Capítulo 24

11.9K 892 587
                                    

Natalia recorría con cuidado el rostro sereno de la rubia, tratando de no perturbar su sueño ni la paz que la envolvía, pero era consciente de que no podía dejarla dormir todo el tiempo del mundo o se le haría tarde y tampoco quería que después se pusiese nerviosa así que se agachó para acercar más sus rostros y sopló lentamente sobre sus párpados, separándose después para observar si había logrado despertarla. Sonrió al ver como arrugaba la nariz y cerraba con fuerza los ojos y se deleitó mirando cómo despertaba la rubia. 

- Hola.- susurró con dulzura. 

- ¿Natalia?.- esbozó una sonrisa al verla mirándola desde arriba.

- La misma.- empezó a acariciarle el rostro.- ¿has descansado un poquito? 

Alba asintió mientras se estirazaba y pese al dolor se sentó dejando libre el regazo de la la morena después de un buen rato. 

- ¿Cuánto he dormido?.- buscó con los ojos un reloj en aquel salón. 

- No ha llegado a una hora.- susurró.- ¿estás mejor?

Alba se centró en mirarla y frunció el ceño. 

- ¿Has llorado?.- Natalia negó con la cabeza.- sí que has llorado...

- Me dan mucha impotencia estas situaciones, pero no pasa nada.- le quitó importancia.- lo que sí es importante es saber si estás mejor. 

- Sí.- aceptó no muy conforme con aquello que la morena le había dicho.- muchas gracias por... por todo.- la miró con intensidad.- si no llega a ser por ti yo...

- No, no, no.- la frenó al ver como se le aguaban los ojos.- no me tienes que dar las gracias por nada y no quiero que pienses en eso, ahora no.

- Vale...- murmuró sin dejar de mirarla. 

- Vale.- asintió con una sonrisa.- pues si quieres podemos poner la televisión, o... tengo un montón de libros si quieres leer, no sé, lo que te apetezca, ¿quieres un café? 

- Un poquito de agua, si puede ser.- pidió con timidez.

Natalia se levantó y fue hacia la cocina para volver poco después con dos vasos y una botella de agua que había sacado de la nevera. 

- Está fresquita.

- Mejor, que hace un calor aquí.- se abanicó con la mano. 

- Eh... si quieres puedo... puedo abrir la ventana de la cocina a ver si hace algo de corriente o...- se puso nerviosa.

- No, no te preocupes si con esto ya está bien.- alzó el vaso y empezó a beber. 

Natalia se sentó a su lado en el sofá de nuevo e imitó su gesto sirviéndose un vaso y bebiendo un buen trago. No entendía los nervios que le habían entrado de repente con aquel simple gesto, pero estaba claro que el agua fresca iba a ayudarla a calmarse. 

- Oye Natalia...- Alba dejó el suyo sobre la mesa y se giró para mirarla.- ¿te importa si en lugar de ver la televisión o algo así... te hago las preguntas? Es que llevo mucho tiempo con la curiosidad y ya que estoy aquí... así... así podemos hablar de algo, si tu quieres eh

- Por mi no hay problema, pensaba que no te iba a apetecer después de todo pero si tu quieres pues... pregunta lo que quieras, claro que sí.- se sentó más rígida y dio otro trago al vaso. 

Alba se tomó unos segundos para reorganizar su mente y cuando tenía clara por cual iba a empezar, otra duda le asaltó la mente, recordandole el momento en el que la propia Natalia había dicho de su boca que su forma de querer no era distinta, por lo que sin poder controlar del todo sus palabras, la expresó en voz alta sin darse casi ni cuenta. 

1973Donde viven las historias. Descúbrelo ahora