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¿Quién eres?

Narra Odelia



Y al final era lejos, ¿Por qué lo digo? Vengo pateando una lata hace cinco cuadras o más, preguntando a los transeúntes si iba en buena dirección, y aunque algunos de ellos me daban la indicación correcta, me miraban con mala cara, "¿Para qué quiere ir a ese lugar? Es peligroso", yo sonreía evadiendo la pregunta.

Volví a mirar la dirección de la caja y luego la de la placa de la casa, era enorme a decir verdad, las copas coincidían con la fachada de esta vivienda; pasé directo al patio donde, cabe destacar, no hay una entrada o un portón, toqué el timbre, y no andaba, golpeé, tampoco, dejé la caja en el suelo, y decidí ver por las ventanas. Oscuridad plena, por un estrecho pasillo con paredes decoradas por enredaderas, fui al fondo, al final del mismo una ventana iluminada.







Odelia– Tragué saliva– ¿Qué es esto?– Espantada de sobremanera.






El chico del súper, hablando con otro, a decir verdad no sé de qué, pero al sonreír, sus colmillos largos se evidenciaron, similar a los vampiros en películas, sus labios levemente machados con un líquido rojo, ¿Acaso iban a una fiesta de disfraces? No, claro que no, son solo dos hombres en una habitación hablando tranquilamente; hice un paso atrás para irme por donde vine, sin embargo eso me costó caro, pateé una maceta de cerámica, el muchacho volteó instantáneamente y salí huyendo. Su mirada fue tan helada y punzante como un carámbano.

No miraría atrás, no lo haría bajo ninguna circunstancia, el miedo no me lo permitía, ya una cuadra lejos sentí una presencia pisarme los talones, doblé a un callejón, no conozco nada de esta ciudad, ¿Cómo hizo para alcanzarme? Error fatal, no había salida.





Odelia– No, no, carajo, esto no me puede estar pasando.– Toqué la pared como si esta fuera a desaparecer.

Chico Buenas noches.– Esa voz.

Odelia– No me haga daño, prometo que no diré nada, lo juro.– Giré para mirarlo.

Chico– Nosotros no creemos en la palabra de un humano.

Odelia– Fui a su casa para llevarle el correo que por error llegó a la mía, son unas copas...– Me cortó.

Chico– Carcajeó– Ese idiota de Jungkook las pidió.– Se dijo para él– De todas formas no puedo dejarte libre.– Expresó normalmente.

Odelia– Le dije que no vi nada, tengo que volver o mi abuela se preocupará.– Mentí con desesperación.

Chico Se acercó y tomó un mechón de mi cabello– Avísale por mensaje que no volverás a casa hoy.

Odelia– N-no, no tengo celular.– Entrecortada, es demasiado cerca.

Chico– Que mal, se tendrá que preocupar.– Agarró de mi muñeca con fuerza y me arrastró unos dos metros.

Odelia– Le dije que me deje ir.– Le di una patada, a golpearlo para que soltara el agarre.

Chico– No debiste.– Y torció mi muñeca, lo que hizo que pegara un grito realmente alto, y del dolor llorara.

Odelia– Basta.– Sollocé y contuve la respiración.

Chico– ¿Vas a obedecer?– Neutro ante mi dolor– Podría romperte la mano si quisiera.

Odelia– ¿Obedecer? Ya lo hice con mi padrastro, ¿Por qué caería con este?– ¡¡No!!

Chico– Estás colmando mi paciencia chica del súper.– Resaltó la última palabra.

Correo Equivocado ✉❌ (Park Ji-min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora