Correo Equivocado ✉❌ (Park Ji-min)

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¿Te quedas o te vas?

Narra Odelia

Dánae– Asintió– Se llevaba muy bien con James, venía un par de veces al mes para ver cómo marchaba el embarazo, se hizo cargo de ti, cosas materiales, no me interesaba nada de lo que me diera, con mi esposo éramos felices aguardando tu llegada, pero Aaron nos visitaba y ese amor se iba al demonio entre nosotros dos.

Odelia– Una molestia constante.

Al fin tenía el nombre de mi verdadero padre, el biológico.

Dánae– El último mes de gestación no regresó a casa, sentí un alivio al ya no recibir su visita, no me agradaba verlo. A días de tenerte, muy ilusionada, sabía que no llegaste de buena manera, pero sentirte era como tocar el cielo con las manos, creí que Aaron no volvió al recibir la noticia de que eras una niña, él aseguró que un varón sería necesario.

Jimin– Ese nombre...– Pensante.

Dánae– La nueva bruja blanca, mi hija, yo lo era y no lo supe hasta dar con él, naciste y el padre de James, un cobarde al fin y al cabo, nos abandonó, dejó una carta aclarando que no quería tener que ver con el mundo de los vampiros, conmigo y mi hija, que amaba a James pero no podía quedarse, temía que uno de esos... Monstruos lo asesinaran.

Jimin se encogió de hombros al oírla decir "Monstruos", hasta yo me sentí pésima.

Odelia– No todos lo son.

Dánae– ¿Qué? ¿De qué hablas? Lo son, si ellos no existieran, la humanidad sería distinta.

Odelia– Bien conoces la historia de Aiden y Sidney, las brujas son humanas, y la que creó a los vampiros fue justamente una, los mismos humanos cagaron todo lo que conocemos.

Dánae– Aún así no dejan de ser lo que son.

Odelia– Entiendo tu odio, no lo podré cambiar, para ti lo son porque no has conocido al vampiro que diera la vida por ti, perdiste todo gracias a uno, en cambio yo, recibí más de lo que pedí en mi subconsciente.

Dánae– ¿Tú los aceptas?

Odelia– Miré a Jimin– Sí, lo acepto con todo y sus defectos.

Dánae– Miró a mi novio– ¿Eres uno de ellos?

Jimin– Sí, señora.

Odelia– Mamá, puede que yo... Tal vez, puede que esté embarazada.– Comenté algo nerviosa.

Dánae– No, es imposible.– En negación.

Odelia– No lo es.

Dánae– ¿Él te convenció de embarazarte?

Odelia– No, carajo, para con esa incoherencia, para nada, por el contrario, yo lo busqué.

Charles– Ramera.– Murmuró y Jimin le dio un golpe inesperado en el rostro.

Jimin– Que sea la última vez que te oiga.

El tipo tumbado en el suelo secando su boca con la manga del suéter.

Dánae– Vaya.– Con decepción a lo que dijo su hija, e ignorando a su pareja.