♡ Capítulo 11 ♡

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El fin de semana se paso en un cerrar de ojos y una brillante mañana dio inicio a una nueva semana, los pajarillos volvian luego de un frío invierno y alegraban a todos con su canto encantador.

Madison se encontraba en tan profundo sueño que nisiquera la alarma la hizo despertar, el pequeño Mateo también se encontraba cómodamente dormido sobre el abdomen de su madre, mientras sus brazos se mantenian totalmente extendidos.

Ambos estaban en el pais de los sueños hasta que...

-¡¡Madi!!- grito Diana al otro lado de la puerta -¡despierta dormilona! de nos hace tarde- añadio mientras daba golpes en la puerta de madera.

Madison entre abrío los ojos al oir los escandalosos gritos de su hermana mayor, observó el reloj.

-¡7:15 am! - dijo y abrió completamente los ojos azules, quito a Mateo de su abdomen y lo acomodo a un lado intentando no despertarlo.

- ¡Madie!? ¡Sabes que mejor vete despues, se me hace tarde! - dijo Diana marchándose.

Madison nego y se fue a duchar rápidamente, se vistió con unos vaqueros negros y una blusa de tirantes color blanca y sobre esta una camisa de tres cuartas color rojo.

Tomo su mochila y dio beso en la frente a su pequeño -vuelvo pronto mi amor - susurro y sonrió.

Fue al auto y tal y como lo había dicho Diana, se había antes y Renata pues ella siempre viajaba sola.

El tránsito estaba fatal y como si fuera poco las agujas del reloj parecían avanzar mucho más rápido ese lunes.

Al llegar a la Universidad tomo su mochila y salió del auto, subió hasta el tercer piso donde estaba su salón y tratando de controlar su respiración llego a su salón.

- Genial... - murmuro al ver la puerta del salón cerrada.

Madison odiaba todo lo que involucrará moverse y corrió, subió gradas, se canso en vano...

- Bueno si no queda de otra - añadio para si misma, se sentó con las piernas cruzadas en el suelo y saco un libro de física avanzada que le había dado Susana la chica del club de Fisica.

Al cabo de unos minutos Madison estaba tan sumergida en su lectura que nisiquiera se había dado cuenta que no era la unica en ese pasillo, pues unos lindos ojos avellana se mantenian observando fijamente cada movimiento que hacía.

Ella se veia tan linda... Tan hermosa y tan tierna que provocaba abrazarla y besarla - seguramente ella no quiere saber nada de mi- se dijo asi mismo mientras la observaba, ya que recordó lo feo que la trato la ultima vez.
Y es que no era para nada fácil para él, se tenia que estar mordiendo la lengua para no hablarle, ya que en su forma fe pensar era mucho mejor seguir fingiendo que no la conocia a revivir los errores del pasado.

Madison guardo su libro y se estiro, al hacer eso se percato de la sombra a su lado izquierdo y volteo rápidamente, sus ojos se encontraron con unos ojos avellana que la observaba fijamente y como tal el día del insidente en la oficina del director su mundo se detuvo y por un instante, solo por un instante su mirada su conecto con la suya.

Erick incomodo volteo rápidamente al frente e hizo como si nada hubiese pasado.

Madison hizo oo mismo y un momento incómodo se apoderó entrr ambos.

Tras el pasar de los minutos Madison veia su reloj - Genia! hace unos minutos la gujas parecían "Corre que te alcanzo" y ahora pareciera qur nisiquiera avanzaran de lugar- se dijo mentalmente.

- ¡Hola chicos!- Añadió la maestra de literatura quien pasaba justamente por ahí.

- hola - sonrió Madie.

Amor sin Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora