Marina no vio ni escuchó a ninguna de las mujeres que trató de pararla cuando puso un pie en la calle de nuevo. No era capaz de ver más allá de los ojos acuosos de su hermana pequeña, la misma que le había confesado sus inseguridades apenas un rato antes y lo único que lograba con esa imagen era que creciesen sus ganas de decirle cuatro cosas a la morena a la que quería con su alma.
Los mismos sentimientos encontrados tenía Jon incrustados en el pecho tras ver como Alba se marchaba de allí sin ser vista por nadie más. La conocía lo suficiente como para saber que ver la química que desprendían Natalia y Beatriz le había afectado a la confianza y al autoestima.
Con lo que ha sufrido, mi pobre.
Chistó con la lengua, dedicándole una sonrisa de lo más falsa a la desconocida que se acababa de convertir en su compañera de trabajo, siendo muy poco sutil en mostrar su malestar y disimulando lo más mínimo el desagrado que sentía con aquella noticia.
No es tu culpa, pero mi bollito es mi bollito.
Natalia se giró con una sonrisa de lo más grande, se sentía feliz como a quien le han quitado un peso enorme de los hombros. Le corría el orgullo por las venas, pues en su mente acababa de solucionarlo todo con aquel apretón de manos. Pero la alegría se le fue marchando en cuanto vio el gesto serio y los brazos cruzados de su mejor amigo.
- ¿Qué pasa?.- frunció el ceño, girándose para ver si la estaba mirando así a ella o es que ocurría algo que no había sido capaz de ver.
- ¿A ti te parece normal lo que ha pasado hace un rato?.- gesticuló su cabreo con las manos y las dejó caer de golpe.
- ¿Sí?.- repitió mentalmente todo el encuentro con Beatriz, buscando algo que se le escapase y que hubiese podido provocar esa reacción en Jon.- ¿Es por que no te he preguntado? Jo, Jon...- hizo un puchero.- es que ni me he acordado, te lo juro. En mi mente solo veía la gran oportunidad que es para nosotros...
- ¿Qué oportunidad?.- la cortó.- Si a mí me da igual que no me preguntes, es tu negocio, Natalia.
Uy, Natalia.
Que la llamase por su nombre completo no era una buena señal, le hacía ver que lo que se le escapaba era lo suficientemente importante como para que reaccionase de aquella forma. Le hizo comprender que no se trataba de una exageración propia de su personalidad.
- ¿Entonces qué pasa?.- Jon alzó una ceja sin terminar de creerse que Natalia no se hubiese dado cuenta de lo que estaba ocurriendo, pero la confusión en sus ojos le indicó que realmente no se estaba enterando.- No me gusta que te enfades conmigo, Jon... y menos si no sé qué he hecho.
- No me pongas cara de perro abandonado que no quiero que te sirva esta vez.- la señaló con el dedo.- eres como una hermana para mí, lo sabes.- Natalia asintió completamente centrada en la explicación que le estaba dando Jon, tan centrada que no se dio cuenta de los humos con los que Marina entraba en la panadería y se quedaba en un segundo plano al ver la expresión seria del catalán. Marina buscó enterarse de lo que hablaban antes de hacer notar su presencia.- Pero eso no quiere decir que vaya a dejar que le hagas daño a nadie.
- ¿A quién he hecho daño?.- se preocupó realmente al escuchar aquellas palabras.- Jon, te prometo que no estoy entendiendo nada.
- ¿No?.- la miró incrédulo.- ¿eres tan tonta como para no darte cuenta de como te miraba la nueva panadera?- Natalia frunció todavía más el ceño.- que a mi me cuentan que le sigues el rollo a alguien que llega con esas intenciones y no me lo creo, pero es que lo he visto con mis propios ojos.
- Espera, espera.- alzó una mano para detenerle.- ¿pero a mí qué me importa como me mire Begoña?
- Beatriz.- la corrigió Jon.
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1973
FanficTambién conocido como "Panfic". La artista de la portada es @brunaxexe en Twitter.