Capítulo 76

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1974 había sido el año del cambio para Alba. Si echaba la vista atrás podía verse a sí misma asustada, atemorizada con lo que su cuerpo y su mente le hacían sentir.  365 días con sus 365 noches después, Alba miraba el techo de la misma habitación que había habitado entonces sintiéndose muy distinta, muy lejana a todo lo que fue. 

Un mismo techo mirado por los mismos ojos, el mismo colchón siendo soporte para un mismo cuerpo. Una ausencia de ronquidos que no iba a volver jamás y unos labios nuevos apoyados en su hombro. Un miedo que se había esfumado y una felicidad jamás sentida llenando todos sus huecos. 

Era la misma persona, pero no la misma Alba. 

365 días atrás despertaba sobre aquella misma cama sin saber que el 21 de diciembre de 1973 iba a besar por primera vez los labios del amor de su vida. Y con esa fecha marcada en rojo en el calendario no era capaz de dormir pese a que los brazos de Natalia rodeando su cintura la invitasen a ello. 

En aquella habitación solo habitaba la calma de quien observa a su amor dormir junto a su piel y solo le sale pensar en lo afortunada que se siente con aquella cotidianidad. Habían luchado con uñas y dientes durante mucho tiempo para poder disfrutar la vida como llevaban haciéndolo unos meses desde que la viudez le abrió las puertas hacia la libertad soñada. 

- ¡Buenos días bollitos calientes! No quiero ver un centímetro de piel que no tenga que ver, ya os aviso.- Jon irrumpió en la habitación encendiendo la luz y ganándose un gruñido por parte de una Natalia profundamente dormida.- Nada, que no se despierta...

- Ella no, pero a mis vecinos los has tenido que despertar seguro.- rió Alba tapando bien a Natalia.- ¿ya es hora de levantarse?.- se sorprendió al ver que no había pegado ojo en toda la noche. 

- Las cuatro en punto de la mañana.- asintió con un soplido.- la cama de Alvarico muy cómoda, por cierto.- se estiró llevándose la mano a la espalda.- ¿despiertas tú a la marmota? Bueno, qué coño, la despiertas tú que para algo es tu mujer. 

- No es mi mujer.- negó conteniendo la sonrisa.- es mi prometida.- le guiñó un ojo.

- Lo mismo es en vuestra situación, cariño... ¿Qué te crees? ¿Qué si pudieseis casaros no lo habría organizado todo ya? Desde el día siguiente al entierro de tu difunto marido, que Dios lo tenga como objeto de tortura.- se santiguó mirando al techo.- voy a preparar el desayuno y a despertar a mis sobrinos.

- ¿Por qué no deja de gritar?.- Natalia hundió la cabeza en la almohada, sufriendo la claridad de la luz en sus ojos.- y encima deja la luz encendida.- bufó.- no se vuelve a quedar aquí a dormir. 

- Ni él ni nosotras, cariño.- Alba se acercó para repartir besos por toda su cara, a ver si así le cambiaba el humor a su amor.- me ha parecido muy raro volver aquí.- agarró la sábana de aquella cama.

- ¿Pero estás bien?.- Natalia se alzó de pronto, buscando en los ojos de Alba algo que le diese una pista sobre cómo podría estar.- dijimos de venir a este piso porque estábamos todos juntos para salir... 

- Está todo bien, muchos recuerdos...- suspiró mirando a su alrededor.- me gusta más nuestra casita nueva. 

- A mí también.- dejó un pico en sus labios y volvió a mirarla.- nuestra cama en la que solo hemos dormido nosotras... entre otras cosas, claro.- le guiñó un ojo.- salir a la puerta y tener nuestro jardín en el que Álvaro y Lola juegan a ver quién se ensucia más...

- Y la bañera en la que los podemos meter a los dos a la vez para ir más deprisa.- sonrió Alba.- y en la que nos metemos nosotras también.

- Nunca había tenido una casa de mis sueños... pero ahora que vivo contigo en nuestro hogar creo que es justo como la habría soñado. 

1973Donde viven las historias. Descúbrelo ahora