♡Capítulo 4♡

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Sus ojos quedaron perplejos al ver a aquella chica que tanto añoraba ver.

-Oh Demonios- se dijo a si mismo al ver la sangre correr por la nariz de Madison, saco rápidamente su pañuelo y se agachó para colocarlo en su nariz -Esto te ayudara a detener la sangre- añadió mientras sostenía el pañuelo.

-Fue... mi cul-pa- tartamudeo la rubia quien aun no podía creer que tenia frente a ella al mismísimo Erick Robinson.

Madison sin poder controlarse alzo la vista y ambos intercambiaron miradas, era como si el mundo se deteniese, podía ver la ternura de esos hermosos ojos avellana y ese hermoso rostro a escasos centímetros del de ella.

Él podía observar esa delicada piel y esos carnosos labios rosa que lo excitaban.

-¿Señorita esta bien? - añadió el anciano quien estaba tras ellos.

Al escuchar la voz ambos se avergonzaron de verse entre si, tanto era el miedo de sentir la conexión en tan solo una mirada que ambos la bajaron perdiendo asi todo contacto visual que entre ellos pudiese existir, Erick ayudo a levantarse a Madison y esta solo movió su cabeza en señal de agradecimiento.

-Eso creo...

El anciano los observó a ambos y trago saliva -Señor Robinson, todo esta arreglado puede retirarse - añadió viendo únicamente a Erick.

-Muy bien, gracias por su tiempo- añadió este extendiendo su mano - Lo veré en la cena del martes - sonrió y viendo una vez más a Madison se retiró.

¿Era normal que su corazón latiese tan fuerte?
Ella seguía hermosa... Como la primera vez que la había visto.

Aun que no lograba superar su engaño debía admitir que Madison aun formaba parte de él y ocupaba un enorme lugar en su corazón.
Seguramente su pequeño hijo era tan hermoso como ella...

Su cerebro le ordenaba que la odiase pero su corazón no se lo permitía...

- Señorita Miller... - exclamó el anciano mientras veía los documentos - Es un placer para nosotros tener en nuestra Universidad una persona con tan alto estándar académico... Tenía que entendido que el año pasado debía usted comenzar la Universidad

- Si señor, pero hubo un contratiempo y no pude, así que me gustaría poder comenzar este año en su facultad de medicina - exclamo mientras veía ese rostro lleno de arrugas el cual solo mostraba una sonrisa y no parecía ser el viejo amargado que todos decían que era.

-Me parece bien... Su padre me a contactado y me a explicado la situación... La entendemos

- Agradezco la comprensión - sonrió mientras se preguntaba por dentro ¿qué demonio había hablado su padre con el anciano?

Al concluir su charla con el director salio de su oficina.

-¡Mike! - grito al ver a Mike quien se encontraba observando por una de las ventanas.

- Madison ¿que paso? - exclamo este con cara de preocupación

- ¿que cosa? - añadió Madison confundía.

- Madi tu nariz... - exclamó este lugar atrás veía los restos de sangre al rededor de esta.

Madison sin recordar lo que había sucedido se toco su nariz y esta dolía mucho - Auch- se quejo - Me he golpeado con la puerta... - dijo mientras hacia gesto de dolor.

- Eres muy distraída... - río Mike - Ven vamos... te llevare a la enfermería para curarte - sonrío y camino.

Al llegar a la enfermería Mike limpió y coloco una bendita en la nariz de Madison.

Amor sin Contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora