Capítulo 17

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Natalia arrastraba los pies por su casa con pesar, sentía que le pesaba absolutamente cada músculo de su cuerpo y se le hacía imposible mantener los párpados abiertos. Por muy temprano que se hubiese ido a la cama el día anterior tenía tanto sueño acumulado que no fueron suficientes las horas que descansó sobre el colchón. 

Ni siquiera el café que se tomó para desayunar la ayudó a lidiar con el cansancio y aquello se lo notó Jon en cuanto la vio abrir la puerta del portal. 

- Pero si pareces una muerta en vida, Nati.- se rio al ver las pocas energías que tenía. 

- Cállate.- le dedicó una mirada tan seria que realmente el catalán se planteó seguir hablándole o no. 

- ¿No has dormido bien?.- preguntó mucho más tranquilo. 

- Sí.- respondió sin mirarle.- pero necesito dormir una semana entera para estar descansada. 

- Ah bueno, pues si es eso cerramos el horno una semana entera para que la señorita descanse.- sonrió burlón. 

- ¿Por qué no te vas un poquito a la mierda?.- le dedicó una mirada tan severa que se le borró la sonrisa. 

- Una cosa te voy a decir, Natalia, ese humor que me traes te lo metes por donde más te guste, pero a tu bollito no la vayas a tratar así que me la asustas

- Cada día que pasa eres más gilipollas.- bufó.- venga, abre. 

- Mare meva com estem.- murmuró mientras subía la persiana. 

Natalia entró y se fue directa a poner la nueva foto que tenía de Mikel en la pared. Después de ver su casa llena de fotos del pequeño decidió llevarse una a la panadería para poder verle en cada momento del día. Sonrió al verle ahí y se empezó a poner el uniforme para empezar a trabajar. La foto estaba colocada de tal manera que la podía ver mientras se lavaba las manos, que era lo que más hacía durante la jornada laboral. 

- Hola.- Alba entró con una tímida sonrisa y mucho más tranquila de lo que lo había hecho nunca.- Buenos días. 

- Buenos días, Alba.- la saludó Jon. 

- Hola.- puso todo su empeño en no sonar seca. 

- Bueno chicas, que vaya bien el día.- Jon se acercó a la rubia para que solo ella pudiese escucharle.- está un poco irascible, no se lo tengas en cuenta. 

- Vale.- lo miró confusa. 

- Nos vemos luego Nati.- pero todo lo que obtuvo de ella fue un murmuro y un asentimiento con la cabeza. 

Alba la observaba en la distancia teniendo en cuenta lo que le había dicho su jefe y con miedo a acercarse y que se produjese una situación incómoda entre ellas. Alba tampoco quería volver a eso, a no poder dirigirse la palabra por la incomodidad que reinaba entre ambas. Se cambió en silencio observando como Natalia empezaba a preparar los ingredientes para amasar el pan y se dirigió a lavarse las manos de la misma manera, en silencio y prestando atención a lo que hacía la morena para saber cómo acercarse. 

- Uy, ¿y esta foto?.- se percató al mirar al frente.- ¿quién es?.- se giró para mirar a Natalia, que esbozó la primera sonrisa sincera del día. Era una mezcla entre teruna y melancolía que hizo que Alba no pudiese dejar de mirar como la morena miraba la foto.- Se parece muchísimo a ti.- murmuró. 

- Eh... en realidad se parece a mi hermano.- para sorpresa de ambas, no había nada de irascibilidad en su tono.- es mi sobrino Mikel. 

- Qué guapo es.- le dedicó una sonrisa a la que Natalia correspondió con otra y asintiendo con la cabeza.

1973Donde viven las historias. Descúbrelo ahora