada estuve, o está el mundo.

Correo Equivocado ✉❌ (Park Ji-min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora