♡Capítulo 32♡

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Madi lo observo y no podía creer que aquellas palabras salieran de los labios de Erick Robinson.
Del chico de ojos avellana que le encantaba y que nunca dejaría de querer.

- Erick... yo... yo- aún que aceptar a Erick la haría feliz, ahora devia enfocarse en su pequeño.
Pero antes que ella pudiese negarse Erick la atrajo a él y la envolvió entre sus brazos.
El aroma de su perfume invadió las fosas nasales de Madi, aquel aroma que le encantaba, el olor que tanto extrañaba.

-No puedes negarte... No por favor- dijo en tono suplicante Erick en su oído mientras escondía su rostro en su cuello y dejaba que el aroma a jazmines del perfume que la chica usaba lo embriagara con ese olor tan excitante.

Los minutos pasaron y sin darse cuenta ninguno de los dos el abrazo y trasformo en uno muy largo, hasta que Madi se separó un poco y lo observo, acaricio su mejilla, sonrio levemente y dejo un corto beso en su mejilla.

-Te veré mañana - murmuro y salió del auto.

Erick la observo hasta que entro en el edificio y sonrio, pues era típico de Madi siempre darle un "si" silecilencioso.

Al entrar a su departamento un gordito Mateo corrió a abrazarla.

-¡Mami!- grito cuando Madi lo alzó, seguramente para el había pasado demasiado tiempo sin ver a su mamá.

-Te extraño mucho... Nunca sueles llegar tan tarde - río la nana la ver como Mateo babeaba toda la mejilla de Madison.

-¡Mida!- señaló el pequeño empaque que Madi había dejado en el suelo al lanzarlo.

-Asi es comelon, pero es Salmon y tu odias el Salmon- explico Madi, pues era ma única comida que Mateo detestaba.

Más tarde luego de que la nana y Madi cenacen observaron un rato como jugaba Mateo en la alfombra con su oso.

-Mañana me iré temprano Madi, tengo un chequeo así que llega temprano a casa o contrata a alguien solo por unas horas, recuerda darle medicina para el resfriado, estuvo estornudando mucho por la tarde.

-Esta bien nana yo se lo daré, no te preocupes... Yo le diré a Diana que venga, ella seguramente vendrá ¿Pero estás bien?

-Si niña, es solo un chequeo anual que Emerson me obliga a hacerme para ver que este bien de salud...

-Entiendo, debe ir nana, así estaremos seguros que esta fuerte y sana - sonrio amablemente Madi.

Cuando esta ya se había marchado, Madi colocó la pijama a Mateo pero este no se quería quedar en su cuna así que lo llevo a su habitación, pasaron unos minutos hasta que Mateo se sintiera a gusto, pues siempre que le iba a dar un resfriado se ponía irritantado.
Ambos se arroparon y Mateo no de pudo dormir hasta acomodarse sobre el pecho de su mamá.
Al despertarse obervo a su pequeño con la nariz rojiza y pensó en no ir a estudiar para quedarse con Mateo pero la señora Swan dijo que se tranquilizará y que ella lo cuidaría hasta un poco después del medio día.

Madi sacó su móvil dispuesta a llamar a Diana pero vio la hora y era muy tarde, medio comió una tostada, se despidió de su pequeño y se marchó.
Al llegar al la primera planta se encontró con quien menos quería y era Emerson.

-¿Vamos juntos?- sonrio

Madi sin poder rechazarlo acepto y caminaron juntos a la universidad, ella quería decirle sobre Erick pero no sabía como.
Simplemente no encontraba las palabras para contárselo.
Sabía que él aún estaba esperanzado en estar junto a ella, pero también sabía que su corazón solo correspondía a Erick.
No le parecía justo darle falsas esperanzas a Emerson, el era muy bueno y ocupaba un lugar espacial en su corazón, lamentablemente ese lugar no correspondía en el de una pareja.
¡Debía decircelo!
Al llegar a la universidad Emerson se encontró con unos amigos y Madi no tuvo ni tiempo de si quiera decir adiós.

Así que fue a su salón y se acomodó en su asiento, sacó su móvil y cuando buscaba el contacto de Diana, pudo sentir como unos labios fríos chocaban contra su mejilla, levantó la vista sorprendida y vio a Erick sonriendo.

-¿Que haces?- dijo en murmullo

-Besar a mi novia y futura esposa- se encogió de hombros -¿Acaso es un delito?- alzo la ceja.

-Wow... Alto ahí, nunca he dicho que seré tu esposa- se encogió de hombros - Y no es un delito pero podrían vernos y no quiero que ya sabes... Se sepa algo sobre...

-No te lo estoy pidiendo... Lo serás y punto- río

-Tarado- murmuró Madi y le enseñó la lengua lo cual lo hizo reír.

-No hay nadie Madi y no comprendo por qué temes a que se sepa todo... No creo que tener un bebé sea una vergüenza.

Madi observo a su alrededor y era verdad, no había nadie, era raro pues ya casi era hora de entrar.

-No es una vergüenza... Es solo que ya sabes que aún que estamos en el siglo XXI las personas aún ven mal aquellos que no tienen padre... No me molesta que me juzguen a mí, pero no soportaría que hablasen de mi hijo, he visto que a aquellas que solo tienen madre les dicen palabras muy hirientes como "Bastardos" o les dicen que son producto de un error y mi hijo nunca será un error...

-Lo sé... Las personas que se hacen llamar de "La clase alta" son las más hirientes... Siempre desprecian aquellos que por una forma o por otra solo se crían con uno de sus progenitores...

-Lo sé... En algunas reuniones que mi padre me hacia asistir luego de que ya sabes... El contrato se rompieran, muchas personas murmuraban sobre mi, pues me vieron embarazada, decían que era una mentirosa... Que no merecía pertenecer a su clase -

Madi podía recordar claramente cómo aquella noche una de las supuestas amigas de su madre la criticaba a voz alta, hablaba sobre su falta de moral, de sus valores, de que no era nada, no era una mujer ante esa sociedad.
Claro que Amanda al enterarse de todo eso discutió con la señora y hasta le había tirado la copa de vino sobre el vestido celeste que la tipa usaba.
Aún que amaba recordar ese momento donde Amanda había perdido la compostura que para ella era tan importante, solo por defenderla, en cierto punto le dolía ser rechada por el círculo de personas con las cuales había crecido.

Erick no leía mentes, pero podía notar la tristeza en su rostro, tomo su mentón y sonrio levemente -Si ellos dicen que tu no perteneces a su clase, están muy mal, esas personas nisiquiera merecen haberte conocido. Y si te juzgan por ser madre soltera, ellos son los de mente cerrada que no entienden que una mujer es mucho más capaz de criar de su hijo, que eres una mujer que no necesita de un hombre o mejor dicho de su bolsillo, por que muchas de esas mujeres solo están con sus esposos por su billetera. Además... Están gordas y feas... En cambio déjame decirte que tu estás muy sexi - sonrío

Madi río por ultimo -Claro que estoy sexi... Quiero ser una madre fitness.

-Boba... - río Erick y paso su mano por su cabello haciendo que este se viese todo despeinado.

-¡Oye!- río y se acomodó el cabello -Declaro que Erick Robinson está loco.

-Loca tú- río Erick -¿Oye no es raro que un jueves por la mañana no vengan temprano?

-¿Jueves?- dijo alarmada Madison

-Si jueves...

-Ash... Si estaremos estupidos la primera clase de hoy es el laboratorio...

Luego de hacer una carrera al laboratorio y revivir una pequeña llamada de atención del maestro tomaron asiento.

Las clases de la mañana fueron tranquilas y al salir, Erick se había ofrecido a llevar a Madi devuelta a casa pero esta se negó, pues no quería contarle que estaba trabajando, conocía a Erick y si se lo decía, probablemente le daría dinero y ella no quería dinero menos de él.

Justo después al ponerse el uniforme se recordó de que la señora Swan tenía una cita en el médico y seguramente estaría por irse.
Saco si movil y le marco a Diana pero esta no respondió. Le marco a Renata pero esta dijo que estaba haciendo un proyecto de la universidad. Le marco a Amanda pero esta ni siquiera estaba en el país, así que ni le comento sobre cuidar a Mateo. Suspiro y claro que a Emerson y a Mike no podía decirles, pues ambos estaban en sus trabajos de medio tiempo, le comento a su jefe si podía dejar el trabajo temprano pero este solo le había dado permiso hasta las cuatro de la tarde. Así que la única opción que le quedaba era....

-¿Pasa algo Madi?-

-Erick... Podrías hacerme un favor...

Amor sin Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora