♡Capítulo 34♡

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El roce de sus labios con los de él, le hacían sentir una sensación única, sus delgados dedos entre su castaño cabello le hacían estremecerse y aquella ligera mordida en su labio inferior, hecha por la pequeña rubia, le hacía excitarse cada vez más.
Sus besos bajaron a su cuello, ella no se resistió, en cambio ladio su cuello, permitiéndole llegar hasta su escote.
Él no anhelaba otra cosa, más que hacerla suya una vez más.

-No por favor...- dijo en un murmullo poco audible.

Erick dejó un último beso en sus labios y unio sus frentes -Sabes que puedo esperar- sonrio levemente y dio un paso atrás.
Ella le devolvió la sonrisa y se volvió acercar a él y lo abrazó, dejando su rostro escondido en su pecho.
Esto hizo a Erick sorprenderse un poco, pues había pensado que a Madi no le había gustado el beso anterior.

-Solo quedémonos un rato asi- murmuró.
Él sonrió aliviado, y acarició su cabello.
-No es que no quiera... Es solo que...

Erick interrumpió y añadio -Te comprendo linda... Tampoco quiero llevar las cosas tan rápido...- se alejó un poco y agarro entre sus manos sus mejillas -Es hora de irme, aún que siendo honesto no quiero, pero bueno... Si no llego a casa a dormir Mamá se preocupara -Te amo Madi- sonrio

Madison sonrio al oír lo último y no pudo evitar robarle un beso corto -Te extrañe mucho Erick- susurro

-Y yo a ti - sonrio y acaricio su mejilla.

Aún que Erick no se quería ir del departamento de Madi, devia hacerlo.
Al llegar a casa lo único que quería hacer era darse una ducha y dormir.
Cuidar de un bebé era extremadamente cansado...
Al subir al segundo piso vio a sus hermanas y a su madre muy risueñas mientras hablaban.

-Que bueno que ya llegaste... ¿Donde estuviste? - dijo Agata el ver llegar a su hijo.

-Estuve con unos amigos hasta tarde - sonrio -¿Que hacen?- dijo interesado en saber de que hablaban antes él llegara.

-La ama de llaves limpio el ático y mientras ella lo hacia encontramos cosas viejas de toda la familia- explicó Agata.

Erick observo el suelo y vio muñecas antiguas de porcelana que Agata había heredado a Esmeralda, discos antiguos con música de Helvis y lo que más le llamo la atención a Erick un viejo álbum de fotos, de él y de Esmeralda.
Lo tomo entre sus manos y le limpio la portada la cual estaba llena de polvo.

Al abrirlo y ver la primera foto sonrio, pues era Esmeralda de bebé con un vestido blanco lleno de revuelos y con un pequeño sombrero de tela.

-Hay lo se tarado... Soy hermosa desde pequeña- añadió Esme quien también veía la foto.

-Pareces un mono con vestido- río Erick
Esmeralda le mostró la lengua y él río.

La segunda foto era su mamá embarazada, seguramente de él, ella se encontraba en una playa.

-Mira mamá... - dijo Erick mostrando la foto a su madre.

-Recuerdo muy bien ese día que tomaron la foto...

-Uhh seguro y andabas de viaje con papá- dijo Esmeralda en tono pervertido.

-Ash tú - dijo Agata lanzándole un cojín en la cabeza y riendo al mismo tiempo -En realidad andábamos de viaje en familia en las Islas Canarias, tú también andabas Esmeralda-

-En esos tiempos era la consentida de papá...

-Aun lo eres- añdio Agata.

-Ya no lo es - dijo erick riendo maliciosamente -Clara y Lara lo son - se encogió de hombros -A ti ya no te quiere, es más nunca te quiso, solo eres producto de un condón roto

-Erick, no seas sisañoso - río Agata

Esmeralda se cruzó de brazos molesta y Erick río, continuó viendo las fotos.
La tercera foto fue la que más le impactó, pues en esa foto había un pequeño niño sonriente que vestía un overol azul, bajo este una camisa roja y sostenía una pelota amarilla.

Agata vio como Erick dejó caer el álbum en la alfombra y frunció el ceño, tomo el álbum y le preguntó -¿Cariño, pasa algo?

-Mateo... - murmuró muy bajo

-¿Cómo?

-No, nada... - Dijo rápidamente Erick - ¿quién es este niño?

-Claramente eres tú Erick- dijo confundida Agata

-To... Tomare esta foto- tartamudeo y saco la foto del álbum y camino rápidamente a su habitación, dejando completamente co fundidas a Esmeralda y a Agata quienes no entendían lo que le pasaba.

Al llegar se encerró y se dedicó a ver la foto de aquel niño.
-¿Como es esto posible?- se preguntaba así mismo.
El niño en esa foto no era Erick... Era Mateo...
En único que cambiaban era en el color de cabello, luego la contextura del rostro era idéntica, como gemelos...

-¿Hay gente parecida en todo el mundo, no?- trato de convencerse que lo que estaba pensando era un error.
Pero fue en vano, la idea de que Mateo se parecía demasiado a él, como para ser hijo de un extraño, no se le borraba de la mente.
Pero luego recordaba la prueba de ADN y todo eso lo confundía más, por un lado estaban las fotografías y por otro la razón de la ciencia.

Erick se encontraba totalmente agobiado, ya ni sabía en qué creer, la prueba era clara, Mateo no era su hijo, pero por otra parte entre más veia la fotografía más se recordaba del pequeño que había cuidado en la tarde.

-Erick, puedo pasar- dijo la voz de Esmeralda desde afuera.
La petición de Esmeralda no fue respondida, pero aun así ella entró.
Al ver a su hermano sentado en el suelo y pudriéndose el rostro con las manos supo que algo iba mal.
-Erick ¿qué pasa? ¿Te sientes mal? - dijo mientras se estaba junto a él.

-Yo... No, no es nada- se contuvo de responder con la verdad

-Erick, se que pasa algo, eres mi hermanito... ¿me contarás?

Suspiro y solo negó -Es solo que... ¿cómo es que no había visto esta foto antes?

-¿No la habías visto? frunció el ceño -siempre estuvo en tu mesita de noche, pero cuando ya sabes Madi se fue... Tu pediste que todo lo que ella hubiese tocado se sacara de aquí y pues las empleadas sacaron todo y solo dejaron tu cama y tu sofá... Aún que nada cambio en realidad, tu cuarto se ve igual que antes que ella viniera... ¿Ahora me contarás lo que pasa?

-Este niño de la foto, soy yo ¿no?

Ella asintió -Erick estas más estupido que de costumbre, ¿qué pasa?

-este bebé... es igual a este - saco su móvil y busco el perfil de Madi en el cual encontró una foto de Mateo y se la mostró.

-No me digas que...

Erick sim dejarla terminar solo asintió y guardo su móvil.
Esmeralda estaba igual de confundida que él.

-Pero como es que ese niño y tu...

-No lo sé... Y eso es lo que quiero averiguar...

-Tengo una idea- sonrio

Amor sin Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora