Las seis en punto de la mañana marcaba el reloj que descansaba sobre la mesita de noche de Natalia. El frío de la madrugada hacía que se pegase todo lo posible al cuerpo de la mujer de su vida, la misma que dormía profundamente y que ella no se cansaba de mirar.
Un escalofrío recorriéndole el cuerpo la había despertado y le había robado cualquier intención de volver a dormirse. La casa en completo silencio le invitaba a hacerlo pero una sensación que no sabía describir apoderándose de la boca de su estómago no le permitía cerrar los ojos más de cinco minutos seguidos. Le picaban las manos, le quemaba la garganta y sentía un hormigueo recorriéndole los labios, en definitiva, su cuerpo le pedía de todas las formas posibles que despertase a Alba para poder verla amanecer cuanto antes.
Pero, a la vez, se negaba a perderse la paz que le entregaba el rostro relajado de Alba mientras dormía de cara a ella.
- Yo creo que ya es una hora decente para despertarla.
El calendario marcaba que era jueves aquella madrugada de noviembre. Día laborable. Así que la seis de la mañana era una hora más que apropiada para que se despertase, sobre todo si querían llegar a abrir el horno a la hora que indicaba el horario de la puerta.
- Maitia.- se acercó todo lo que le permitió el cuerpo y empezó a repartir suaves besos a lo largo de su rostro.- Albi...- le sumó un leve zarandeo con su mano, como si la meciese, para hacer que se despertase.- vamos, que es hora de levantarse, mi amor.
Un murmuro fue lo que obtuvo como respuesta antes de que cerrase los ojos con más fuerza.
- Vamos, Albi, que tengo una sensación aquí en el pecho que me dice que hoy tenemos mucho que celebrar.- besó la punta de su nariz y se separó lo justo para poder verla.
No quería perderse como abría los ojos por primera vez aquel día veinte.
- ¿Me vas a despertar así todas las mañanas?.- le preguntó sin separar sus pestañas todavía.- llevas casi toda la semana con esa sensación, creo que es hora de llamarlo ganas.
- Hoy la siento más fuerte que nunca.- cogió la mano de Alba y la acercó a su pecho.- ¿ves lo rápido que me va?.- Alba abrió los ojos de pronto, sorprendida por la fuerza de aquel latir y asintió.- es por verte despertar.
- ¿Solo por verme despertar?.- la miró esperando una respuesta y sonrió al verla negar con la cabeza.- ¿o tus ganas de celebrar otro funeral están tomando el control de tu cuerpo?
- Es que lo vamos a celebrar.- asintió completamente segura.- ya lo verás.
- Claro que lo veré, Franco tiene que morir algún día.- se estiró como si nada y volvió a mirarla. Natalia negaba con la cabeza.- ¿no?
- No, hoy es el día.- aseguró.- vamos a poner la radio.- se fue a levantar pero la mano de Alba la frenó.- ¿qué?
- ¿Y mi beso de buenos días?.- se cruzó de brazos.- claro, un año viviendo juntas en esta casa y a Natalia Lacunza se le olvida que tiene una novia a la que cuidar. Estás cayendo en la rutina...
- ¿Que yo estoy cayendo en la rutina? Te vas a enterar.- se lanzó sobre ella para tumbarse a lo largo del cuerpo de Alba y se lanzó a devorar sus labios, mordiendo lo que podía y bebiéndose los jadeos que le robaba a la rubia.
Se besaron todo lo que les permitió el oxígeno y las sonrisas que se iban dedicando cada dos por tres. Recordaron la celebración de la noche anterior por el primer aniversario en el que era su hogar y se multiplicaron las sonrisas, la alegría y los suspiros plenos de quien consigue vivir la vida que siempre había soñado.
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1973
Fiksi PenggemarTambién conocido como "Panfic". La artista de la portada es @brunaxexe en Twitter.