Correo Equivocado ✉❌ (Park Ji-min)

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No me arrepiento de haberlo matado

Narra Odelia

Odelia- Lo abracé con fuerza- Golpearte es lo que lejos está de hacer mi persona, pensé en tu bienestar desde que saliste por la puerta.

Jimin- Envolvió los brazos a mi espalda baja- ¿Quieres ayudarme todavía? ¿O ya te arrepentiste?- Dijo suave a mi oído.

Odelia- Pegué mis labios a los suyos- Contigo no me arrepiento de nada.

Jimin- Gracias.

Levantó mis manos al cielo, para quitarme la ropa, su respiración se deslizaba por el valle de mis senos llegando a mi estómago, se había agachado para librarme de la parte de abajo.

Jimin- Te quito lo que falta o lo quieres hacer tú.

Odelia- Sigue.- Lo alenté a terminar su acto tan placentero.

Jimin- Y lo perpetuó, no hice más que quitar la toalla- Yo entro primero.- Asentí completamente muda, esta vez hay mucha luz, la experiencia de hacerlo por gusto es diferente, tan hermosa.

Entró y se sentó en la tina, luego estiró su mano, la tomé y me adentré un tanto pudorosa.

Jimin- Ya no tengas vergüenza, goza lo que yo.- Me sentó a horcajadas, y ese roce imprevisto provocó que mis ojos parpadeen- Tranquila, nena.

Odelia- Busqué su miembro para meterlo en mi interior, no quería que diera mil rodeos- Dios...

Jimin- Vas a hacerme correr antes de...- Jadeó- No hagas eso.- Lo tocaba descaradamente.

Odelia- Y por fin me senté, invitando a su amigo a pasar a mi oficina- Oh, sí.

Jimin- Muévete despacio.- Las venas de sus brazos sumamente marcadas, tan llamativas y sexys.

Lo cabalgué con ganas, sus manos se clavaron en mis caderas, dispuesto a no soltarme, pero el arrepentimiento lo atacó e hizo un amague para salir.

Odelia- No, ¿Qué haces?- Agitada.

Jimin- No tengo condón, voy a correrme y te dije que por ahora no.- Un hilo detenía el orgasmo de Jimin, su mirada lo decía todo.

Odelia- Yo quiero que lo hagas.- Sin levantarme.

Jimin- Será un segundo, levántate, por favor, no quiero hacerte esto ahora, tenemos mucho tiempo.

Odelia- Intentemos solo por esta vez.

Jimin- Echó la cabeza hacia atrás, apoyándola sobre la tina de porcelana cara- No, no.- Me mecí y se agitó incontrolable- No lo hagas difícil.

Odelia- Mientras aumenté mis movimientos, con mi boca mordí la zona sensible de su cuello- ¿Te gusta?

Jimin- Sus ojos en blanco- Sí, estoy perdiendo la cabeza.- Gimió- Cuando te dije que me ayudaras, pensé que sería de otra manera.- Gimió otra vez.

Odelia- ¿Y para qué me desnudaste?- Esta vez gemí yo.

Jimin- Sigue, sigue.- Brusco agarró de mis mejillas para besarme en la boca, su lengua recorrió cada esquina- No te detengas.