Apenas había conseguido pegar ojo. Se había pasado la noche dando vueltas, enredándose entre las sábanas y buscando una tranquilidad en el pecho de su marido que no logró encontrar. Estaba nerviosa, completamente de los nervios y sabía que no podía luchar contra esa parte de sí misma que se ponía atacada ante las novedades. Y empezar a trabajar era una novedad demasiado importante como para dejarla pasar por alto.
- Alba, ¿qué te pasa? - preguntó sin ni siquiera abrir los ojos José.- no has parado quieta en toda la noche.
- Estoy nerviosa, pero no pasa nada, sigue durmiendo.- susurró todo lo dulce que pudo.
Dejó un beso en su frente, pese a que sospechó que José no se había ni enterado, pues ya volvía a dormir en cuanto dejó de hablar.
Alba optó por levantarse, acercarse a la habitación de los pequeños y ver como seguían ajenos a todo, durmiendo plácidamente. Aquella imagen la hizo respirar, buscar una calma que los brazos que la abrazaban mientras trataba de dormir no habían sabido darle, y que encontró en las caras de paz que tenían sus hijos a esas horas del día, cuando el sol se empezaba a intuir, aunque todavía no había ni empezado a salir.
Se dio una ducha para despejarse y automáticamente buscó la energía que iba a necesitar en el café bien cargado que se empezó a preparar.
- Buenos días, cariño, ¿cómo estás?.- dejó un beso en su mejilla y Alba le sonrió.
- Bien, un poco atacada, pero bien.- asintió.
- Pues venga, a desayunar.- se sentó en la mesa de la cocina y se sirvió el café.
Salieron los dos a la vez del domicilio, Alba cargada con un Álvaro que iba dando cabezazos, todavía demasiado dormido como para ser capaz de mantener la cabeza recta, y a Lola en el carrito, con los ojos abiertos y observando la soledad de la calle con curiosidad. Llegó y abrió con cuidado la puerta de casa de su madre, pues no sabía si iba a seguir durmiendo o si la iba a encontrar despierta.
- ¿Quién anda ahí?.- Rafi salió en camisón, con un bastón de madera en la mano y apuntando hacia la puerta.
- Mamá, soy yo.- encendió la luz de la entrada y la Rafi respiró tranquila.
- ¿Qué horas son estas de venir, hija?.- bajó el bastón y se acercó a cogerle a Álvaro de los brazos, pues se veía que no podía con los dos pequeños.
- Pues... es que te tengo que contar una cosa...- se mordió el labio nerviosa.- no te lo he dicho antes porque me enteré ayer, pero...
- Ven, siéntate en el sofá y me cuentas. ¿Has desayunado?
- Es que tengo prisa, mamá.- se excusó.- sí que he desayunado.
- ¿A estas horas?.- frunció el ceño.- ¿qué está pasando, Alba? ¿y mi yerno?
- Pues José se ha ido a trabajar, como cada mañana, mamá. ¿Qué va a pasar?
- Pues no sé, si no sueltas prenda.
- Te traigo a los niños para ver si te los puedes quedar esta mañana... bueno, esta y todas...- susurró.- es que ¿te acuerdas que te conté que nos hacía falta dinero?.- Rafi asintió.- pues he encontrado trabajo, mamá.
- ¿Cómo que trabajo?.- frunció.- pero Alba, ¿esto lo sabe José?
- Claro que lo sabe, mamá. Si fue él a hablar ayer con mi jefe para lo del contrato.
- Ah, bueno... claro que me quedo con mis nietos, faltaría más.- se colocó bien a Álvaro en brazos.- ¿y dónde vas a trabajar?
- En el horno, aquí al lado.- sonrió.- y me tengo que ir, que no puedo llegar tarde el primer día.
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1973
FanfictionTambién conocido como "Panfic". La artista de la portada es @brunaxexe en Twitter.