♡Capítulo 79♡

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Madi, se levanta poco a poco tomándose del mueble y camina haciéndose presión bajo su vientre, algunas contracciones la sorprenden y la hacen gritar, haciendo llamar la atención de su hijo y Clara.

Clara se acerca rápido -¿Que tienes? Que te duele? - indica preocupada mientras toma la mano de Mateo.

Mateo ve a su madre así y le da los brazos -Mami! ¡Mami!- da brincos para que lo alce.

-Mamá... no puede alzarte Cariño- dice agitada y aguantando las ganas de gritar para no asustar a los niños.

Erick quien justamente estaba regresando a casa de trabajar en la empresa solo medio para acompañar a su familia en la merienda, al recibir la llamada acero todo lo que pudo al llegar a la casa, olvidó que existía completamente el censor de huella para abrir la casa y al sacar las llaves estaba tan nervioso que ni quiera encajaba en la cerradura, toca la puerta a golpes y el timbre -Abre Lara!!! Abre!- cuando su hermana le abre corre a dentro y al ver a Madi tomándose con fuerza del desyunador, la alza rápidamente -Clara apaga el horno, ustedes dos vigilen a Mateo unos minutos, mamá vendrá por ustedes, no se muevan y no hagan cosas peligrosas- Dice rápidamente y corre al auto.
Deja a las gemelas a a cargo de Mateo

-Ah!!- grita durante el camino Madison, al sentir como sus caderas se dilatadas.

-Cariño, exhala e inhala- trata de calmarla y toma su mano, y el camino llama a sus padres que vayan por sus hermanas y Mateo a su hogar  y avisen a los Miller.
Al llegar al hospital, baja lo más rápido que puede va al lado de Madi, la alza y camina adentro con ella, rápidamente los enfermeros llegan con una camilla y la llevan a sala de parto.

Erick rellena el formulario lo más rápido que puede e ingresa al departamento de labor y parto adecuadamente vestido, Madi ya estaba en aquella camilla haciendo su mejor esfuerzo.

El dolor era insoportable, cada parte de su cuerpo dolía, ver a los médicos y enfermeras rodeando a  sus lados no le reconfortaba en nada, dolía y mucho.

A los lejos escuchaba la voz del médico ginecólogo-¡Puja Madison! Puja- sus fuerzas eran ineficaces, no podía más.

-No puedo... No puedo - murmuraba agitaba, sintiendo como las gotas de sudor caían por su frente, las lágrimas se resbalaban por sus mejillas -No puedo- decía en sollozo-

-Madi Puja!! Si no lo haces el bebé morirá por asfixia! Puja- indicaba el médico.

Sus fuerzas se esfumaban cada vez más, no podía, no podía hacerlo. -No...Puedo- susurraba agobiada.
De pronto sintió como una fuerte mano deslizo sus dedos entre los de ella y unos bellos ojos avellana la veían fijamente
-Si puedes cariño, confío en ti-

Esa voz gruesa y ese tacto fuerte le llenaron de energía y eclipsaron su dolor por un segundo -¡Ah!- grito con todas fuerzas al empujar y sentir como sus caderas daban paso a algo entre ellas.

-¡Corona! Un poco más Madison, tú puedes.

Observo a esos bellos ojos avellana y estos asentían, él confiaba en ella, no podía deceocionarle y no podía decepcionarse ella misma, tomó todas sus fuerzas restantes y pujo los más fuerte posible que su cuerpo le permitía y un dolor inmenso más haya de los descriptible la invadió y posteriormente cesó en dos segundos al escuchar un llanto tan hermoso como ninguno.

Erick beso su frente y con lagrimas en los ojos susurro -¡Lo hiciste amor!

-Felicidades, fue una niña- indico la enfermera quien pasó la bebe envuelta en una toalla rosa a Madi, la bebe lloraba y temblabla, era hermosa.
Hermosa como la misma luna o las estrellas, tal cual la describió la mente de Erick al instante después de verle.
-Bienvenida Emma con "E" de Erick- susurro Madi con la voz entrecortada de la emoción, beso su cabecita, sonrió y la pego a su pecho, sintiendo su pequeño cuerpecito y escuchando como se calmaba de inmediato al oír la voz de Erick.

Amor sin Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora