Capítulo 16

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El paso del tiempo es relativo y quizás por eso a Natalia, pese a no dormir, se le había pasado la noche en un suspiro. Había invertido su tiempo en responderle a la carta de su hermana para que Santi al llegar a París pudiese enviarla y el resto del tiempo lo había dedicado a controlar que el pequeño Mikel, que se había abrazado a su cuerpo en cuanto la morena volvió a meterse en la cama, descansase sin que nada llegase a perturbarlo. 

Ni siquiera se dio cuenta de que era de día hasta que Mikel empezó a moverse inquieto en su pecho. No dejó de acariciarle hasta que este empezó a pestañear, a abrir lentamente los ojos. 

- Buenos días mon petit.- dejó un suave beso en su frente. 

- Ama...- murmuró abrazándose fuerte a su pecho.

- Creo que te equivocas, mi amor, yo soy Nati.- siguió acariciándole la cabeza. 

- No quiero que te vayas.- fue lo primero que le salió decir antes de incorporarse para mirarla a los ojos.- ¿puedes venir conmigo a casa? 

- No puedo, cariño...- suspiró.- tengo que volver a Madrid.

- No me gusta Madrid.- se cruzó de brazo y puso su mejor cara de enfado.- Quiero que vivamos todos juntos otra vez, como cuando era pequeño. 

- ¿Cómo cuando eras pequeño?.- soltó una risita.- ¿y ahora qué eres? 

- Ahora soy grande.- dijo completamente convencido. 

- No puedes ser grande porque eres mi niño pequeño.- lo abrazó con fuerza y aspiró su aroma.- prométeme que no vas a crecer nunca. 

- Eso no se puede, ama.- se rio entre sus brazos. 

- Y dale con ama.- bufó y lo separó de ella para poder mirarlo a los ojos.- ¿quién te ha dicho que yo soy tu ama?

- Maman... (mamá)- murmuró confuso.- ¿Maman ha dicho mentiras?

- No, cariño.- suspiró, no quería que el niño la tomase contra Juliette por aquello.- lo que pasa es que maman cree que no es una buena mamá...

- Maman es la mejor mamá del mundo.

- ¿Verdad que sí? Pues se lo tienes que recordar todos, todos los días porque a veces se le olvida.- el pequeño asintió convencido. 

- ¿Entonces tu eres mi ama y maman es mi maman?.- Natalia suspiró y antes de responder escucharon un golpe seco.

- Espera aquí.- dejó al pequeño sobre la cama y salió de la habitación.- ¿Qué ha sido eso?.- le preguntó a Jon, que se había despertado con el ruido y estaba en la puerta de su habitación medio dormido. 

- No lo sé pero ha sido ahí.- señaló otra puerta.- creo.

- Pero si esa habitación está vacía...- se quedó pensativa.- voy a ver. 

Se acercó y abrió la puerta de golpe, cerrándola en cuanto vio lo que se encontraba dentro y retrocediendo un par de pasos. 

- Vale, no pasa nada.- tragó saliva.- puedes volver a dormir tranquilo que yo me voy de nuevo a...a mi cama. 

- ¿Qué acaba de pasar?.- se rascó un ojo Jon, dudando si seguía durmiendo o aquello estaba sucediendo realmente. 

- ¡Natalia!.- la puerta volvió a abrirse y de ella salió Santi.- ¿tú no sabes llamar o qué pasa?.- se acercó a ella enfurecido. 

- Oye, oye.- se defendió.- no reventéis el cabecero de la cama contra la pared y no me asustaré.- alzó las manos.- también te digo que bastante he tenido con ver... eso.- señaló hacia la puerta.- pared con pared conmigo, qué feo Santiago, qué feo.- dramatizó.- me voy con Mikel que es la única persona en esta casa que me quiere aunque sea un poco. 

1973Donde viven las historias. Descúbrelo ahora