LINAJE

CAPITULO 2 - HENRRY

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5/01/27

El tráfico no tiene remedio ni tampoco indicios de mejorar, los accidentes son los que empeoran su estado y te retienen por muchos minutos. Estoy asqueado y fatigado de permanecer en la misma manzana sin poder llegar al siguiente semáforo.

Mi teléfono comienza a vibrar por tercera vez y me veo en la obligación de responder cuando los autos comienzan a moverse.

—¿Si?

—¿Donde estas? —responden al otro lado— vas atrasado y todos te esperan.

—Te he dicho que me quede atrapado en esta mierda de trafico —reniego avanzando.

—Date prisa —me irrita.

—Si, deja pasó por encima de todos y llegó —espeto sarcástico — ¡No seas imbecil!

Cuelgo deslizando el botón rojo y golpeo el maldito claxon esperando a que se muevan. No tengo tiempo como para estarlo desperdiciando aquí.

Por más que haga corajes no voy a conseguir nada y siento que puedo quebrar el volante si no dejo de apretarlo. Suspiro frotándome la sien y me recargo en el asiento revisando mi teléfono.

A mi lado de la ventanilla se detiene una motocicleta y la ignoro volviendo a lo mío. Dejó en claro lo que quiero que hagan mientras yo me encuentro aquí y cierro los ojos por unos segundos tratando de quitarme la migraña imaginaria que estoy experimentando.

Permanezco quieto unos segundos hasta que la pelea de afuera me interrumpe la poca calma que he reunido, espero hasta que se calle y sin embargo sus alegaciones empeoran de nivel.

Me veo tentado abrir la puerta y tumbar al humano con todo y motocicleta para que se calle. No estoy de humor y el que no cierre la maldita boca termina haciéndome explotar.

Mi paciencia llega a su límite demasiado corto y estoy a punto de abrir la puerta cuando la mujer cuelga su teléfono regenerando. Golpea el manubrio irritada y mira hacia la dirección de mi ventanilla.

En el momento justo en su cara es captada por mis ojos me quedo estático, la mano se me paraliza en la manigueta y no puedo pensar en otra cosa que no sea hace tres años.

Su rostro, no lo estoy imaginando. Esta vez no y está realmente a un metro de mi. El recuerdo viene a mi memoria tan fresco como permaneció cada noche y con la luz del sol, me permito detallar sus facciones.

Ella no puede verme pero yo sí y una comezón inexplicable me inunda el pecho. Desvía los ojos regresándolos hacia enfrente y vuelve a colocarse el casco cuando los autos comienzan a avanzar.

Se me olvida por completo lo urgente que es mi presencia en otro lugar y en vez de tomar la avenida a mi derecha, la sigo directo porque no puedo dejar que se me escape de nuevo, ya no ahora que la volví a encontrar.

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Clarissa

Desde que tengo uso de razón me han enseñado a enfrentar los peligros y acechos que nos condena este mundo. Ser lo suficientemente inteligente para sobrevivir en una ciudad donde cada día es una lucha constante con el peligro.

He tenido que ver partir a personas a un destino y jamás volver. Día a día mis padres me recuerdan lo mucho que me aman y que la sobreprotección es para no perderme, ya que soy vulnerable al igual que cada mujer. Hasta pareciera una maldición.

Estoy cansada de tanta mierda, de vivir como venado asustado cada vez que tengo que caminar por las calles. La pérdida sin duda es el dolor más grande que un humano puede sentir. Siempre me consideré una mujer valiente que lucharía hasta con el último respiro si mi vida dependiera de ello.