♡Capítulo 78♡

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Los meses pasaban super rápido para la familia Robinson.
En un abrir y cerrar de ojos habían pasado ocho meses desde que se habían enterado de la peor manera que esperaban un bebé.
Hasta ahora el sexo del bebé no se había querido saber por parte de los padres, así que solo el médico sabía si era un niño o una niña.
El vientre de Madi eran muy grande y constantemente por las noches no dormia nada, debido a que este bebé era mucho más inquieto que Mateo, cuando estaba en su vientre.
Definitivamente este niño o niña seria muy inquieto.

Esa noche, Madi se había levantado por la noche, debido a que tenía mucha hambre, ahora los antojos nocturnos eran mucho más frecuentes. Va a la nevera y saca leche, saca hielos y se prepara una malteada de chocolate y frutillas.

-Mm amor- murmuró Erick abrazandola por detrás.

Madi al sentirlo se sobresalto -¡Erick! Me asustaste- lo ve mal

Erick ríe aún entre dormido -Perdón...

-¿Que haces despierto?

-Como no estarlo si la licuadora que estaba usando es escandalosa... me sorprende que Mateo no se haya despertado.

-Pff a Mateo lo pueden poner un taladro a la par que nunca despertara... Sufre de sueño pesado - ríe y bebé su malteada -¿quieres? - le acerca el vaso

Erick asiente y la ve - pero no de ahí- sonríe y se acerca a sus labios, para besarle y al mismo tiempo limpiar el bigote de malteada achocolatada que se había hecho al beber del baso.

Madi sonrió de lado y correspondió más que feliz a su beso que claramente tenía motivos ocultos.
Erick bajo lentamente sus manos hacia sus caderas y luego las bajo un más hasta llegar a su trasero, lo apretó y mordió su labio.  -¿Quieres jugar un poco?- susurro rodando sus labios

-De pronto la malteada de chocolate me dio mucha energía- sonrió pícara pasando sus brazos por su cuello y atrayendolo a ella para besarle mucho más intenso.
Eick para nada se resistió y dejo que ella le guiará, la alza y camino lentamente a la habitación mientras dejaba que ella dejara un camino de besos en su cuello, cada que sus labios rozaban su piel le hacia sentir nervios, excitación, amor y miles de emociones más que no podía explicar con palabras.
Sentir como sus manos quitan poco a poco cada pieza de ropa, ver cada rasgo de su cuerpo al descubierto y repetirse una y otra vez que  era una mujer hermosa, delicada, deslumbrante, ella era simplemente perfecta a sus ojos...

Le volvía loco cada parte de su cuerpo, tocarlo, sentirlo, besarle, era maravillosamente cálido.

Ella podía sentir como los labios de él sabían perfectamente lo que ella necesitaba, sus manos le hacían sentir cientos de emociones con un solo toque.
Sabía perfectamente cuales eran sus puntos débiles y en su mirada se veía que disfrutaba hacerle gritar de placer.
-Sabes perfectamente lo que quiero- susurra agitada.

-Te conozco perfectamente, por eso eres la única mujer a la que deseo tener junto mi- sonríe mientras se acomoda entre sus piernas -cuidado con la cabeza- murmura a su vientre y se acerca para depositar un pequeño beso.

-Bobo- ríe- no se como me haces reír en momentos así, no es adecuado!

-Claro que lo es, es más que adecuado- sonríe de lado y entra en ella de una.

La risa de ese momento, desaparece totalmente de su rostro y se puede ver claramente una expresión de deseo, sus ojos cambia de un azul cielo a un azul un poco más oscuro, sus caderas saben perfectamente que hacer para sentir mucho más de él y se mueven lentamente contra aquel miembro que se hundía en sus cavidades.

-Joder... Y tu sabes perfectamente que hacer para que yo me vuelva loco- dice en voz ronca y con muchas más ganas de hacerla suya tantas veces fuese posible. Tomo entre sus manos sus caderas y apresuro el paso, para hundirse cada vez más rápido en ese mar de exitacitación.

Amor sin Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora