Correo Equivocado ✉❌ (Park Ji-min)

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Ve lo que haces con mi dignidad

Narra Odelia

Lloré en mi cuarto hasta sentir que fue suficiente, o que necesitaba hidratarme para seguir llorando. Okay, exagero, pero estoy realmente angustiada, no puedo entender cómo Jimin sigue humillándome, y luego cree que con un "Perdón" las cosas se arreglan y ya, no, ya basta.

Bajé eso de las nueve de la noche, casi diez para ser precisos, de reojo lo vi sentado frente a la pantalla, seguí de largo hacia la cocina donde revisé la nevera, tengo hambre también, soy un ser vivo. Puse el pollo frío en el pequeño horno eléctrico un par de minutos, con el ruido que hice de seguro vendrá. 

Dicho y hecho.

No me giré para nada, lo sentí entrar a la habitación, fue a la nevera mientras yo no le quitaba la vista de encima al reloj del horno, escuché que se sirvió agua, la ingirió e hizo ruido, todo por llamar mi atención, quería reír. 

Dios, ¿Tan fácil pierdo la batalla?

Jimin– ¿Vas a comer sola?

Odelia– Sí.— Contesté lo más seca que pude sonar.

Jimin– Pon más pollo, yo también tengo hambre.

Odelia– El reloj marcó cero y saqué mi comida poniéndola en un plato, tomé los cubiertos, todo bajo su vista— Ponlo tú, tienes manos.— Y como broche de oro le robé su vaso de agua fresca a medio beber.

No replicó, se quedó parado mirando el horno que dejé con la puerta abierta, ¿Me estoy pasando de lista? Mmmh, no lo creo, hagamos sufrir un poco a Park Jimin. Tomé asiento en el sofá, con la comida en el regazo, viendo lo que mi novio dejó en la pantalla, no podía concentrarme porque a los pocos segundos llegó con su propio plato y por lo visto su comida fría. Oh, se me partía el corazón, ¿De verdad soy tan blanda?

Lo eres, boba.

Me cuesta horrores ser esta chica, y más con él, si alguien estuviera en mi lugar, ¿Qué haría?

Lavé mis objetos sucios y me marché a mi ex cuarto, en toda la comida no cruzamos palabras, ni siquiera mirábamos la televisión, pasasen lo que pasasen nada nos entretenía, estábamos a la defensiva de cada ruido, respiración o tenedor chocando contra el plato.

De por sí la cama se me hacía fría, ¿Solitaria? Peor que eso, cuando me fui de casa no veía la hora de no compartir cuarto o cama con nadie, ya saben, por todo lo que pasé, me era preferible saber que nada ni nadie me molestaría durante las noches, pero cuando Jimin se hizo parte de mí, no deseé volver a estar sola, así estemos enojados.

Odelia– Te extraño.— Susurré, él en el otro cuarto, ¿Pensará igual?

Y me retorcí en la cama hasta conciliar el sueño, cosa que me fue olímpicamente imposible, necesitaba abrazarlo, respirar en su espalda, acariciar su cabello. Justo cuando el cansancio me estaba venciendo, tres de la mañana, un visitante esperado, llegó.